PRÓLOGO

Está historia comienza en 2013, en un pueblo costero llamado Bahía Marisma, un pequeño pueblo rodeado de bosques y mar, y repleto de historias de fantasmas y leyendas de miedo. En el año 2000, nacieron tres chicas en Bahía Marisma, tres chicas un poco peculiares que acabaron conociéndose así:

Era la primera clase de ballet de Allison y Nia, por aquel entonces tenían solo tres años y todavía no lo sabían, pero poco tiempo después se volverían mejores amigas.

Diez años después esperaban juntas a su mejor amiga en común, Sophie, para comenzar el gran día, el primer día de instituto.

Sophie, pelo liso castaño oscuro y ojos verdes, iba con Nia al mismo colegio y se conocían desde los tres años.

Nia tenia el pelo castaño claro ondulado y ojos color miel. Ali por su parte tenía el pelo castaño oscuro y rizado, con ojos color miel. Allison conoció a Sophie en un parque con la misma edad, se llevaron tan bien que se volvieron mejores amigas y desde entonces su amistad, a pesar de ir a diferentes colegios, no hizo más que reforzarse día a día. Tuvieron alguna que otra pelea, pero siempre las solucionaban.

Aunque Sophie no tenía mucha popularidad, debido a que los demás la despreciaban por envidia , debido a su abundante inteligencia y la calma que transmitía; era una persona espectacular y una de las mejores amigas del mundo. Escuchaba los problemas de los demás y que hacía sentir bien a su alrededor... Sophie, era maravillosa.

El primer día de instituto ya llegó con un problema, estaban separadas en distintas clases, Sophie iba al A, Allison al B y Nia al C; pero se soluciono rápido tras una reunión que organizaron sus padres con la directora. El siguiente problema llegó con la sustituta de su profesora de inglés, la cual no podía venir, pero lo solucionaban burlándose de ella, aunque no sabían que lo peor estaba por llegar.

Ali y Nia ya se estaban empezando a acostumbrar al ambiente del instituto: Caótico y con mal olor, específicamente, olía a adolescentes que no saben lo que es un desodorante. Pero al fin y al cabo era el sitio donde aprenderían, o al menos eso esperaban ellas.

El instituto no era un sitio donde solo se aprendía, era donde pasarían su adolescencia y no era un sitio muy agradable donde pasarla; la gente estaba loca, loca de verdad: «Que si yo que sé del novio», «la que repite curso», «otra fumando todo el día». ¡Pero vamos a ver! Que por caótico me refería a que había mucha gente, no esto! Ellas no estaban acostumbradas a eso, pero tenían que encajar de alguna manera, de la manera más responsable, claro. ¡No sabían que les esperaba este año! Pero estaban seguras de que por muy malo o bueno que fuese el curso, se quedarían con experiencias, (y travesuras) nuevas.

El segundo día de la segunda semana de clases, Nia y Ali ya se habían "medio" acostumbrado. Y digo medio porque ellas creían eso, pero en realidad solo se habían acostumbrado al mal olor, el caótico ambiente y de cómo conseguir aprender algo con tanto ruido en clase.

Solo que había otro pequeño problema, uno llamado Carolina Palafox.