2. Broken

❯── VIII ──❮

────────────────[El tatuaje]

—Caramba, caramba, caramba, caramba —dijo una voz detrás de ellos, y los huérfanos se dieron la vuelta para ver a Stephano allí de pie, llevando la maleta negra con el candado plateado y con una mirada de embelecadora sorpresa en el rostro. «Embelecadora» es un sinónimo tan extraño de «falsa» que ni siquiera Klaus sabía lo que significaba, pero no hacía falta decirles a los niños que Stephano simulaba sorpresa—. Menudo terrible accidente ha ocurrido aquí. Mordedura de serpiente. El que lo descubra quedará muy trastornado. Por suerte, la fortuna de los Winchester sigue en pie.

—Usted... —empezó a decir Violet, pero se detuvo, tenía la extraña sensación en la garganta de que la muerte de Tío Monty era como un alimento que sabía fatal—. Usted... —volvió a decir. Stephano no le hizo ni caso—. Claro está, cuando descubran que el señor Montgomery está muerto, se preguntarán qué habrá sido de aquellos repulsivos huérfanos que holgazaneaban por la casa. Pero estos se habrán ido muy lejos. Por cierto, es hora de marcharse. El Próspero zarpa del Puerto Brumoso a las cinco en punto y me gustaría ser el primer pasajero en embarcar. Así tendré tiempo de tomarme una botella de vino antes de comer.

—¿Cómo ha podido? —susurró Klaus con voz ronca separándose de Elena. No lograba apartar la mirada del rostro pálido, muy pálido de Tío Monty—. ¿Cómo ha podido hacer esto? ¿Cómo ha podido asesinarlo? ¿Y también quería hacerle esto a Elena y a nosotros?

—Bueno, Klaus, estoy sorprendido —dijo Stephano, y se acercó al cuerpo de Tío Monty—. Un sabelotodo como tú debería ser capaz de llegar a la conclusión de que tu viejo tío gordinflón ha muerto de mordedura de serpiente, no ha sido asesinado. Mira las marcas de estos colmillos. Mira su rostro tan pálido. Mira esos ojos como platos.

—¡Pare! —dijo Violet—. ¡No hable así!

—¡Tienes razón! —dijo Stephano—. ¡No hay tiempo para charlas! ¡Tenemos un barco que tomar! ¡Vámonos!

—No iremos a ningún sitio con usted —dijo Klaus, más concentrado en su difícil situación que en no perder el control—. Nos quedaremos aquí hasta que llegue la policía.

—¿Y cómo supones que sabrá la policía que tiene que venir? —dijo Stephano.

—Nosotros los llamaremos —dijo Klaus, en lo que esperaba fuese un tono de voz firme, y empezó a caminar hacia la puerta.

Stephano dejó caer su maleta, el candado plateado golpeando ruidosamente el suelo de mármol. Avanzó un poco y cerró el paso a Klaus, los ojos muy abiertos y rojos de ira.

—Estoy tan cansado —gruñó Stephano— de tener que explicártelo todo... ¡Se supone que eres muy listo, pero siempre olvidas esto! —se metió la mano en el bolsillo y sacó el cuchillo dentado—. Esto es mi cuchillo. Está muy afilado y muy deseoso de hacerte daño, casi tanto como yo. Si no haces lo que te digo, te hará daño de verdad. ¿Ha quedado lo bastante claro? Ahora, métete en el jodido jeep.

Elena observó asustada y negó. Notó que Violet no hizo nada, así que ella se acercó al Conde y se puso entre medio de Klaus y él.

—Ayyy, parece que necesitas una heroína. Tu novia ha venido al rescate —dijo Stephano con diversión.

Es, como saben, muy, muy grosero y a menudo innecesario decir palabrotas, pero los huérfanos estaban demasiado aterrorizados para hacérselo saber a Stephano. Los cuatro niños, después de mirar por última vez a su pobre Tío Monty, siguieron a Stephano a través de la puerta de la Habitación de los Reptiles, para meterse en el jodido jeep. Para más inri —palabra que aquí significa «forzar a alguien que ya está muy triste a llevar a cabo una tarea desagradable»—, Stephano obligó a Violet a sacar su maleta de la casa, pero ella estaba demasiado abstraída en sus propios pensamientos para que le importase. Pensaba en la última conversación que ella, sus hermanos y Elena habían mantenido con Tío Monty, y pensaba, en un repentino ataque de vergüenza, que realmente no había sido una conversación. Recordaréis, claro está, que, de regreso a casa después de Zombis en la nieve, los niños estaban tan preocupados por Stephano que no le habían dicho una sola palabra a Tío Monty, y entonces el jeep había llegado a la casa y los huérfanos habían corrido escaleras arriba para huir de aquella situación, sin darle siquiera las buenas noches al hombre que ahora yacía muerto y cubierto por una sábana en la Habitación de los Reptiles. Cuando los chicos llegaron al jeep, Violet intentaba recordar si le habían dado las gracias por llevarlos al cine, pero todo lo referente a aquella noche era confuso. Le parecía que ella, Klaus, Elena y Sunny le habrían dicho probablemente: «Gracias, Tío Monty», cuando estaban en la taquilla del cine, pero no podía estar segura. Stephano abrió la puerta del jeep e hizo gestos con el cuchillo para que Klaus, Elena y Sunny entrasen en el diminuto asiento trasero, y Violet, con la pesada maleta negra en el regazo, en el asiento del copiloto. Los huérfanos tuvieron la leve esperanza de que el motor no arrancase cuando Stephano giró la llave, pero fue en vano. Tío Monty cuidaba muy bien de su jeep y el motor arrancó a la primera.

Violet, Klaus, Elena y Sunny miraron hacia atrás, y Stephano empezó a conducir el coche por la avenida de los setos con formas de serpientes. Al ver la Habitación de los Reptiles, que Tío Monty había montado con tanto cuidado para albergar sus especímenes y en la que él era ahora también un espécimen, la desesperación de los niños fue demasiado grande y empezaron a llorar en silencio. La muerte de un ser querido es algo curioso. Todos sabemos que nuestro tiempo en este mundo es limitado y que al final todos acabaremos cubiertos por una sábana para nunca despertar. Y, sin embargo, siempre es una sorpresa cuando le pasa a alguien que conoces. Es como subir a oscuras las escaleras en dirección a tu dormitorio y creer que hay un peldaño más de los que hay. Tu pie cae al vacío y hay un instante de sorpresa mientras vuelves a ajustar la forma que tienes de pensar en las cosas. Los huérfanos no solo lloraban por Tío Monty, sino también por sus padres, y con esa oscura y curiosa sensación de caída que acompaña a una gran pérdida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.