Luke
Camino con cuidado por las calles, no deseo hacer nada, no quiero pensar ni respirar. Estoy viendo todo lo que me rodea y con cada paso que doy puedo sentir que asesino a las plantas y lo que piso.
Quiero respirar hondo y aguantar todo lo que pueda para, de ese modo, llegar a ser alguien en esta vida de infierno.
Al llegar a mi casa, camino unos pequeños pasos para dirigirme al sofá, cuando llego me lanzo cómodamente pensando en lo sucedido anteriormente.
No entiendo la razón por la que no me puedo quitar de la cabeza a Rubby, deseo hacer lo posible para olvidar, pero no puedo. Todo lo que pienso me recuerda a ella, es algo diferente.
Es un nuevo día, un nuevo sentimiento, un inicio. Algo que explorar, algo que palpita por vivir. Ya no tengo que esperar más tiempo para lograr vivir esa vida, ya que estoy aquí y dispuesto a vivirla.
Un viento terrorífico se levanta de la nada, produce que me olvide de mis pensamientos y me concentre en el sonido peculiar que produce al chocar con las cosas. El sonido del aire es mágico.
Una pequeña sonrisa ladina se dibuja sobre mis labios pensando y reviviendo cada momento del beso. Jamás había hecho tal cosa, quizás a ella no le gustó, jamás lo sabré o tal vez, solo tal vez, si le haya gustado. Solo espero que así sea.
Simplemente estoy viviendo algo que no debería de haber vivido, al menos, eso es lo que me dicen los expertos en la materia sobrenatural de la vida. Como siempre elijo hacer las cosas que se me dan la gana hacer y es por eso que hice lo que hice. Suena alguna clase de excusa, no puedo negar eso, pero no lo es.
No me doy cuenta de lo que hago, bueno, del mal que una acción sin pasarla se puede volver el fin del mundo. Nunca es mi intención hacer este tipo de cosas, pero siempre salgo metido en la misma bolsa, supongo que es por ser el hijo de Lucifer.
No es justo que me hagan sentir que todo es mi culpa, yo nunca elegí a mis padres, pero son los que tengo. Las personas tendrían que darse cuenta de eso, pero no lo hacen, solo tratan de echarme la culpa de todo. Nada de eso es justo, ¿o sí?
El sufrimiento de mi ser se mantiene oportuno, pero trato de hacer todo lo posible para no caer. No quiero caer, no deseo morir en las manos de alguien que no conozco.
Soy una persona no una cosa, quiero que la gente se dé cuenta de las cosas que trato de hacer, quiero ser un ser diferente y mantenerme capaz de hacer lo que yo quiero, pero sin herir a nadie.
Quiero mantenerme alejado de la gente que piensa que soy malo, pero no puedo hacer nada de lo que puedo pensar. No quiero lastimar a la gente, no deseo hacer el mal, pero para muchos seres eso está en mi sangre, yo no lo creo.
No creo que la maldad esté corriendo por mis venas, pero no estoy muy seguro de eso, con cada movimiento que hago, creo que me demuestro a mí mismo que estoy equivocado y que realmente hay maldad en mi ser.
Me quedo completamente dormido sin dejar de pensar en todo lo sucedido. No lo entiendo y eso que trato de pensar como lo seres que han arruinado mi vida, ya que es muy cierto.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en todo lo que me está pasando? Quiero un momento de paz, deseo que toda la vida se detenga, quiero coordinar lo que hago para no volver a herir a nadie.
—Hola, Luke.
Dice Jenna con una sonrisa sobre sus labios, esos labios que posee. No comprendo cómo aquella mujer tiene el valor de aparecer misteriosamente en mi casa, aquello no es posible y es mucho más imposible de creer.
Me quedo completamente estupefacto pensando el por qué de todo lo que sucede al mí alrededor. Nunca me ha pasado algo similar y tengo un poco de miedo al reaccionar en lo que pueda suceder si lo hago y lo hago mal.
Yo soy Luke y no debo estar pensando en dos o en una mujer que no me importa, esas cosas tontas y humanas que justamente eso son, son cosas mundanas que no debería de pensar, ya que yo no soy uno de ellos.
Evidentemente, hay una razón por la cual ella está allí.
—¿Qué haces aquí, Jenna? —Dejo de pensar en el beso para pensar ahora si en Jenna.
«¿Por qué estarás aquí?» Pienso en mis adentros con el ceño más que fruncido.
Mi sonrisa desaparece misteriosamente para cambiarla por un ceño completamente fruncido. Enojado y sin explicación alguna, así es como me siento en este momento.
—Nada, solo vine... ¿Algún problema con eso?
Jenna alza una ceja y me mira fijamente a los ojos con una pequeña sonrisa sobre su rostro para acercarse lentamente hacia mí, hasta llegar a una distancia razonable.
Mi ceño se frunce aún más de lo que ya está y niego.
—Aléjate, ¿Qué haces? —Frunzo el ceño y con lentitud comienzo a retroceder.
Puedo sentirme como Rubby en aquel momento, ya que había hecho exactamente lo mismo que ella me había hecho hace tan solo unos pocos segundos atrás.
Veo como Jenna imita mi accionar acercándose con rapidez hacia mí.
—¿Te asusta? —Siento como ella me toma del mentón con una sonrisa que se dibuja sobre sus labios.
—No, vete, por favor.
—Ay, Luke. Tienes miedo de mí.
—No, pero quiero que te vayas. —murmuro diciendo aquellas simples palabras.
Muevo mi rostro de las manos de Jenna con una mueca de repudio en mi rostro que no se puede evitar notar.
—Espera un momento. —Frunce el ceño al notar mi rostro de repudio ante su accionar, se acerca nuevamente a mí y toma mi rostro nuevamente.
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Editado: 11.04.2021