08 De diciembre
Día 8
Podría jurar que sus ojos me miraban, que sus labios me besaban, que él estaba allí a mi lado. La realidad golpeó y me di cuenta que no, que estaba sola.
Solo yo, en un cuarto oscuro, un hombre de altura promedio, con barba y cabello rubio me llevaba en sus hombros; En algunas ocasiones me sumergía en un balde lleno de agua y me dejaba sin respiración, hasta que me ahogaba.
Mi cabeza dolía, sin embargo, no era mi versión adulta, era yo en mi niñez. La constante pesadilla se presentaba cada noche a excepción de los últimos días.
Creo que Alejandro aminoraba esos temores. Eliminaba mis pesadillas o tal vez, era que mis miedos ahora no eran hacia aquel hombre, sino, a perder a Alex.
Atte. Lu
Alex
—Muévelo más a la derecha. No, no más a la izquierda. -me daba órdenes Lu-. No, céntralo más, está chueco.
Estaba poniendo de mi parte para ayudarlas a decorar, aún cuando detestaba esto y ellas solo se comenzaban a desesperar. ¿Qué más querían de mí?
—No, ponlo más arriba. —decía ahora Noemy.
—Si lo pone más arriba se perdería entre tanta guirnalda. —la contradecía Lu.
—Si la pone más abajo se verá feo. —respondía disgustada mi hermana.
Empezaron a discutir entre ellas y mi paciencia se acabó. Era demasiado con acceder a decorar, no las iba a aguantar con sus tonterías.
—Ya, no soy su juguete. -las regañé a ambas-. Si no les gusta, háganlo ustedes.
—Quítate, entonces. —me dijo Lu un poco desesperada y me jaló de la camisa para que me bajará de la escalera para hacerlo como ella quería.
Me dispuse a bajar y me quedé deteniendo la escalera para que no se lastimará.
El miedo a las alturas de Lu no se pudo haber esfumado tan rápido, era cuestión de tiempo para que sus piernas empezarán a temblar y se quedará congelada sin poder bajar del miedo. Y si, yo estaría allí como su príncipe azul para sostenerla en mis brazos y bajarla.
<<Me puedo quedar aquí deteniendo la escalera, doble premio: No hago nada y tengo una excelente vista desde aquí>>
—Alex. -escuché a Lu llamarme mientras me tocaba el hombro. —Me bajas. Me da miedo.
En efecto, no podía bajar por miedo a caerse. La iba a ayudar a bajar, no antes de jugar un ratito.
Hice temblar la escalera a la par que le decía: —No seas chillona, bájate. No que muy valiente, que yo hago todo, a ver señorita independiente, bájate.
—Alex, deja de mover la escalera. Ya no estoy jugando. —alzó su tono de voz, aferrándose más a la escalera.
Moví un poco más la escalera y se comenzó a enojar aún más.
—¿Qué?, no te escucho, estás muy arriba. —me hice el tonto.
—Alex, ¡ya!, de verdad tengo miedo. Basta. —me rogó al mismo tiempo que me gritaba.
Supe que era momento de bajarla antes de que se enfadara aún más y le extendí mi mano para que se sujetará.
En una maniobra dudosa de su parte, colocó su mano en mi hombro y pasó su pierna por unos de mis hombros para posteriormente quedar con ambas piernas sobre mí.
—¿Qué haces Guadalupe?. —le pregunté confundido.
—No me quisiste bajar cuando lo pedí, ahora no me bajo.
—Ah, sí. —la reté, sujetándola muy bien de sus piernas y comencé a dar vueltas.
—Ya pues, ya es suficiente.
— No, hasta que se me dé la gana.
—Alejandro. -comenzó a contar para demostrar su dramatismo–. 1.2
Sin dejarla llegar al tres me apiadé de ella o más bien me daba miedo lo que fuera a hacer cuando llegará al número 3.
He de admitir que Lu tenía mucha fuerza en sus piernas y abdomen. Sin dejar de agarrarse de mis hombros pasó una de sus piernas al otro lado para que la pudiera tomar de la cintura.
Bajando todo su cuerpo por mi cara, aspiré todo su perfume y su aroma natural, el cual era fascinante y refrescante.
La bajé lentamente a propósito para poder tener más tiempo el contacto.
Cuando su cara pasó cercas de la mía, la detuve de inmediato; uno de mis brazos la detenía debajo de sus glúteos y el otro de su cintura. Aproximándome a sus labios apretándola fuertemente contra mí, estaba casi seguro que esta pelea la había ganado y mi premio iba ser mas que gratificante.
La voz de Alicia, hizo que rápidamente Lu diera un pequeño salto y ocasionó que la bajará por completo para que pudiera tocar el piso.
—¿Interrumpí algo?. —preguntó Alicia.
Lu dio un pequeño rebote y se separó rápidamente, comenzando a tomar las decoraciones para esconder su nerviosismo.
<<Con todo respeto Alicia, no podías llegar en otro momento, si interrumpiste, yo solo quería besar a su hija y era mi oportunidad perfecta.>> .
—No, ma, claro que no interrumpes nada, Alex solo me ayudaba a bajar de las escaleras.
<<Cuando quieras te ayudo, si eso fue bajar de las escaleras, imagínate ayudarte a bajar de una montaña.>>
Le guiñé el ojo y Lu solo respondió sacando su lengua. Para posteriormente irse con su madre hacia la cocina, sin antes dedicarme una de sus miradas matadoras e intimidantes.
Noemy seguía ahí, otra vez, olvidé que estuvo allí en todo momento.
—¿Qué?. —le pregunté a la defensiva.
—Nada, Romeo, ya me voy, terminas de decorar.
Noemy me dejó solo con todo lo que teníamos que decorar, cuando ni mi idea fue, pero si ese era el precio por tener acercamientos como esos con Lu, estaba dispuesto a pagarlo.
Mamá me había enseñado a hacer todo tipo de manualidades y decoraciones así que podía terminar esta tarea perfectamente. No iba a ser perfecto, no, no, que estoy diciendo, por supuesto que iba serlo porque lo iba a hacer yo.
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Editado: 20.11.2024