-Bueno, nos vamos-entra Sander al auto-me da risa la cajera, se parece a tu tía pero como 10 años menor, y hasta habla igual.
Al entrar al auto Sander notó que nos callamos de golpe.
-¿En serio papá?-dijo Sabiel rompiendo el silencio.
-Sí, bueno, ya nos podemos ir-Sander me voltea a ver sonriendo y se queda un momento ahí sosteniendo la mirada y vuelve a sonreír como si estuviera pensando algo mientras lo hacía.
Empezó a revisar las bolsas de compra y le dijo a Sabiel:
-No puede ser, me falto comprar algo, las pastillas para el colon. Anda a comprarlas Sabiel.
-Pero, te compré unas la semana pasada.
-Si, pero ya se me acabaron, haz caso, toma-le da una tarjeta y Sabiel se baja.
Ya yo sabía lo que venía... por lo que no quiero estar cerca de él.
Sander iba a empezar a hablar, como siempre, porque no sabe estar en silencio, y yo sé que lo único que va a hablar es sobre él. Entonces no va a ser una conversación, sino un monologo de su vida, donde solo habla de él y de lo que puede hacer, solo necesitándome para sentir que alguien lo escucha, aquí no importo yo, no importa quién lo escuche con tal de que lo estén escuchando. En parte (en gran parte) por eso ya no quiero frecuentar a Sander, y por eso me alejé de él en el pasado.
Ufff me desahogué, pero en mi mente, no puedo decirle eso de Sander a Sabiel, es su papá.
-¡Que gracioso!, la chica se parece a mi hermana, ¿Recuerdas? la que te mostré-saca su teléfono y busca en la galería.
-¿Si?-respondo seco.
En los dos años que conocí a Sander me mostró solo en 3 ocasiones fotos de su hermana, esas tres veces fueron suficientes para no querer volverla a ver. Porque siempre que la mostraba resaltaba lo hermosa que era, y es verdad, es súper hermosa, y por cierto tiene mi mismo nombre. Pero luego de eso decía que él era feo, que esto y que lo otro, que de todos sus hermanos él era el más feo. La forma en la que lo decía, prácticamente te obligaba a convencerlo de lo contrario.
La mayoría de las veces que usaba esta técnica estaba frente a niñas mucho menores que él (en la secundaria) que se derretían por los muchachos mayores, y estas inmediatamente le decían: "Ay no, no digas eso, eres súper guapo", "eres el chico más guapo que he visto" "pero tú no eres feo, eres bello". Y yo también de tonta lo adulaba pensando que así él me querría, pero el solo nos utilizaba para subirse el ego y la rota autoestima que tenía.
-Mira-me muestra una foto-yo no sé cómo yo soy hermano de una mujer tan hermosa...
-Sander, han pasado 16 años y tu aún hablas de lo mismo...-le digo ecuánime pero tensa.
Aparta el teléfono y se me queda viendo, respira, ve a hacia la ventana y guarda el teléfono.
-Shannon, ¿estás bien?-me ve directo a los ojos.
-¿Bien? no entiendo por qué me preguntas si estoy bien, obviamente puedes ver que estoy bien-le respondo retante pero de forma sutil.
-Sí, bueno, bueno, a lo que me refiero es... ¿Estás bien conmigo?-hace una pausa-porque desde que Sabiel te conoce dice que la pasa chévere contigo, pero cuando estoy yo veo algo diferente, estas como tensa, algo molesta y siento que te irrita lo que digo.
Sander me ha dejado sorprendida todo este tiempo, yo la verdad no lo recordaba así, él era mucho más superficial, ahora era más profundo, reflexivo y analítico, antes no le importaba como te sentías ante sus acciones y parecía no importarle. No es que antes fuera un tonto, pero todo lo que decía y hacia parecía no tener una función vital, y lo que terceros sentían le era como sin importancia.
-Sander... no te quiero mentir, aunque las cosas han cambiado, y siento que podríamos seguir siendo amigos como antes, 16 años no han pasado en vano. Sí, la paso muy bien con tu hijo, Sabiel es excelente, muy gracioso y demás. Pero... siéndote sincera no me agrada pasar tiempo contigo... sé que suena feo, pero pasaron muchas cosas que no permiten que te vea como un amigo.
-¿Pero qué cosas?
-Cosas-le respondo algo histérica por su preguntadera.
-¡Que gracioso!-dijo sin ningún tono de gracia-te agrada mi hijo pero no te agrado yo.
-Es que no porque sea tu hijo es igual a ti, tienen el mismo físico, Sabiel es una copia tuya de cuando tenías 15, pero no tienen la misma personalidad.
-¿Pero qué es lo que te molesta de mi personalidad?
-No me molesta nada de tu personalidad, es que... no es de ahora, son cosas del pasado que no permiten que te vea como amigo o como alguien con quien estar.
-¿Me estás diciendo que pasaron 16 años y tú sigues molesta conmigo por algo que ni sé?
-¿Y tú me estás diciendo que pasé 16 años molesta y sin escribirte, y ser la única del grupo en no hablar y tú no te diste cuenta?
-Estaba en cosas, además lo de Sabiel me absorbió y con Sabrina...
-Imagínate si te hubiera escrito en esos momentos-le digo.
-¿Por qué no? Sería increíble que me hubieras ayudado en esos momentos con Sabrina.
-¿Ayudarte con Sabrina?-le respondí sorprendida y me lo quedé viendo en una mezcla de decepción y sorpresa.
Sander solo me quedaba viendo confundido. Aún no puedo creer,
Sí, Sander es más analítico y eso. Pero sigue siendo el mismo Sander que solo busca o quiere a personas que lo ayuden, su mundo sigue girando en torno a su necesidad y no importa quien la supla, lo importante es que alguien la supla y si tú ya no puedes suplir esa necesidad que él tiene, te suelta. Esa es la respuesta de porque pasó 16 años sin escribir ni buscarme. Yo siempre era quien lo buscaba...
Bueno ya-continúo hablando yo-ni siquiera sé por qué se me salió contarte esto, tu no entiendes.
-¿Comó que no entiendo?
-No, no entiendes-me exasperé un poco.
-Bueno, bueno-me calma-disculpa, talvez no entiendo... pero hablo porque quiero entender, porque eres y fuiste una persona muy especial para mí. Es que... estoy en el proceso del divorcio con Sabrina, y estoy teniendo problemas, eso me estresa e intento que Sabiel no se dé cuenta porque, por más que sea, sus papás se están divorciando, no quiero que él se lastime por esto, quiero que le duela lo menos posible. Quiero despejar la mente y tener una persona conocida con la que me llevé tan bien en el pasado y además se lleve tan bien con mi hijo, me libera bastante.