Sexto Capitulo.

Una semana, una semana ha sido para Niall desde que el olor del alfa ha dejado de estar a su alrededor y aunque no lo quiera, lo extraña, pero a la vez agradece, en una gran parte porque así se vuelve más fácil dejar al alfa, rechazarlo más.

Dejarlo ir.

Pero esa preocupación en el ya ha sido detenida por tanto tiempo, estando encerrado en esa habitación, respirando, soñando, viendo el cielo, el patio, viendo las horas y días pasar, sentir como su vida se va.

No saber del alfa, no escuchar su voz preguntándole si puede entrar para el inmediatamente negándose, no queriéndolo cerca, porque no lo quería cerca, era demasiado para él y tenerlo no estaba en sus planes futuros, ya no.

Pero había estado notando tantas cosas extrañas, pensó que todo estaba en su mente por tanto encierro pero después de tres días supo que algo pasaba, algo que estaba mal, muy mal.

Podía sentir el espeso olor de todos ahí, todos con olor acido que picaba además la tristeza que la mayoría traía plantada en su rosto y simplemente en sus acciones, el olor que quemaba igual, además la seriedad que todos habían tomado de un día para otro, principalmente en Alice quien había parecido haber pedido la vida, parecía más un robot haciendo las cosas, entrar, dejar la comida, llevar los trastes y repetir, todo igual.

Su madre no le miraba a los ojos y podía saber que había llorado y el hecho de que Anne no había ido a verlo como lo hacía habitualmente aunque él la ignorara.

El amaba a la mujer, era tan bueno, siempre lo fue y saber que no estaba rondando porque sabía que estaba en la casa, hasta más de lo que antes, podía oler su tan imponente olor natural, pero ella no había vuelto a entrar en la habitación haciendo que su corazón se oprimiera.

Y el dolor simplemente ha sido imposible detener, no solo era Anne quien se había distanciado, su madre parecía más en sí misma, no hablaba casi, no le hablaba por horas para hacer que el e dijera algo, ya no lo hacía.

Pero la clara razón de su dolor era el ya no existente sonido de la voz dl alfa, que pese a no quererlo como alfa, o no querer ser ya su omega se había acostumbrado y le gustaba escuchar su voz y esta había estado existente desde hace ya una semana, una semana muy dura de hecho.

Podía saber que había mas gente en el lugar, los olores eran de betas, lo sabía, y el olor de otro alfa, alguien más ahí, podía sentirlos y los sonidos de los pasos de aquí para allá entando a la oficina que estaba al costado, una oficina que ni Harry frecuentaba pero que ahora parecía ser el centro de todos y el simplemente estaba dudando de querer estar encerrado más tiempo sin saber que pasaba su alrededor, porque simplemente estaba siendo tan duro.

Su mente quería pensar que el alfa estaba fuera, en un viaje, que el estaba rodeado de omegas ya sea mujeres u hombres, que el estaba siendo llamado por alguno de ellos, que él había encontrado a uno bueno, que él le dejaba de amar, que él le quitaba la responsabilidad de ser su omega, porque él no quería dejar que el alfa siguiera atado a él.

No, porque él no era un buen omega, el era defectuoso.

Pero a la vez le dolía, porque pese a negárselo, el seguía amando al alfa, porque simplemente el sabia que eran dos mitades que se unían, que se acoplaban, eran dos pedazos de un corazón, ellos se pertenecían, porque la diosa luna así lo había querido desde entes de que el naciera el ya era de Harry y Harry era de él.