Tres meses, tres meses en los que Niall no supera la pérdida, su tristeza va de mal en peor y con ello se ha apartado de todo quien conoce y quien lo conoce, y simplemente Harry ya no sabe qué más hacer, ama a su omega, pero siente como su omega lo quiere lejos, tan lejos que no logra sentirlo, ya no logra saber que pasa, no puede comunicarse con el.
Y le preocupa.
Le preocupa que su lazo se debilite tanto y desaparezca haciendo que en menos de lo que todos quieran el omega muera por un lazo roto, que aunque el siendo el alfa no lo quiere hacer no puede hacer más por mantener el lazo, no él solo.
Todo iba bien, todo iba mejorando, Niall estaba pasando bien la pérdida pero todo fue cuesta abajo cuando vio el vientre curvado de Alex, sus ojos felices y a la pareja rebosando de felicidad en la espera de dos pequeños cachorros.
El rechazo fue inmediato, desde ese día no había vuelto a salir de casa, a recibir visitas, ni a dejar que su alfa le tocara, su comunicación con el mundo fuera de la habitación de invitados había sido nula desde ese día.
Anne, Maura y Bob estaban tan preocupados por el omega, quien se había negado a verlos, hablarles o siquiera recibir el apoyo que necesitaba, solo quería que le dejaran solo.
Sin nada que poder hacer se mantenían al margen, al margen de la pareja, viendo como el dolor del alfa lo estaba debilitando, como el lazo se iba extinguiendo y los esfuerzos que sin más solo desgastaban al alfa haciendo de este alguien completamente diferente, porque si seguía insistiendo en mantener el débil lazo, el muerto que saldría seria él, el alfa por poner toda sus fuerza y vitalidad en un lazo de una sola parte.
Entonces, no solo había que preocuparse del omega que se había cerrando en sí mismo, negando a todos, hasta a su alfa. El alfa estaba pasándola peor, no solo había perdido un cachorro si no que estaba perdiendo a su omega, su lazo, su unión, su todo.
Había dejado la empresa al mando de su madre ya que estar lejos del omega y luchar para mantener el lazo a distancia había sido tan duro, tan desgastante, tan difícil que no lo había soportado, se había quedado inconsciente a la semana y él no quería perder su lazo, no quería, se negaba a perder lo que le unía a ese omega que se había vuelto lo mejor que le había pasado.
Anne estaba tan preocupada, quería hablar con Niall, hacerle entender que no solo estaba sufriendo el, si no que si seguía así, rechazando al alfa, si seguía empeñado en terminar su lazo y el alfa manteniéndolo con todo lo que le quedaba el alfa moriría, desgastado y sin nada más que dar.
Y ella no quería perder otro hijo, no quería ver como su hijo se iba apagando, justo lo que pasaba, porque su hijo ya no estaba aguantando mantener solo el lazo, el estaba muriendo lenta y tortuosamente y le dolía, le dolía tanto.
Maura iba todos los días a checar al alfa, quien se paseaba por la casa como un zombi, sin vida, sin nada, solo caminaba mientras miraba algún libro o se quedaba por horas sentado en el sillón sin poder dar más de 10 pasos sin tener que sostenerse de algo, pero siempre cerca de la habitación que el omega había tomado como suya, porque simplemente el lazo se rompería si él iba más lejos.
Y le dolía ver lo que su hijo sin saber le estaba haciendo al alfa.
Ella se encargaba de que Niall comiera, dejando comida en la habitación, el lo hacía, no comía como antes pero era algo.
Pero el alfa, el alfa estaba rechazando cualquier alimento que le dieran, y si comía todo era regresando en horrorosas arcadas hasta devolver todo lo que había comido, dejándolo sin nada.
Y todo seguía su curso.