#2 | Los Nombres de Anónima | Escribiendo

Capítulo III

Estefanía Jones

🍸Jueves🍸

¡Era un infierno! ¡Y lo odiaba!

Ese comienzo fue muy extraño, pero es que me sentía como un zombie andante, en la noche anterior no había dormido nada por el bendito picor de mi garganta y el constante vómito que tenía.

Seguramente vomité todos mis órganos también.

En el desayuno no tenía apetito y solo quería agua o morirme, no entendía como podía sentirme tan mal, pero lo que, si podía entender eran mis infernales ganas de beber, creía y sabía que si bebía seguramente me sentiría mejor.

Pero no podía, reglas eran reglas, la primera actividad que tenía era artes. Y yo soy un asco en eso asi que terminé arruinando el lienzo que me habían dado, me enojé tanto que terminé rompiéndolo con mis propias manos.

015 me llamó salvaje y yo le respondí lo sé.

Obviamente la supervisora del área de artes me dijo que debía de limpiar el desastre que hice y volver a empezar con otro lienzo de los que había. A la brava arreglé mi desorden y al lienzo le di pinceladas desordenadas pretendiendo dibujar algo que ni yo misma entendía.

La siguiente actividad fue tejido, allí nos encontramos con nuestro grupo de compañeros y cada uno tomo su canasta sentándonos tal y como estábamos el día anterior.

—¿Cómo te llamas hoy Anónima 018? — me preguntó 081

No había pensado en eso asi que suelto el primer nombre que se me viene a la mente —Julieta—

—Mucho gusto Julieta, yo soy Michael— toma mi mano apretándola de manera ligera

—El gusto es mío— bostezo

—¿Te sientes cansada? —

—Sí, ayer vomité mis órganos por el inodoro y parte de ellos quedaron en las sábanas sucias—

—¿Cómo te sientes? — pregunta examinando mi rostro

—Cómo si hubiese votado hasta el alma y con mucho sueño— mis parpados se sienten pesados

—Recuéstate aquí— pone un cojín en sus piernas y lo palmea

—¿Seguro? —

—Si, recuéstate—

Me recosté y no me costó nada quedarme dormida mientras sentía el ligero vaivén de los dedos de “Michael” en mi cabellera, haciéndome piojito.

🍸🍸🍸

Ese día me tocaba a mí tener mi cita obligatoria con la psicóloga, realmente no quería ir, estaba enojada, irritable, más la baja energía que sentía y lo ansiosa que estaba.

Bueno la ansiedad ya venía desde hace unos años.

015 me guía hasta la oficina de la psicóloga, el lugar era colorido, pero al mismo tiempo blanco, había como una mezcla rara de colores, aun así, se veía muy bonito.

La psicóloga era una mujer de ojos y cabello negro, con pecas en su rostro y una sonrisa muy bonita, si, la noté porque me recibió con una.

—Toma asiento por favor— me indicó al ver que me quedé de pie —Yo soy la psicóloga Adriana Castillo ¿Cómo estás? — me preguntó

Yo solté una risa —¿Cómo estoy? Mal, muy mal, realmente mal; de hecho, me pregunto donde estuve mucho más mal ¿Estando fuera o aquí dentro? —

—Entiendo, pasemos a otra pregunta ¿Te has relacionado socialmente con alguien de aquí? —

—Si— respondí con monotonía y ella esperó a que siga hablando —Con 015, 057, 099 y 081—

—Físicamente ¿Cómo te has sentido? —

—¿Usted no entiende la palabra mal? ¿O no está en su diccionario? —

—Necesito que tú me describas físicamente como te has sentido. —

—Bueno pues se resume en irritable, baja de energía, enojada y ansiosa, aunque lo ultimo ya es de hace años. —

—Bien, te voy a explicar la primera fase por la que estas pasando, se llama síndrome de abstinencia, o como a todos aquí les gusta llamarle: la retirada. — hizo una pausa dejando su libreta de notas y el bolígrafo a un lado —Esta etapa se resume a la desintoxicación que tendrás que pasar, esto dura aproximadamente 1 o 2 semanas, vas a sentir deseos de consumir, ansiedad, depresión, baja energía, irritabilidad, insomnio, paranoia e incluso problemas de memoria. —

—¿Y? —

—Continuo, todos estos síntomas responderán al reajuste neuroquímico cerebral, es necesario que tu sepas esto para que entiendas a que se deben tus cambios emocionales y también que sepas que se acabarán remitiendo. —

—Ok— respondí restándole importancia

—La segunda fase por la que pasarás se llama abstinencia temprana, o como le apodaron los pacientes: luna de miel. Dura entre 4 y 6 semanas, aumentará tu energía, aumentará tu optimismo, euforia, leve paranoia y exceso de confianza. Esta etapa puede causar problemas ya que puedes pensar que no es necesario prolongar el tratamiento. —

—En realidad no sería necesario seguir con el tratamiento, ya me sentiría bien, estaría bien—

—Si es necesario, porque durante esa etapa se presenta el riesgo de que vuelvas a consumir— explicó y yo terminé asintiendo — Las otras dos etapas te las explicaré cuando termines la dos—

—Ok—

—Si quieres contarme por qué empezaste a beber, puedes hacerlo, yo te entenderé y de aquí no saldrá—

—Primero, no quiero hacerlo y segundo, todas las personas siempre dicen: Yo te entenderé, o confía en mí, pero realmente nunca te entienden y es por eso que no se puede generar confianza con nadie, siempre terminan exponiendo sus puntos de vista alegando que estan en lo correcto o quitándole importancia a los problemas, o ni siquiera te escuchan y si lo hacen te responden con las típicas frase de: No es nada comparado con tal cosa o seguro lo estas tergiversando o, eres adolescente tu no tienes problemas reales. ¿Qué es problema real, doctora? —

—No existe un “problema real”, lo que si sabemos es que todos, seamos niños, adolescentes, adultos o adultos mayores tenemos o tendremos problemas, tanto físicos como emocionales, y no está mal tenerlos. —

—Lo dice porque es su trabajo. —

—Es mi punto de vista 018. Y no necesitó un trabajo para tener uno. —  




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