Me choqué de repente con esos ojos verde lima. que lucian exactamente igual como hace 16 años.
Fue como una película, parece que todo este tiempo no había pasado, 16 años se redujeron en un momento. Era como si no habíamos crecido y solo salimos de secundaria hoy en la mañana y él vino a visitarme como aquella vez. Por un momento el tiempo se paró. Me congelé frente a él y él también se veía igual de sorprendido, atónito, y solo me veía a los ojos.
Sé que nuestras mentes estaban luchando para entender y más que todo asimilar que nos estábamos viendo de golpe después de 16 años sin saber nada del otro. Sabiel solo presenciaba el momento.
-¡Shannon!-dijo Sander entre sorprendido y contento.
Con una enorme sonrisa, se me acercó y me abrazo fuerte, yo a penas pude levantar los brazos, simplemente me quedé estática porque literalmente se lanzó sobre mí, y apretó mi cuerpo en el abrazo incluyendo mis brazos que dejé pegados a mi tronco. No puedo describir con exactitud, ni decir por qué, pero ese abrazo no me gustó en absoluto, me dio un poco de repudio abrazarlo, o más bien que él me abrazara a mí.
-Yo-continua Sander-No no lo puedo creer, Shannon, eres tú, yo... ¡qué rara es la vida!
Yo a penas si podía hablar, solo sentía aire en mi garganta y acumulado en el pecho. Se despegó de mí y me puso las manos en los hombros, yo solo le veía a la cara, quemándome 500 neuronas para saber que decir o hacer.
-Ah Sander-¡qué patético! Pero fue todo lo que me salió.
-Te juro que esperaba encontrar a cualquiera menos a ti-me dice risueño-¿No te habías ido del estado?
-Lo mismo digo de ti, tu habías salido del país ¿Qué haces aquí?-como pude, a rastras, le dije eso (aún estaba atónita).
-Bueno, sí, sí, salí por unos años, pero tuve unos pequeños problemas y volví.
-Ah entiendo-aun no podía dar respuestas fluidas.
-¡Qué risa!, como nos conecta la vida, sin buscarnos nos encontramos... Así que, tú eres la tutora de Sabiel-me dice irónico-Aunque no me sorprende, tú siempre fuiste demasiado inteligente.
Eso último me dio una puntada.
-Ah, te enteraste-le afirmo-¿Sabiel vino contigo?
-Sí, estaba aquí conmigo ahorita, se habrá ido a las escaleras. No quería que venir, dijo que tenía pena. Yo era el que estaba intentando llamarte, pero Sabiel cortaba el teléfono cada vez que te marcaba por eso mismo-señala hacia las escaleras y luego me voltea a ver-Así que, ya conoces a Sabiel él es... Es mi hijo.
No sabía si decirle que ya sabía o hacerme la loca y quedar como mentirosa frente a Sabiel y sobre todo conmigo misma. Lo más normal era decirle que sí, porque pfffh, el parecido era demasiado obvio, pero no sabía que repercusión podía tener la respuesta que diera.
Porque si decía que si, Sander me iba a preguntar ¿Cómo? Y esto podía desencadenar preguntas como: ¿Entonces le preguntaste a Sabiel? ¿Te diste cuenta del parecido? Y se le iba a subir obviamente el ego al creer que hablamos de él. Pero si decía que no, también podía preguntar: ¿Cuándo lo viste no te recordó a alguien? Y son preguntas que no estaba dispuesta a responder en ese momento y talvez nunca. Todo eso lo pensé en microsegundos mientras Sander aún estaba frente a mí esperando una respuesta (aunque no parezca).
-Sí, se nota-decidí ser sincera, pero no demostrar que hablé con Sabiel de él ni de lo de la foto.
-¿Si verdad? Me lo dicen mucho...-se ríe-pero oye ¿Cómo conoces o de donde conoces a Sabiel? Ya que obviamente te hiciste pasar por su tutora para sacarle la pata del barro, y puedo presentir que no se conocen de hace mucho...
Ahí tenía que inventarme algo.
-Bueno le atinaste, así de conocernos, conocernos, no... En realidad fui a buscar... a mi prima a la secundaria que justo estudia allí. Después unos chicos se acercaron y le hablaron de la situación de Sabiel, que no lo iban a dejar irse sin que viniera un representante y mi prima, me pidió el favor de hacerme pasar por un representante de Sabiel y finalmente me inventé lo de tutora, ya que hacer lazos familiares me parecía una mentira descarada-le mentí, LE MENTI RE FEO. Apenas veo a Sander después de 16 años y lo primero que hago es mentirle en la cara viéndolo a los ojos…
-Oh, ¡oye qué bueno! como nos conecta la vida ¿verdad?- se ríe- Y también quería disculparme por la situación en la que te metió Sabiel. Antes de saber que eras tú, ya tenía algo de vergüenza, pero al saber que es alguien que conozco, estoy mas apenado, me disculpo. Y finalmente, quería darte las gracias, en realidad ando muy ocupado estos días y no habría podido buscar a Sabiel. Algún día te lo compenso.
-No te preocupes-le dije sin ánimos, ni siquiera la dije: de nada. El discurso que me acababa de dar estaba súper emotivo y eso, pero ya no le creía nada.
-Bueno, no te quito más tiempo, adiós-dijo muy amable mientras se volteaba para irse.
-Pero, Sander-me quemó decir el nombre en voz alta-a todas estas, ¿A qué viniste? ¿Solo a pedir disculpas?
-¿Ah?- se regresa-no, no, no solo a eso, también venía a hablar contigo, más bien con su tutora. Sabiel más o menos me contó que la tutora, no era su tutora real, y como sé que no le está yendo bien en sus clases quería hablar con la persona que se hizo pasar por su tutora para que lo ayudara. Pero no quiero fastidiarte, además que fue una mentira, yo sé que tú eres abogada no tutora, también trabajas, no te quiero quitar tiempo.
-La verdad no me fastidia, pero sí estoy apretada de tiempo, de otro modo no me molestaría. Además, que para tu información tengo estudio en gramática y letras, así que si podría ayudarlo, sin ser su tutora-le digo riendo.
-Ah bueno enton...
-Sí papá, Shannon tiene estudios en letra y necesito ayuda con un examen de castellano, voy fatal. Talvez podría quedarme ahora aquí en su casa, y cuando termine me voy-Sabiel se viene de las escaleras, interrumpiendo a Sander y me hace una mirada por detrás de él, apuntando hacia su bolso, como que tenía algo dentro para mostrarme.