20 poemas para una rosa mentirosa

Vol 7

Yo no necesitaba una mujer que se abriera por dinero

Yo necesitaba una mujer, no un objeto

Bien dicen que cuando pasa la tormenta, llega la calma

Pero mi calma se derrumbó, cuando yo pose mis ojos sobre aquella hermosa flor

La tormenta comenzó cuando me dejo ver su interior

El caos vino cuando toque su tallo y sus fieles espinas lastimaron mis manos

La paz se quemó, como se quema la gente al sol

Lento y sin preocupación

El color de mi rosa era más rojo que la pasión

Mas rojo que las dulces manzanas del sur

Y más roja que la sangre que ocupan mis manos.



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Editado: 13.03.2020

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