2. Oscuros: El poder del olvido

3. Capital Federal VS La Provincia

 

Alex vio como la joven Tessa Wilmeroong asintió con su cabeza. 

Aquella acción no era para nada buena, él sabía con claridad de lo que se trataba aquello y por ese motivo aquello simplemente dolía y demasiado. La miró a los ojos con su ceño completamente fruncido, esos bellos delicados y angelicales; ojos celestes que la joven poseía y que a él tanto le gustaban y le gustarán por el resto de su vida.

Ella imitó su accionar y no dijo ni una sola palabra, esperaba que el joven rubio frente a ella se diera el lujo de ser el primero en comentar o opinar alguna que otra cosa que en el pasado quedó pendiente entre ellos. 

Él se acercó a la puerta de la enfermería. Sus manos se encontraban en los bolsillos del pantalón que llevaba puesto. Al llegar, sacó sus manos de allí dentro y cerró la puerta con fuerza trabando para que nadie logrará entrar o simplemente salir del lugar, por ese motivo Tessa al notar la extraña acción de él su ceño se frunció inmediatamente y se acercó para observar por las ventanas que en un dos por tres fueron cerradas por él y su poder psíquico angelical. Ella giró para verlo a los ojos y notó en el fondo de la mirada de él que todo lo que estaba sucediendo era para estar a su lado, sin importar la desaparición de Jane y lo que esa oscuro podría hacer en la institución angelical.

Ahora sí, Tess no se encontraba del todo bien y mucho menos al notar las acciones extrañas que Alex llevaba a cabo, es más le pareció muy extraño y hasta tenebroso, pero no dijo nada y se quedó parada en medio de dicho lugar aún con su ceño fruncido esperando que algo sucediera o mejor dicho que alguien viniera a ayudarla para salir de allí.

Alex se acercó inmediatamente a ella al notar que ahora si nadie entraría a la enfermería, por suerte ya no más. Ambos ángeles podrían estar solos sin que nadie interfiera como lo habían hecho durante años.

Los ojos azules de él se fijaron en los celestes de ella y sonrió como si no hubiera un mañana, como si la extrañará demasiado pero no mostró ningún sentimiento hacia ella simplemente se acercó y tomó la mano de ella y la sentó en una de las camas, él se arrodilló frente a ella y llevó la mano de ella a sus labios para dejar un pequeño beso sobre el delicado dorso de la joven. 

Tess al notar la acción de Alex hizo una pequeña mueca con sus labios que se encontraban con un delicado tono rosado, que hacía que sus labios parecieran mucho más carnosos y brillantes. Él notó con claridad la acción de ella y frunció el ceño sin comprender, aquello nunca lo hubiera hecho en el pasado, a ella le encantaba que él besará su piel y ahora que podía hacerlo le hace aquella extraña mueca. 

— Alex, las cosas cambiaron desde que me transfirieron. —Dijo ella mirando los bellos ojos azules que él poseía. Él alzó una ceja sin comprender lo que salía de los rosados labios de Tess, pero dejó que continué con su palabra. — No me transfirieron simplemente para estar al lado de mi hermano, también... —ahora sí, Alex no dejó que ella continuará y se levantó inmediatamente del suelo limpiando su atuendo por segunda vez en el día, aquello parecía volverse un hábito del joven.  — Alex... —murmuró ella y se levantó de aquella cama para acercarse a él.

Ella estiró su mano derecha hacia el hombro de él para calmar su ansiedad, ya que veía como Alex iba de un lado al otro con sus puños cerrados y apretados con todas sus fuerzas, ella podía sentir como de la mano de él comenzaba a sangrar y pequeñas gotas de sangre caían al suelo blanco y limpio. Él no se daba cuenta del dolor que se estaba provocando a sí mismo.

Cuando él sintió la mano de ella sobre su hombro frunció aún más el ceño y la miró a los ojos, los ojos azules de él se veían mucho más claros y brillantes, tenía lágrimas apunto de salir de esos bellos ojos. Tomó la mano pequeña y delicada de Tessa y la acercó a él, pegó su cuerpo al de él y tomó el rostro negante de la joven.

Ella simplemente negaba deseando que nada de lo que estaba sucediendo era real, nada. No quería que eso fuera cierto, deseaba que todo terminará y que alguien viniera a buscarla de una vez por todas.

Lamentablemente todo era más que real, todo estaba sucediendo y Tessa no sabía como decirle la verdad ya que él no la quería escuchar, pero en algún momento tendría que oírla y ella prefería que oyera la verdad salir de sus labios y no de otros ya que podrían inventar o cambiar algo de la historia, de la realidad. 

Tessa pensaba que palabras utilizar ante la situación y que él la comprendiera, pero cuando estaba apunto de decir algo las cosas cambiaron drásticamente en un abrir y cerrar de ojos, ella se sentía completamente culpable de todo y de cierto modo era cierto, ella era la culpable y no había más nada para lograr que aquel sentimiento cambié.

Cuando él acercó el rostro de ella al suyo Tessa llevó sus manos hacia las de Alex y negó con su cabeza tan sólo una vez. 




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