—¿Podrías explicarnos qué hacemos en el medio del bosque a esta hora?
—Si mi padre se entera de que estoy fuera de casa nos matará a todos, lo digo en serio, chicos.
—¿Podrían calmarse todos de una vez?, si los he traído hasta acá es porque no hay mejor manera de contar estas historias que reunidos frente a una fogata.
Era tarde ya y no muy lejos de aquí cuando 6 chicos buscaban pasarla bien, intentaban conseguir cigarrillos y un par de cervezas, nada fuera de lo ordinario, así que fueron camino al minisúper del pueblo, allí los esperaba Zack el hermano mayor de uno de los del grupo quien sería el encargado de abastecerles esa noche…
El chico entró y salió sin ningún problema, los demás esperaban afuera ansiosos cuando un vagabundo se les acercó pidiendo un par de monedas, los chicos se sobresaltaron y fue Zack quien alejó al sujeto para luego quitarles cinco dólares a cada uno y retirarse.
Ya dotados con los cigarrillos y las cervezas los chicos se dirigían a su lugar secreto, un pequeño fuerte en medio de este mismo bosque, de hecho el fuerte estaba en este mismo lugar, cuando los chicos sintieron una presencia acechándoles desde los árboles, Andrea advirtió al grupo de dicha presencia, pero Carlos la tranquilizó con uno de sus discursos motivacionales, no pasó mucho para que los chicos se olvidaran de aquello, pero entre risas y tragos el sonido de las hojas moverse sin ningún viento aparente rompió con el ambiente de festejo y diversión del grupo.
Fue Thomas quien tomó el liderazgo frente aquella situación y sin dudar gritó con firmeza ¿QUIÉN ESTÁ AHÍ?, sin obtener respuesta, o eso pensaron, pues nuevamente sonaron las hojas esta vez más cerca del grupo.
Andrea se aferró al brazo de Carlos y este a su vez le abrazó fingiendo no estar tan asustado como el resto, de pronto más hojas sonaron y al volver las miradas Tamara no estaba, todos comenzaron a verse temerosos, pues hasta hacía un segundo ella se encontraba ahí junto a ellos.
Un grito rompió el silencio de la noche y luego el cuerpo de Tamara apareció colgando de un árbol, los gritos de los chicos no se hicieron esperar cuando una sombra se deslizó por las cercanías, Miguel salió corriendo del lugar perdiéndose en la oscuridad del bosque, los demás decidieron huir, pero manteniéndose unidos.
Caminaron durante unos diez minutos y se toparon con la cabaña del guardabosques, las luces estaban encendidas así que debía haber alguien adentro o eso pensaron…
—¡Ya basta de estupideces! —
—Shhh... déjame terminar. —
— Continúo… —
Al entrar en la cabaña encontraron el cuerpo de Miguel con el tórax abierto y mucha sangre, Sofía se echó al suelo llorando mientras Thomas intentaba calmarla, pero en ese momento lo vieron, era el vagabundo quien les pedía nuevamente un par de monedas ahora con una mirada desquiciada y las manos llenas de sangre.
Los chicos vaciaron sus bolsillos tan rápido como pudieron, pero el sujeto agarro a Carlos por la camisa y lo arrojó ferozmente contra la pared cayendo inerte al suelo, los demás intentaron correr y alejarse, pero no pasó mucho para que se separaran y cada quien terminase por su cuenta.
Sofía continuó corriendo hasta ver las luces de un auto, una pareja bajó del vehículo e intentó calmar a Sofía quien lloraba desconsoladamente, una vez pudo articular palabras entendibles les contó todo lo sucedido y la pareja decidió ayudarla a encontrar a sus amigos, Andrea, por otro lado, no corrió con tanta suerte, pues el vagabundo la persiguió a ella y logró alcanzarla para hacerle cosas inimaginables y dejar su cadáver sin ropa al lado de un árbol.
Thomas decidió volver apenas se percató de que sus amigas no estaban a su lado, pero se perdió en el bosque, no fue sino hasta que la luz de unas linternas y la voz de Sofía lo encontraron trayéndole un poco de calma, pues la vio a salvo junto a la pareja, juntos ahora buscaron a Andrea encontrándola tras un rato y llorando ambos abrazados tras verla en así, la pareja tomó a los chicos y los llevó a casa, no sin antes alertar a la policía, hasta el día de hoy aún no encuentran al responsable de aquella crueldad, pero dicen que aún vaga por este mismo bosque buscando a chicos como nosotros para hacerlos sus próximas víctimas…
JAJAJAJAJA!!