16 Forever

Capítulo 1. Un día aburrido, ¿O no?

Mike.

Todo comenzó con esa guerra de comida; mierda. De todo lo que pudo pasar en la primera semana de introducción en aquella universidad, tuvimos que hacer eso, nadie sufrió algún regaño, ya sabíamos lo que hacíamos. ¿Qué hubiera pasado si no lo hubiéramos hecho y sólo hubiéramos continuado nuestro día? Como dicen algunos ''él hubiera no existe'', pero aun así me gustaba pensar en «¿Qué hubiera pasado si ninguno se hubiera metido? ¿Sería diferente? ¿Seríamos los mismos que éramos antes de todo esto o diferente? ¿Tendríamos la misma confianza o la desconfianza estaría ahí?». Tantas cosas pasaban por mi mente que no tendría todas las respuestas a esas preguntas. Tal vez algunas no tenían respuestas. Sí, tal vez nos pusieron una sanción con aquella pelea de comida, hubo insultos, golpes, amenazas. El odio reinaba en todo lugar aquella vez. Aún me sigo pensando que no habría otra manera de que nos hubiéramos hecho más cercano que todo lo que sucedió. Sigo aturdido; ligeramente traumado de lo que pasamos, pero no lo cambiaría por nada. Actualmente nadie sabe dónde estamos, pareciese que habíamos desaparecido de la faz de la tierra. Nuestra existencia, de las criaturas, de todo lo que sabíamos podría morir y desaparecer si no hacíamos algo. ¿Quieren saber cómo sucedió nuestra historia? Por favor, no dejen que nuestra historia sea olvidada.

El inicio.

Esa mañana se sentía fría y desolada, aquella ciudad parecía un pueblo fantasma en esas fechas. El aula dieciséis se encontraba vacía, otra vez. Había estado sucediendo ya un par de semanas, nadie sabía por qué sucedía aquello o por qué éramos los únicos que se encontraban en aquella universidad casi vacía, parecía que habíamos reprobado alguna materia. Mi nombre es Miguel Ángel Johnson, más conocido como Mike, tenía el cabello pelirrojo y ojos azules y esta es la historia de cómo logramos derrotar a aquellas criaturas que sólo sucedían en pesadillas. Apoye mi espalda contra la pared del pasillo, con la mochila medio abierta y los audífonos colgando de un lado. Se suponía que habría clases a esa hora. Debería de haber gente, pero se veía todo vacío, incluso la soledad me rodeaba, sentía un ligero temor de andar por ahí solo pero el reloj del pasillo marcaba una hora imposible: 6:66 a.m.; y el silencio se arrastraba como un animal herido por entre los casilleros vacíos.

—Genial —murmure, golpeando el suelo con el talón—. Otra clase fantasma.

Esto había estado sucediendo durante unos meses, como seis veces para ser exactos si no mal recuerdo o eso decía la chica cuatro ojos de Woods, bueno, Charlotte, como todos la conocen: Charlie, solamente es un cerebrito castrosa, cosa que ya me estaba volviendo loco, casi dejándome sin dormir por días. Solté un bufido mientras me pasaba una mano por mi cabello rojo. Esta escuela no tenía mucho que la construyeron, casi como dos años y apenas la mayoría estaba en su segundo semestre así que, era nuevo tener casilleros.

Volviendo al tema, debía estar soñando, ningún reloj tendría ese número, no dormir me estaba afectado. Este día no podía ser peor, pero estar solo me estaba afectando un poco, cuando me di la vuelta, la observé por primera vez; Samara Geraldine Harris, ella estaba al final de aquel pasillo con un libro en manos, mirando por una ventana cercana aquel cielo gris. Su expresión no era de tristeza ni de aburrimiento, era como si estuviera esperando algo o a alguien, incluso más de melancolía como si supiera lo que sucederá pronto. No la conocía bien, pero ese día sentía que, si alguien podía notar que el mundo estaba un poco roto, era ella. Quizá no era el único que veía el número XVI grabado a cuchillo en la puerta del aula. Quizá no era el único que escuchaba, a veces, voces en el silencio. Siempre la veía a ella, incluso a los demás compañeros que cursaban conmigo y mi amigo o que no les dirigía la palabra por ser ñoños. Esta semana he querido hablarle, decirle lo que me estaba ocurriendo, pero mi orgullo me lo impedía, ojalá lo hubiera hecho cuando tuve tiempo, tal vez así sabría más o menos como dirigir bien a todos. Ser un buen líder.

Una voz me sacó de mis pensamientos, una voz irreconocible. Era de mi mejor amigo; Luka Wilson. Aunque me había asustado un poco ya que, no esperaba que entrara así de repente.

—¡Hey! Miren nada más mi gran amigo, Mike, el solitario.

—¿Qué onda, Luka? —sonreí, intentando ocultar lo que pasaba por mi mente. Nos dábamos un apretón de manos y luego una palmada en la espalda.

Luka había hecho una mueca, como restándole importancia a lo que me ocurría, sabía que me conocía demasiado bien. Estaba claro que algo sucedía en todos los presentes. Éramos amigos desde que teníamos memoria, nos conocíamos desde la primaria. Con el pasar de los años de conocernos; se sentía como los años iban rápido, pensar que en algún momento nos casaríamos con quienes amamos, tal vez una familia, pero, esos veranos en nuestra adolescencia; esos recuerdos que me hacían palpitar el corazón, añorando volver a aquellos tiempos, me hacían doler el pecho. Saber que no podríamos cambiar nada de lo que nos dijeron aquella vez, de lo que nos dijimos, de lo que prometimos cuando nos graduamos de la preparatoria. Después de estar en silencio y de que saquemos lo más importante, tuvimos que regresar al aula donde tomaríamos la clase, me detuve en la puerta para voltear por aquel pasillo donde había visto a la chica para notar que ya no estaba, de seguro después iría al salón. El silencio invadió el lugar, ninguno se atrevió hablar, como si tuvieran miedo de que cualquier palabra que dijéramos nos llevaría a un castigo. Luka revisaba su celular, absorto de lo que podría suceder a su alrededor, mientras tanto, me encontraba en mi propio mundo, mi miraba fija en algún punto, estaba intentando que mis pensamientos estén en orden, cosa que no me di cuenta que los demás ya habían entrado. Di un brinco por el susto cuando Sue Lee; una chica que se metió de porrista hace poco— me había tocado el hombro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.