16 Lunas: Secretos

XII

Kaneki

Regresé al gran salón y encontré a Ivy que disparó a los dos enmascarado, me acerqué hacía a ella. Ella estaba recargando sus armas cuando los dos guardias salieron corriendo en busca de la Primer Luna Superior.

Ivy-Son los mismo tipos!-Gritó muy molesta.

Kaneki-Dónde están los demás?-Le pregunté.

Ivy-Yo que sé, recuerda que nos separamos...-Terminó de recargar sus armas.-Iré buscar a Sunny, escuché que Sebastián y Ian están en la entrada, de seguro ellos necesitan ayuda, iré buscar a Sunny, la superior y al calvo!-Se fue corriendo, regresé hacía la entrada, mientras corría los invitados seguían corriendo hacía sus autos, los enmascarados aparecen y empezaron atacar. Miré a Sebastián y Ian peleando contra uno de ellos. Ayudé a los chicos.

Isla

(Les recomiendo escuchar: Grandson-Blood // Water o la que ustedes les guste)

El tipo era bastante fuerte, me había empujado caí al suelo y mi katana cayó un poco retirado de mi. Empecé a gatear como un bebé pequeño hacía mi katana pero el tipo me había sujetado mi pie izquierdo y me estiro hacía a él. Hice mucha fuerza para alcanzar mi katana me estiraba todo lo que podía pero, no podía lograr alcanzarlo. Volteé hacía su dirección y lo miré, traté usar mi pie derecho para patear su rostro pero, él se adelanto y sujetó mi otro pie. 

Sentí como me levantó del suelo, estaba en el aire cuando me lanzo hacía la puerta, la puerta se cayó junto conmigo. No soportaba el dolor de mi espalda, había caído de espalda junto con la puerta. Traté sentarme, miré el tipo acercarse lentamente hacía a mi, mi nariz empezó a sangrar.

Isla-Creo que ya es hora...-Hablé bien bajo no sabía si el tipo me había escuchado, me acosté de nuevo miré el tipo que estaba parado un lado mío y me empezó dar patadas en mi abdomen. Empecé sangrar escupía sangre, mi vista empezó verse borroso, volteé hacía mi lado izquierdo y miré a mi otra yo agachada observándome.

-Ahora sí quieres usarlos?-Me preguntó.

Isla-Ni loca!-Gruñía de dolor.-Egh

-Entonces deje que el tipo te mate.-Dijo sin mucha importancia.-Te niegas usarlo mientras tu lo controles...no hay problema, sé que aun desconfías en mi por eso te digo deje que el tipo te mate y listo!

Isla-Tu..lo harás..-Escuché una leve risa, sentí un gran pulso en todo mi cuerpo, pude sentir como mi poder me controla pero, no solamente mi poder sino también aquella chica me toma el control.

El tipo había tomado su katana y me había levantado al instante sin sentir dolor y di la vuelta, el tipo estaba ante mi, con la katana en su mano derecha. Miré que lo levantó sobre su cabeza para descargarla sobre mi, pero fue lo suficientemente rápido como para adaptarse de la trayectoria. De nuevo intento pero, esta vez de lado girando la hoja. Esquivé la hoja, mi cabeza me empezó a doler, mis uñas crecieron de nuevo, sentí mis dientes filosos y puntiagudos mis colmillos.

Isla-Ahora si conocerá quién soy en realidad!-Dije en un tono de voz malévolo. El enmascarado corrió directo hacía a mi y me empujó, caí al suelo de nuevo. Levanté mi mirada hacia al tipo para encontrar los ojos directamente frente a los suyos. Era desconcertante, no voy a mentir.

El vacío murmuró algo incoherente de mi poder. Era un idioma que no conocía. Podía sentir la esencia mordiéndose a mí misma incluso más de lo que había estado, así que tuve la idea de lo que estaba tratando de decirle. El tipo me observaba, podía ver que su cuerpo temblaba sabía que él no podría pelear contra mi poder.

Respiró temblorosamente y miró a su alrededor una vez más. Al ver esta escena me hizo recordar aquella discusión que tuve con Asa en Londres, sabía que esta era realidad, no era una ilusión, pero las ilusiones pueden ser mejores que la realidad a veces. Con mi último aliento, me dejé ir. Dejó que mi otro yo se apoderara de mi. Cierro mis ojos y se revolcó en la sensación de calma que me trajo. Por supuesto, el diablo no sería el diablo a menos que tuviera razones. La sensación de calma fue rápidamente reemplazada por una profunda agonía. No fue una agonía como recibir un corte tan profundo. Era una profunda agonía, una que sacudía el alma, una que perseguiría la mente para siempre, que daba pesadillas que serían miserables para siempre.

-Y allí está, la pequeña, la niña buena. La que pensaban que no tenía un hueso malo en el cuerpo. Bueno, estaban equivocados. Algo. No tenía un hueso malo en su cuerpo... hasta que tu aceptaste que fuera parte de ti!-Aclaró mi otra yo. Me levanté del suelo y corrí directo hacía a él, trató apuñalarme con su katana pero, detuve la katana con mis propias manos sin importar cortarme, sentí como la hoja hacía mis heridas, mis manos sangraban. Hice una fuerza que yo no conocía hasta quebrar la hoja a la mitad. El enmascarado retrocedió y empezó a correr, Tomé las piezas de su katana y lo lanzé directo a él, empezó a tambalear hasta caer al suelo. Me acerqué hacía el cuerpo y lo observé, coloqué mi pie encima de su cabeza.-Estarás encerrada para siempre en un infierno que tu misma elegiste.-Hice presión en mi pie sobre la cabeza del enmascarado hasta escuchar un "crack", parecía que había reventado un globo con pintura. Regresé por mi mochila y mi katana, empecé caminar por los pasillos hasta encontrarme en un espejo, me miré en el espejo tenía aquellos cuernos pequeños color negro en mi cabeza, mi piel pálido y mis ojos plateados. Noté que mi ropa había cambiado por completo excepto mi suéter, miré la cadena era la misma que tenía mi otra yo.

-Por acá!-Volteé hacía la dirección de aquellas voces eran invitados, me miraron y se asustaron.-Es uno de ellos! Corran!-Corrieron, miré mis manos manchados de sangre, mis heridas en las palmas de mis manos. Me dolían bastante pero no me importaba. Necesitaba buscar a los chicos para saber si están bien. No dejaré usar este poder, este será mi oportunidad para ayudar a los demás ya que no he aprendido muy bien manejar el revólver que me dio Ivy. Corrí hacía la entrada para encontrarlos. Mientras corría me encontré a Ivy frente a frente.




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