—¿Qué tiene mi hijo? —casi grita la alfa alterada.
—No responde, esta pálido, esta apenas respirando, está muy mal —contestó resaltando el 'muy' y con lagrimas en los ojos.
—En 10 minutos llegare, iré por el doctor, por favor acomódalo y tápalo, checa a Niall, no queremos a los dos mal —hablo atropelladamente mientras el ruido de sus tacones se oían.
—La espero —contesto la beta, dejo el teléfono en su lugar, respiro hondo y limpio sus lagrimas, necesitaba estar calmada para poder ser útil, después de un rato en el que logro calmarse fue a donde al alfa estaba, lo acomodo en el sofá, acostándolo correctamente, poda sentir como el cuerpo estaba tan ligero, tan flojo.
Al terminar fue a la habitación de almacenaje y tomo una frazada caliente con la que cubrió el cuerpo del alfa para que no se enfriara por el clima tan frio que estaba, toco sus mejillas y la temperatura era fría, algo nada normal en lobos.
Menos en alfas.
Con pasos lentos fue a la habitación del omega, vio la comida en el piso, sabía que había sido el alfa, la tomo, si el alfa se había esforzado hasta traerla por lo menos el chico debía de comerla, entro, los ojos azules del omega le vieron sin emoción alguna.
Quiso decirle algo, gritarle, reprocharle por hacer eso con el alfa, quiso hacer tantas cosas, pero sabía que eso sería lo que menos querría el alfa, suspiro y se acerco a la mesita de noche, dejo la comida ahí.
—Come —ordeno de una forma cálida.
—Claro, gracias —el omega estaba bien, menos pesos que con el que había llegado, pero bien no al borde de la muerte.
—No rompas el lazo —susurro antes de salir sin esperar respuesta o ver la reacción del omega.
Niall vio a la mujer salir, vio el dolor en sus ojos, y esas últimas palaras le llegaron al lo mas fondo de él.
Porque lo que él quería y al parecer ya todos sabían era sin duda romper el lazo que parecía ser lo suficientemente fuerte para estar aun después de tres meses.
El no soportaba saber que seguía unido al alfa, el no lo quería, él quería que el alfa le dejara, quería ver al alfa con un buen omega, que tuviera hijos, él quería que el alfa lo dejara de amara como lo hacía.
En menos de 10 minutos la alfa junto a un alfa de unos 39 años entraban a la casa, ambos directo a la sala, un maletín en mano y la preocupación a flor de piel.
—Lo revisare, pero por lo que veo necesitare tres de mi enfermeras, hablarles Anne —la mencionada asintió y vio como el alfa sacaba varias cosas de su maletín, suspiro esperando que no fuera tan malo.
Después de media hora el alfa dejo el cuerpo de su hijo, fue hasta la cocina donde estaba la madre mordiendo sus uñas nerviosa por lo que le fuera a decir.
—Son malas noticias Anne —hablo con voz calmada, la alfa y beta ahí le vieron, el suspiro.
—Por lo que se y como lo he visto, Harry ha usado todo lo que le quedaba de fuerzas en mantener su lazo, el cual es tan frágil que dudo el pueda seguir manteniendo, su cuerpo está en estado de coma, algo que él se obligo a hacer para poder seguir manteniendo la unión con el omega —dejo de hablar se sentó frente a la mujer que veía a su hijo en el sillón —, puedo llevarlo al consultorio a tratarlo, conectarlo a los aparatos, pero si lo alejo demasiado de esa habitación el lazo se romperá y Harry podría despertar después de unas semanas mejor, y eventualmente seguir su vida, conseguir a alguien...
con amor val