1770kfj: Tras la sombra de los Palafox [libro 1]

CAPÍTULO 6: Efectuación

Allison

 

Lo bueno de que tuviésemos Inglés a primera hora es que no tendríamos que esperar mucho para efectuar nuestra venganza. Lo teníamos todo pensado. Vaya lío en el que nos estábamos metiendo, no sé ni cómo mi madre me dejó hacer esto.

Nia había estado recibiendo mucha atención a la entrada del instituto y estaba acorralada de preguntas de todo el curso, menos Graham, claro, él sólo reía. Sonó el timbre y nos tuvimos que ir corriendo para ser las primeras en entrar a clase, mientras corríamos como locas y todo el mundo nos miraba mal me empecé a cuestionar mucho, yo diría que demasiado, lo que estaba haciendo. Me latía el corazón muy rápido y estaba nerviosa pero no tuve tiempo de preocuparme mucho más porque Nia interrumpió mi preocupación.

—Chicas, el piercing. Tomar— nos dió un piercing que no nos quedaba del todo mal y con un suspiro de preocupación entramos a clase como si nada.

—¡Miss Granger, López y Smith!—gritó Miss Hairy P.

—¿Si?— Dijimos las tres a la vez.

—¡FUERA DE MI CLASE!

—¡No!— dijo Nia.

—¿Perdona?

—Pues que no nos vamos a ir de clase sin ninguna razón lógica que pueda explicar nuestra expulsión —respondió Nia con mucho carácter.

—A mi clase no entrais con esas pintas.

—¿Qué pintas?

—Pues eso que os habéis hecho en la nariz.

Estaba empezando a entrar en pánico, Carolina se dio cuenta e hizo algo al respecto para empeorar mi ansiedad. Yo no sabía qué hacer ni qué decir, menos mal que Sophie me vio así y respondió antes de que Nia le contestase algo de lo que se arrepentiría.

—Perdone Carolina, ¿pero a qué se debe todo este griterío? No consigo entender por qué nos ha empezado usted a gritar.

—¿Cómo qué por qué? ¿Es que no lo ven? ¿Qué se han hecho por Dios? Cuando sean mayores y se vean la nariz agujereada se arrepentirán.

—Ah, ¿con que esto se debe a que hemos hecho algo que nos gusta y no hace daño a nadie?— respondí ya menos nerviosa.

—Sí, a mí sí que me hace daño. Me duelen los ojos de ver esa atrocidad.

—A mí, mis padres me han dejado— dije—. Y a ellos les gusta.

—Pues vaya gustos que tienen— dijo ella creyendo haber ganado la pelea.

—Si no le gusta no mire— dijo atrevida Nia.

—Lo que no le va a gustar mirar a usted va a ser el parte que le voy a poner.
—¿Por qué? ¿Por hacerme un piercing?

—Usted solita lo ha adivinado.

—En las normas del centro no dice que esté prohibido— dijo Sophie con toda la confianza.

—Pero en las normas de mi clase, sí.

—Pero su clase está dentro del centro— seguí yo.

—No tienen educación ninguna y a parte están perdiendo mi tiempo, siéntense y déjenme dar clase en paz, y les aseguro que la expulsión la tendrán bien pronto. Si no es por una cosa, la otra.

—¿Qué otra?— dijo Nia dubitativa.

—La manera en la que me han hablado ustedes tres, señoritas.

Vale, me estaba dando miedo. Yo no quería ser expulsada, y a mis padres no les haría gracia ver un parte y creerse todas las mentiras que esa espantosa señora se inventaría, pero... otra vez me quedé embobada. Sophie se dio cuenta y me chasqueó los dedos en la cara, sonriente me cogió del brazo y nos fuimos juntas a sentar, justo allí, al fondo de la clase, ese era nuestro sitio.

 Nada más sentarnos me quedé mirando al techo, hundiendome en mis pensamientos, sólo que ya no estaba Steve para decir algo tonto y sacarme de ellos, no solo porque no había sitio detrás nuestra, si no porque ya no estaba en nuestra clase, lo había sabido desde el principio, no duraría en sección. Pero, por una vez en mi vida deseaba que estuviera cerca, deseaba que dijera algo tonto, algo irrelevante, aunque fuese un intento fallido de ligar, algo, lo que sea. Porque el murmullo y el ruido de la clase no eran suficientes como para distraer mi atención. Estúpido chico, no salía de mi cabeza. No paraba de pensar en él. Estúpido Gilbert, con lo mono que era...

Sophie se dio cuenta.

—Aterrizando al mundo real, aterrizando al mundo real—se empezó a reír.

Pestañeé varias veces antes de verla de vuelta.

—Venga ya, estamos metidas en un lío enorme y, ¿tú en tu mundo? ¿Qué te pasa Ali? Puedes contar conmigo para cualquier cosa, ya lo sabes.

Yo seguía mirándola, pero sin decir nada.

—No me asustes, ¿no será nada malo?

—No. No, tranquila.

—¿Piensas decírmelo ahora o mejor cuando termines de aterrizar?

Me reí.

—Mejor cuando aterrice, es demasiado pronto.

—Venga, saca el Workbook que si no, al final esta señora nos mata.

 



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En el texto hay: misterio, fantasma, amigas

Editado: 26.04.2024

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