1770kfj: Tras la sombra de los Palafox [libro 1]

CAPÍTULO 15: Simplemente él

Allison

 

Me desperté un tanto nerviosa por lo que había pasado ayer. Aunque no me dió mucho tiempo para pensar en el pasado cuando podía pensar en el precioso presente ya que…¡hoy veía a Gilbert! 

Me senté y extendí los brazos bostezando alegremente. Me preparé rápido y bajé las escaleras. 

—Madre mía Ali, estás hecha un pincel—me dijo mi madre nada más verme bajar.

—Gracias mamá—respondí yo con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué te pasa?—preguntó intrigada intentando descubrir el motivo de mi sonrisa.

—Nada—dije con sonriendo, pero ahora con una risita nerviosa la cual hizo sonreír a mi madre también.

—Vamos Ali, te conozco, ¿qué pasa?

—Que hoy veo a alguien—vi que mi madre sonreía más porque sabía la continuación de mis palabras,—y ese alguien es un chico muy guapo la verdad.

Ella no se pudo contener la risa.

—Qué recuerdos de cuando tenía yo tu edad. Me lo tendrás que presentar, eh.

Mi sonrisa se borró tan rápido como un suspiro al viento, llevándose consigo la alegría.

—¿Qué ocurre?

—Ojalá poder presentarlo, cuando me quiera hablar.

—¿Y por qué no le hablas tú?

—¡No! Qué idea más horrorosa, podría decir tanto como Carolina. ¿Cómo voy a hablarle si se me olvidan las palabras? Bla blu bla bli. ¿Eso es lo que pretendes que diga?

Ella rió.

—No, lo que yo pretendo es que por lo menos le saludes.

Suspiré y volví a sonreír.

—Buena idea, un “hola” no hará daño a nadie.

—Venga vamos, desayuna que se te hace tarde.

***

Al llegar al instituto acompañada de Nia y Sophie nos encontramos a Lucy.

—Chicas, Randall me ha saludado. ¿Os lo podéis creer?¡Randall!

Así que algo tan sencillo como un hola, podría alegrarle hasta a Gilbert. Ya tenía claro lo que haría.

—Madre mía Lucy, estás loca—dijo Sophie con una sonrisa.

Nia y yo simplemente nos reímos.

—Te ha saludado porque se ha chocado contigo—dijo Nia.

—Sí, ¿y qué? Me ha dicho buenos días—dijo. Parecía que se iba a poner a gritar de la alegría, como la entendí en ese momento. 

Ojalá Gilbert también pensase eso de mí cuando le saludase. Si es que lo hacía claro. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por Sophie la cual me daba toquecitos en el hombro diciendo:

—Allison bajando al mundo real, Allison bajando al mundo real.

Yo sólo me reí junto con ellas y nos dirigimos a clase.

Inglés otra vez a primera. ¿Pero en qué pensaba la gente poniéndonos casi todos los días a primera hora de la mañana con esa señora horrorosa? En fin, era lo que tocaba. «Ajo y agua», me dije a mi misma, y entré a clase con un suspiro.

La profesora nos saludó con un horripilante “Good morning”. Bueno, al menos me sentaba al lado de Sophie, algo bueno habría que sacar, no como Nia, que se sentaba con Graham. 

—¿Ya has terminado de bajar a la Tierra?

—Sí, supongo.

—Me dijiste que cuando lo hicieses me contarías en qué piensas tanto. O quién. 

—¿Cómo te sigues acordando de que dije eso? ¡Si fue hace un mes y medio! —pregunté estupefacta.

—Soy Sophie, ¿recuerdas? —dijo simplemente con una sonrisa.

Yo asentí e inconscientemente apoyé la cabeza en mi mano.

—Vale, creo que aún sigues en tu mundo. ¿Piensas bajar al mundo real y contármelo?

No reaccioné, su voz se confundía con el murmullo de la clase y mi única concentración era él, era…

—¡Gilbert! Estás muy charlatán, te voy a cambiar de sitio—le dijo Miss Hairy P.

—Pero si no he hablado profe—respondió él.

—A mí no me contradigas, encima habla en inglés que para algo estás en sección bilingüe.

Gilbert se cruzó de brazos y se apoyó en el respaldo de la silla.

La profesora entrecerró los ojos, parecía concentrada pasando la mirada de un lado a otro de clase.

—Sophie–dijo entonces.

—¿Si?—respondió ella dubitativa.

—Ponte en el sitio de Gilbert. Y tú Gilbert, en el sitio de Sophie.

—¿Al lado de esa?—respondió él haciendo una mueca de asco.

Los dos se levantaron, Sophie al ver mi cara de vergüenza, miedo y confusión, dudó. Miró a Gilbert y luego volvió a dirigir la mirada hacia mi. Soltó una risotada.

—¿Ese?—rió de nuevo—Ali, podrías haberte buscado a alguien mejor—siguió riéndose mientras se cambiaba de sitio hacia segunda fila llevando su mochila colgada de un hombro y el cuaderno y el estuche en la mano.

Gilbert hacía lo mismo sólo que se dirigía hacia mí.

Al caminar parecía que desprendía brillos y mariposas a su alrededor. Cada paso que daba, cada movimiento, cada respiro… parecía que desprendía estrellitas y que todo se teñía en un ambiente extraño donde lo único que deseaba era estar junto a él. Pero tan cerca y tan lejos a la vez. A Gilbert Ferreira, el chico perfectamente moldeado para mí; el chico más amable y gracioso, el chico popular, el chico con una voz angelical, y, ese chico del que estaba enamorada, ese chico tan perfecto y guapo. Sí, a ese le caía mal.

Espera, ¡¿qué?! ¿Yo le caía mal… ¡¿A Gilbert?!

—Hola compañera—me saludó colocando sus cosas en la mesa.

—Hola Gilbert—respondí yo un poco nerviosa.

Bueno, bien, la parte difícil ya estaba hecha.

—Y por aquí atrás, ¿qué te cuentas?

—Hmmm…Nada, nada interesante—me temblaba la voz.

—¿Quieres ver algo interesante?

Sacudí la cabeza, simulando un sí.

Él sonrió con una media sonrisa y sacó un avión de papel de la mochila. Se le cayó al suelo y me agaché a recogerlo, pero al levantar la mirada me encontré cara a cara con él, su mano y la mía rozaban mientras cogíamos el avión. Al tener el avión en la mesa sonrió y apartó la mirada. Pareció dudar un poco pero al final me preguntó.

—¿Quieres tirarlo tú?—me dio el avión de papel.



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En el texto hay: misterio, fantasma, amigas

Editado: 01.06.2024

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