24 Horas Contigo

#3.- Nuestra boda

— Repítelo lento para que entienda...— dijo Mirei, la mejor amiga de Hana que fue a visitarla en vacaciones.

— Me casare en verano con mi novio— repitió Hana por enésima vez pues parecía que Mirei creía que su amiga por fin enloqueció.

Ambos padres acordaron varios puntos para poder aprobar ese matrimonio. Principalmente se resumían en cuatro:

Número uno: no hijos; era evidente ya que los dos son menores y tenían que terminar la universidad.

Número dos: independientemente de si la escuela estaba enterada o no, van a vivir en la casa de la familia de Hana. Hasta que ella cumpla 18 años, no se mudarían a su nuevo hogar.

Número tres: Aunque vivan bajo el mismo techo, es Hana quien debe hacerse cargo de su hogar y necesidades de su marido.

Número cuatro: Firmarían un acuerdo prenupcial en el cual se especificada que si existiese un divorcio dentro de los primeros cinco años los bienes y propiedades regresan al legítimo dueño, no hay división de bienes ni monetaria. Si el divorcio se da después del tiempo estimado habría división inmueble.

Tanto Hana como Allen lo aceptaron y firmaron.

Unos días después llevaron su acta de matrimonio con los sellos de aprobación de sus padres.

— Señora, lo digo de verdad, el joven Allen... ríe cuando esta con la señorita. — comento desconcertada.

Era una frase común que escuchaban en esa casa. Allen siempre tenía la misma expresión facial y era difícil saber que estaba pensando pero, parecía que Hana sabía lo que él quería decir pero, no se atrevía.

— Eres tan guapo con tus hermosos ojos negros pero, no me gustan tus ojeras, por favor duerme más, quiero presumirte en la boda — pidió Hana mientras se probaban la ropa que usarían ese día.

— Estudio para mis exámenes de acceso a la universidad — explico — también, ¿a dónde quieres ir de luna de miel?

— ¿Estás seguro? El examen de simulacro es apenas regresando de vacaciones...

— Esta bien...— contesto sonriendo

Tan lindo pensó Hana y le dio un dulce beso.

— Mirei, ¿qué piensas?

Su amiga estaba allí mirándola como si estuviera loca.

— Pues... no me gusta que te cases a esta edad, seguro te arrepientes y después tendrás el título de divorciada... al menos podrías hablar con él en nuestro idioma porque se ven medio locos solo hablando alemán... bajaré por un aperitivo...

— Si, baja con cuidado. — sugirió Hana.

Decir que vivían bajo el mismo techo era exagerado pues tenían una pequeña casa para ellos que conectaba con la casa principal a través de un pasillo.

Mientras caminaba Mirei alcanzo a escuchar susurros en la sala de estar, allí distinguió a Allen en pijama murmurando para sí, al acercarse más podía escuchar como el chico hablaba en su idioma y después en el idioma de su futura esposa.

Mirei sonrió y continúo su camino.

Era bastante considerado.

Quizás lo aprobaba.

❀❀

Hana estaba maquillándose para después ponerse su vestido blanco. Eligió uno con corsé y una falda con mucho vuelo sin crinolina o parecería una quinceañera como las que veía en revistas.

Allen usaría un frac negro que combinaba con su cabello y ojos. Fresco pero, nervioso en el fondo.

— Eres tan hermosa... ¡casi me quedo ciego!— Dijo Allen

—No lo digas así— Hana respondió tapándose la cara con su ramo — me da pena.

Los novios se tomaron una foto donde Allen sonreía y guardaron el secreto. Hana no quería compartirle su sonrisa a nadie.

Sus padres no escatiman en gastos para preparar la ceremonia, recepción, cena y su luna de miel.

Incluso les compraron joyas de diseño exclusivo que nunca jamás podrían volver a encontrar en ningún lado. Hana que contaba los días para casarse con Allen y el tiempo paso en un abrir y cerrar de ojos. Ahora se sentía real mientras esperaban recorrer el pasillo hasta el altar.

La decoración del lugar solo incluía rosas blancas y los arreglos de la iglesia eran flores pequeñas. Los invitados fueron acomodados según el orden del mayordomo y las familias comenzaron a llegar.

Mas a regañadientes que por la felicidad de la unión.

La ceremonia transcurrió sin problema hasta que llegó el momento de intercambiar anillos; el paje llevaba los anillos invaluables que hicieron que Allen sacara una caja pequeña con timidez.

— No es mucho pero, este es el anillo que compre con mis ahorros. Deseare siempre estar a tu lado Hana...

La familia Till estaba molesta al ver que su plan no funciono.

La familia Kanronji creía que como a Hana le gustaban las joyas exclusivas se dejaría llevar por el anillo que vio pero, Allen le entrego una sortija solo con sus iniciales grabadas y la chica estaba encantada.

Los padres de ambos estaban convencidos que los diferentes estilos de vida los llevarían a alejarse: Hana siempre obtenía lo que quería cuando quería mientras que Allen debía ser el mejor para obtener algo que necesitaba, no lo que quería.




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