14 días para decirte que te amo

Capítulo Cinco: 02/02 - Paulo.

Narra Paulo.

 

Jueves, 02 de febrero de 2023.

 

 Me remuevo en mi sitio al momento de sentir un tacto en mi espalda.

 

 Maldición. Quería pararme antes de que Valdivina para poder pensar como llevar la situación y explicárselo para que no pierda la cabeza.

 

“Tarde“.

 

 Valdivina yace de rodillas a mi lado, efectivamente, su cara me confirma que está al borde de una crisis, esto significa un cambio en nuestra amistad y seguramente, aunque me duela, prefiere un desconocido aquí a mí.

 

 —Li... —estiro mi brazo hasta que mi mano toca su mejilla, y se reposa en ese. Siento el estremecimiento en todo su cuerpo con mi tacto.

 

 Es extraño. Nunca mi tacto la había afectado tanto.

 

 Me reincorporo en la cama. No me importa como reaccione, está no era la manera de que se diera nuestro momento. 

 

 Alzó la vista hacia ella, rio al ver que tiene su cara arrugada en una clara señal de molestia y su vista en mis partes íntimas tapadas por el boxer.

 

Quería verme.

 

 Valdivina resopla y desvía la mirada, avergonzada.

 

 Debo admitir que es algo digno de ver, nunca nadie había visto a Valdivina avergonzada. No es su estilo.

 

 —Lo lamento, yo... —Valdivina se excusa, no le hace falta, la conozco bien, en casi todos los ámbitos, menos éste y me pone muy feliz verla así.

 

 Me pongo en pie y la abrazo. Mis pechos chocan con su pecho, por primera vez sin ninguna prenda de por medio, y siento claramente cuando sus pezones se ponen erectos por mi tacto.

 

 —¿Qué tan bueno habrá estado como para que mi cuerpo reaccione así por primera vez con una persona sin la necesidad de que me toquen lascivamente? —solto. 

 

 Se por la manera de actuar que lo dijo pensando en voz alta, pero no se quedó en su mente y mi ego subió por los cielos. Me doy el lujo de soltar una risa. Estoy feliz y no lo puedo disimular.

 

 —Yo... —Valdivina se queda pensando en que decirme —No recuerdo nada...

 

 Bueno, era de esperarse, pero me hubiera gustado que recordará sus gritos y lo mucho que disfrutamos ambos estando en el cuerpo del otro.

 

 —Escucha... —supongo que mi semblante me delata porque intenta arreglarlo. Me apresuró a interrumpir la. 

 

 —¿Quieres que me vaya? —consulto. 

 

 Quiero irme y a la vez no.

 

  —¿Nosotros..? —oh, no, ya se para donde va. Rápidamente, asiento, antes de que termine de formular la pregunta —Vaya, por lo menos ahora sí confías en mí como para decirme esto.

 

 Auch. Eso sí me dolió más que todo.

 

 Sin esperar a que diga nada más me apresuró a recoger mi ropa y vestirme. Necesito salir de aquí lo más rápido posible.

 

 Al terminar de vestirme me encamino hacia la puerta y con la mano en la manilla me volteo hacia ella y susurró

 

 —Espero que puedas perdonarme...

 

 Porque no hay nada, absolutamente nada que me duela más que estar mal contigo.

 

🎹🎹🎹

 

 Al llegar a mi casa me encuentro en mi habitación a Omar y a mi hermana menor, Priscile jugando en la consola.

 

 Sin decirles nada me recuesto en la cama mirando el techo. Un nudo está atorado en mi garganta. Valdivina no me querrá ver más nunca en su vida, y si lo hace nunca va a olvidar que le mentí, porque estoy casi seguro de que si le gusto lo de anoche, las acciones de su cuerpo la delatan.

 

 Siento la cama hundirse a cada lado de la cama. Se que Priscile y Omar han pasado el juego y se han venido a acostar conmigo. Siempre he sido invisible para ellos.

 

 —Ette... —esa es Priscile.

 

 —Hummm... —ese es Omar.

 

 Suspiro y me reconpongo, quedándome sentado con ellos. Ambos me miran expectante.

 

 —¿Qué? 

 

 No es como que les vaya a decir que cogí con Valdivina. Pegarian el grito en el cielo.

 

 —Ette... —ellos se dan miradas inquisitivas. Cómo diciéndose: ¿Hablas tú? 

 

 —No me pasa nada —digo yo —Así que regresen a sus vidas de gamers —me vuelvo a recostar y pongo una almohada en mi cara para no sentir la presión de que siguen aquí. 

 

 —¿Paso algo con Valdivina? —pregunta Omar en mi oído, pero lo suficientemente fuerte como para que Priscile escuché.

 

 —¡Ay! —exclama mi hermana. En su tono hay tristeza —No me digas que se pelearon.

 

 Alguien que me diga para que entre aquí si ya se cómo son estos dos de metidos, sobre todo si se trata de Valdivina.

 

 —Tu expresión dice que fue algo malo, pero... —empieza Omar y se calla al ver que me quito la almohada como un rayo —¡Bueno! —una sonrisa se esparce en su rostro mientras se pone de pie —Yo pensé que como no llegaste anoche habían follado

 

 Ay, lo mate.

 

 Me pongo de pie y al momento me detengo. Con mis impulsos me he delatado, ellos lo saben.

 

 Miro a Priscile, quizás... No. Regreso mi vista a Omar y sí, ambos lo saben.

 

 —¡Ayy, yo siempre supe que quedarían juntos! —exclama Priscile y se pega a mi como un koala —Pero... —se despega rápidamente.

 

 —Pasaron muchos cosas... —resumo todo el detalle en esas tres palabras.

 

 Ellos asienten el uno al otro, respetando mi decisión.

 

 ¿Cómo es posible que decidan si dejarme tranquilo hablándolo con la mirada? 

 

 —Ella está molesta porque no le dije lo del anuncio y se enteró por terceros 

 

 Los tres nos volvemos a sentar en la cama. Yo en el medio de ambos.

 

 —Mierda —suelta Priscile y yo la reprendo con la mirada.

 

 —Qué aún no cumples los 18, jovencita

 

 —Y tú no eres su padre —me dice Omar con una sonrisa.



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En el texto hay: boxeo, piano, amigos amor celos

Editado: 22.02.2023

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