O3 de diciembre
Día 3
Los cumpleaños son especiales, es el día en que viniste al mundo. En tu caso Alex es el día en que viniste a fastidiar el mundo, es broma.
Feliz cumpleaños Alejandro, a pesar de todo, eres increíble, llegaste a revolucionar y revolver mi mundo en tantas formas posibles que me parece absurdo que seas tan perfecto en ello.
Las dificultades nos separaron, pero nuestros corazones nos volvieron a unir, amé cada parte de ti, cada palabra, cada expresión, cada decisión. No puedo decir que te amo, porque son momentos confusos, no lo sé, te admiro, te adoro y te extrañe.
Gracias por hacer especial cada minuto de nuestra relación. Gracias por tus locuras, por cada aventura juntos, por tu amor y cariño. Sé que no soy fácil de entender y aun así tú comprendes cada parte de mi ser.
Te escribo esto, porque sé que no lo leerás. Si por alguna razón lo lees, que te quede claro que sigo enojada contigo.
Las personas especiales merecen ser festejadas y tú eres una de ellas. Con amor Lu
Lupita
Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Alejandro. Feliz cumpleaños a ti. Happy birthday to you, happy birthday to you.
Cantábamos todos.
La cara incómoda de Alejandro era todo una experiencia. Lo conocía tan bien que imaginaba sus pensamientos exactos.
El señor gruñón siempre había odiado su cumpleaños, detestaba que le cantáramos las mañanitas y peor aún odiaba con toda sus fuerzas tener que soplar las velitas del pastel.
Estoy segura de que si se enterará que yo encargué el pastel y le pedí a todos los empleados que le cantáramos, incluyendo a mamá y a Don Julián, me cortaría la cabeza.
No me malinterpreten, sigo enojada y dolida por lo del pasado, sin embargo, todos merecemos pasar un lindo cumpleaños.
Me acerqué para darle por segunda vez su abrazo de cumpleaños, diciéndole:—Feliz cumpleaños, enojón.
Le di un beso en el cachete y cuando me quise apartar de él, Alex me devolvió de un jalón y me abrazó aún más fuerte, tan así que casi me deja sin aire.
—Detesto con todas mis fuerzas celebrar mi cumpleaños. Si Noemy sabe eso y papá también, la única que pudo organizar esto, eres tú. —verbalizó un poco enfadado.
<<Oh no, supo que había sido yo, ahora está enojado. Lo cual indica que.. se ve aún más guapo enojado.>>
—Y tú sabes que yo no me quedó con los brazos cruzados cuando es el cumpleaños de alguien.
—Lo sé, pero odio esto. Me hace sentir extraño. No mejoras mi cumpleaños con eso, al contrario lo empeoraste.
No lo había pensado de esa manera, tal vez tenía razón. Sé que no le gusta su cumpleaños, no estaba enterada que lo odiaba tanto como para que se molestará.
Al instante un sentimiento de remordimiento llegó a mi mente y me hizo cuestionar mis acciones.
—¿Cómo puedo mejorar tu cumpleaños, entonces?. —le pregunté apenada por la situación, realmente quería que se sintiera feliz, era su cumpleaños número 23. Un número especial, a la misma edad sus padres se casaron y yo creí que celebrarlo era una buena idea.
Habían pasado 4 días desde que volvimos a frecuentarnos, asumo que me adelante demasiado.
Ahora me siento mal y estúpida por esto.
—Un beso, un beso arreglaría todo este desastre.
—A mira tú, qué conveniente.
Mi culpabilidad se transformó de inmediato en enojo, este hombre pretendía aprovecharse de las cosas y pensé que era yo la que iba rápido.
Le di un beso... Un beso en la otra mejilla y me fui a hacer mi trabajo.
La verdad no me di cuenta que no logré ocultar mi enojo de la mejor manera, porque, más tarde yo en llegar a la cocina que mi mamá estuviera parada a lado de mí.
—No le gustó la sorpresa, ¿verdad?.
Negué con mi cabeza y miré hacia el piso.
—Puede que siga odiando su cumpleaños. —volvió a hablar mamá.
—Ya lo sé. Creí que le haría bien celebrar, ya sabes ahora que estoy aquí, que volvimos a ser amigos.
—Realmente no recuerdas que pasó el día de hoy hace cinco años.
Miré directamente a mi mamá, pues tenía muy grabado en mi cerebro lo que había pasado. Era como un bucle de tiempo que se repetía y repetía cada noche.
Yo fui la que lo viví, a mí me rompieron el corazón. Claro que lo recuerdo.
—Si. —solo logré expresar.
—Desde la primera vez que llegamos aquí, noté como Alex te miraba, eran sólo unos niños y tú siempre fuiste muy distraída, no te diste cuenta del amor que el muchacho te tenía hasta que tuviste 15 años.
—Recuerdo perfectamente la primera vez que entré a La posada y tú me lo presentaste, Alejandro ni siquiera sabía decir buenas tardes en español. Tú y el señor Julián nos obligaban a jugar.
—Siempre fuiste muy mandona y ahí estaba el menso de Alex haciéndote caso para complacerte. Con tal de que no te fueras de su lado. -mamá se puso a mi lado y su brazo me rodeó-. Lo que quiero darte a entender, es que, aún siendo exigente, siempre intentas hacer sentir bien a las personas, tal vez, solo le gusta estar solo en su día especial.
—Y aún así se enojó. —admití derrotada.
—Eso no cambia lo que siente por ti.
Mi madre no era la mejor dando ánimos, al menos lo intentaba, sin embargo, yo no estaba de humor para ello.
—Lo que siente es muy diferente a lo hace y cómo actúa.
—No digas eso, él ha hecho demasiados sacrificios por ti.—me amonestó mi madre y su desplante cambió de inmediato, su cara se arrugó del enojo y se apartó de mí lado.
—¿Cuáles?, dejarme por otra, olvidarse de mí por 5 años.
—El dejarte no fue su elección.
—Si fue, te recuerdo que él rompió conmigo, él fue el que dijo que no me amaba, que lo nuestro siempre fue un error y que yo era muy poca cosa para él.
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Editado: 20.11.2024