1770kfj: Tras la sombra de los Palafox [libro 1]

CAPÍTULO 17: El proyecto

Allison 

 

Perfecto, Sophie se ha puesto mala y no podremos ir hoy a reconstruir la cabaña. Bueno, no pasa nada, además, no me apetece ir al bosque después de que Nia me recordase las leyendas del bosque. Igual por algo lo llamaban El Escondite del Más Allá.

Hay muchas leyendas sobre él, pero las más famosas cuentan que, cada luna azul los fantasmas se escondían en el bosque para prevenir desvanecerse por completo, ya que se dice que los fantasmas se aparecen cuando mueren antes de realizar algo que tenían pendiente o nunca llegaron a acabar algo que algún día quisieron empezar. 

La otra, cuenta que, hay una entidad que secuestra a los senderistas en luna llena. Y de noche se oyen gritos sin que haya nadie… 

Pero nada de esto era cierto, ¿verdad?

Ya me estaba empezando a volver loca. Los sueños de Sophie, los escalofríos, la chica del espejo… Según Veleda, alguien nos quería decir algo. Y Nia, ya sabía sus rasgos físicos, nos ayudaría en algo si todo fuese real, claro. Bueno ya bastaba de pensar tanto, que tocaba prepararme. Inglés a primera, que pereza.

***

—Hola— saludé a Lucy y a Nia.

—Buenos días—respondieron ellas.

Subimos al piso de arriba del instituto para llegar a clase.

—Que rabia que Sophie se haya puesto mala justo ahora— se quejó Nia y pude ver en sus ojos la emoción que tenía con reparar la cabaña del bosque, o más bien hacerla de nuevo.

—Ya, aunque quizás lo haya hecho el fantasma—dije.

—¿A qué te refieres?

—Que a lo mejor se ha puesto mala por algún motivo que nos puede ayudar.

—No te sigo.

—Bueno, da igual—dije entrando a clase.

Nos sentamos en nuestros sitios y Nia separó la mesa que tenía al lado de la suya, la mesa de Graham. Al instante Carolina la regañó, pero ella no cedió en volver a colocarla como estaba porque: «Ya tenía bastante con tener a Graham al lado».

La Charol dejó que tuviera la mesa separada, algo que nos sorprendió. ¿Desde cuándo le daba la razón a Nia?

No pudimos descubrirlo, ya que empezó a llegar más gente y mi mente se inundó con otros problemas. Problemas como Gilbert.

—Hola—me saludó él al sentarse dejando vagamente su mochila en el suelo. 

—Hola—respondí, intentando no ponerme nerviosa. Pero mis mejillas no ayudaron y se encendieron creando un tono rosado.

Por suerte para mi, Carolina empezó la clase pronto. 

Well guys, tendréis que hacer un proyecto en grupos de tres.

Nia y yo nos miramos e instintivamente miramos al sitio de Sophie, que estaba vacío.

—Voy a dejar que hagáis los grupos, pero si hay algún problema los haré yo.

Pues vamos bien, ¿qué Sophie no estuviese contaba como problema?

Miré a Nia que parecía haberse hecho la misma pregunta y me miraba preocupada mientras se levantaba y se acercaba a mi. Perfecto, toda la clase había hecho ya grupos y solo quedaba…

—No, no, no—escuché que le decía Nia a Carolina.

—No me voy a poner con ellas profesora—dijo la inconfundible e insufrible voz de Graham.

—Sí, que lo vas ha hacer—cortó Miss Hairy P..

—¿Profesora y Sophie con quien irá? —pregunté entonces.

—Con Gilbert y Steve.

Pude sentir la risita de Nia al escuchar que Sophie iría con Steve, pero a mi no me hizo ni la más mínima gracia porque recordé que nuestro trío consistía también de Graham.

—¿Y por qué no puedo ir yo con ellos? —se quejó Graham.

Pude apreciar como a Steve se le borraba la sonrisa de la cara.

—Porque no, los grupos ya están hechos.

Steve volvió a poner inconscientemente esa sonrisita tonta y

vi que Nia iba a replicar, pero llamaron por teléfono a Carolina y se disculpó un momento antes de salir de la clase.

Entonces, lo sentí de nuevo. Aquel escalofrío que me recorría la espalda y me helaba la sangre. Miré a Nia, también parecía haberlo sentido. Estaba claro lo que nos quería decir el fantasma. “Seguirla”

Echamos a andar hacia la puerta sin hacer caso a las quejas y preguntas de Graham y nos pegamos a la puerta para escuchar la conversación que mantenía la profesora por teléfono. No pareció que nadie nos hiciera caso porque cada uno estaba hablando con su grupito, Graham se estaba quejando con los chicos pero Steve estaba embobado y Gilbert… ¿Me estaba mirando? No, tonterías. Gilbert era demasiado popular como para fijarse en una… Allison.

No pude pensar más en Gilbert porque la voz de Carolina nos interrumpió.

—Sí, te traeré el dinero—la escuchamos decir.

—No espero ninguna excusa, esta vez, no Pe-…digo Palafox—se escuchó una voz masculina al otro lado del teléfono.

Nia y yo intercambiamos una mirada de confusión pero pegamos más el oído a la puerta.

—Esta vez tengo todo—respondió La Charol.

—Entonces no hará falta decir nada a nadie. ¿Verdad Palafox?—la voz pronunció su apellido con maldad.

—No—dijo ella intentando ocultar su nerviosismo, pero no pudo ya que su voz temblaba.

—Entonces, nos vemos—dijo la voz y colgó la llamada.

Nia y yo nos despegamos de la puerta, pero no sin antes haber escuchado el suspiro de alivio que soltó Carolina. Respiró hondo y abrió la puerta, para entonces Nia y yo ya habíamos corrido lo suficiente como para llegar al final de clase con disimulo.

—¿Adónde habíais ido?—preguntó Graham con su asquerosa voz.

—¿Y a ti qué te importa?—le respondió Nia mirándole con cara de asco.

—Bueno chicos, los grupos ya están y la fecha de entrega es en dos semanas. Tenéis el tiempo suficiente así que no quiero oír quejas—dijo La Charol mientras entraba a clase.

El timbre sonó. Ahora tenía clase de Lengua. Sonreí. La que le iba a montar a Steve.
 


Nia

 

—No, en serio, ¿a dónde habíais ido? —me preguntó Graham por quinta vez en clase de Lengua, donde para colmo nos sentamos juntos. Odio mi vida.



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En el texto hay: misterio, fantasma, amigas

Editado: 01.06.2024

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