Al día siguiente, como última salida con Sabiel, no quisimos hacer cosas muy agitadas y simplemente decidimos hacer un picnic en la playa y caminar sin hablar mucho. Sabiel se ofreció en ayudarme estos 2 días con el viaje y empacar. Lo voy a extrañar mucho, él es una de las personas que nunca esperé conocer y mucho menos que fuera así siendo hijo de Sander Gener, cosas muy lindas pasaron estos 3 años y cosas que nunca imaginé. Sabiel tiene razón, sí encontré la esencia que se me había distorsionado.
Llegamos a la playa y pusimos todo, no hablamos en ningún momento, pasamos horas ahí, desde las 2 de la tarde y el sol estaba hermoso, el paisaje de un rosa con naranja que se difuminaba en amarillo para converger con el rosa, como pintado intencionalmente (Que fue así).
Llevé un vestido blanco suelto de flores y el cabello suelto, la brisa me lo iba a alborotar y la verdad no me importó, no me maquillé, solo llevamos unos cuantos dulces y pusimos musiquita clásica y de esas que ponen en las películas en los desenlaces cuando ya va terminando, de esas así bien emotivas jjssjsjsj . También nos llevamos una cámara que tenía por ahí guardada para capturar el recuerdo y que cada uno lo rememorara después que no nos viéramos, fue un momento bien vintage y Aesthetic sjsjjsj
Pero mientras corríamos descalzos por la arena, jugábamos y reíamos, claramente también sabíamos que cuando el día acabara ya no se iba a repetir. Sabiel recostó su cabeza en mis piernas viendo el atardecer y me dio mucha tristeza, estaba neutral y calmada, pero a la vez triste. El silencio era hermoso, pero a la vez había tantas cosas que decirnos, pasaba una brisa y era como que traía recuerdos.
Me acuerdo de ese primer día, que lo conocí y cuando vi cómo me guardó en su teléfono, el día que me enteré que Sander era su papá, o más bien lo confirmé, porque era obvio. Cuando fuimos al parque con Sander (que ojala no se repita) y cuando me mostró la foto. Yo sé que Sabiel ya no quiere saber de eso, pero yo aún quiero saber, y no sé por qué, pero me aterra pensar que es porque aún me guste Sander.
Respirábamos, respirábamos, la pierna de Sabiel flexionada se movía de un lado a otro mientras pasaba las fotos, y yo solo pensaba, así se nos pasaron las horas y fue el mejor plan que hice en mis 3 años aquí.
-¿Que harás cuando llegues allá?-preguntó Sabiel.
-No lo sé aun no lo he pensado-guardo silencio-puede que retome lo que dejé en pausa, o dejar que todo fluya a ver qué pasa.
Nos quedamos callados otra vez, como 5 minutos.
-¿Y cuándo vas a volver?-me vuelve a preguntar
-Tampoco sé, pero sé que si vuelvo, talvez no dure tanto tiempo.
-¿Pero por qué no te mudas para acá?
-Es que me encanta aquí, es donde nací, pero también amo España, independientemente de que allí esté mi familia, amigos y trabajo, España también tiene una parte de mí, allí fue donde comencé a ejercer mi carrera, tengo buenos recuerdos allá no quiero dejar ninguno de los dos.
Nos quedamos dos horas más ahí, compramos helado y caminamos el boulevard que estaba en la playa, nos sentamos bajo una palmera y tomamos las últimas fotos del encuentro.
Sabiel me dijo para acompañarme a mi casa, pero le dije que quería quedarme un rato más a caminar o a sentarme a ver el atardecer. Me dijo para acompañarme pero le dije que no, que se fuera, quería esta vez estar sola, reflexionando y despidiéndome en un “hasta luego” de no sé cuánto. Aceptó y me abrazó demasiado fuerte, como si se estuviera despidiendo.
-Aun no me voy-le digo.
-Ya sé.
-Me vas a tener que acompañar al aeropuerto y mañana a hacer compras antes de irme-le digo con risa.
-Cierto-me suelta un poco, pero después me vuelve a apretar-pero igualmente quiero aprovechar para abrazarte lo más posible, siento que en el aeropuerto no será suficiente.
Me enterneció y le correspondí el abrazo.
Se va y me quedo sola y descalza en el boulevard, mientras él se subió a un autobús y se despidió de mí por la ventana, sus ojos estaban cristalizados.