Amaneció nublado.
Este clima, de hecho, es extraño.
Hana miraba el techo, había tantas cosas por hacer ese día que no sabía por dónde empezar.
Mirei se levantó muy temprano para hacerle un abundante desayuno y hablo con sus padres para que fueran tutores provisionales de Hana algo que aceptó el señor Kanronji, sin embargo, término mandando una advertencia de que al final volvería a él y cumpliría las órdenes que le encomendó.
Hana apenas entendía lo que ocurrió.
Ya que necesitaba cursar la preparatoria pero, no contaba con dinero suficiente para seguir en esa escuela de élite, elegiría una escuela pública. También pensó que debía ponerse en contacto con Allen.
— Mirei, necesito habla con Allen, pronto
— ¡Stop! primero comerás... después te hablaré de lo que decidieron tus papás junto a mis padres.
La ayudo a comer diciéndole que Allen le gritaría si la veía demasiado delgada.
Mirei llamo a Franco diciéndole que Hana se quedaría en su casa hasta que consiguiera un pequeño apartamento para que se pusiera en contacto con Allen y le dijera todo lo ocurrido.
— Mirei, ya no puedo comer más
— Ah, es suficiente, quizás deberías ir a bañarte y cambiarte... tenemos tantas cosas por hacer.
Hana accedió de mala gana.
Mientras se bañaba, Mirei le pidió a su asistente que le llevará todo lo que encontrara sobre departamentos y escuelas públicas entendía que, por mucho que quisiera ayudarla, no lo aceptaría así que lo mínimo que podría hacer era aligerar sus cargas.
Hana se cambió de ropa. Por primera vez, se dio cuenta de lo delgada, no, lo huesuda que estaba. Su cabello se veía sin vida y sus ojos parecían haber abandonado toda pizca de calidez.
Ring ring
— ¿Si?
— Soy Franco.
— Se quién eres, ¿qué pasa?
— Allen llegara en el vuelo vespertino. Voy a recogerlo, ¿debería llevarlo a tu casa?
— No, hoy esperamos encontrar un buen lugar para que vivan, si les ofrezco mi casa se van a ir de todos modos.
— Lo sé, gracias, me mandas la dirección
— Si, okay, adiós... — colgó Mirei.
Hana se volvió a acercar y juntas vieron algunos apartamentos. Estaban en una buena zona con seguridad pero, era más de lo que ella podía pagar. Mirei estaba lista para explicar.
Le dio un sobre.
— ¿Qué es esto?
— Esto es algo de efectivo y una tarjeta de crédito, tu madre los envía.
— ¿Por qué? ¡No lo quiero!
— No seas noble, si no lo aceptas yo lo pagaré...Hana, sé que el mundo se puso en tu contra, no pueden vivir sin tener un tutor, lo sabes y mis papás están de su lado.
— Incluso si lo dices así...no quiero deberte nada.
— Ja, que loca, ¿quién dijo que no me lo pagarás? — la abrazo.
Hana tuvo una buena crianza. Le enseñaron a trabajar y no gastar lo que no se ha ganado.
— Vamos a este lugar.
Recorrieron varios edificios de apartamentos hasta que encontraron uno agradable. No era muy grande pero, tenía suficiente espacio para dos personas. Tendrían que comprar muebles, conseguir un trabajo y estudiar, serio difícil pero, lo tenía que lograr.
— Aquí está el contrato, lo puse tres años, le mandaré la dirección a tu madre.
— No lo hagas. — pidió Hana sería — después yo sé la enviaré... ¿ok?
— Ok...
Limpiaron y hacia media tarde llevaron un futon además de algo de despensa. El asistente de Mirei dijo que no había problema con nada y sus padres respondían por el departamento.
Solo quedaba esperar a Franco y Allen.
— Mirei, así no se hace el estofado... las verduras están mal cortadas, no se hace así...usaste mucha sal...— señaló
— ¿Qué? ¿Y cómo esperas que lo sepa? — Contesto casi sin reírse — ¡que quisquillosa!
Hana la relevo de su lugar.
Hana comenzó a cocinar imaginándose que Allen llegaba y le decía que esperaba probar su comida experimental desde hace meses. Imaginaba que Allen la abrazaba mientras cocinaba y le susurraba al oído que su comida era deliciosa.
Hana no podía más.
La sensación de calidez que Allen le daba estaba esfumándose. ¿Cuándo volvería?
Mirei salió a comprar algo de comida chatarra y encontró a Franco en su auto, también estaba Allen. Parecía que acababan de llegar.
— Ah eres la amiga de Hana...Mirei, ¿verdad?
— Toma...la copia de la llave. Su nuevo apartamento es el número 1314. Recuerda que Hana tiene pavor a la altura, suele tener frío y está cocinando tu estofado favorito. — recito Mirei. — también guarda eso.
Allen extendió la mano, era un sobre con dinero en efectivo.
— Harás lo que yo ordene y no te quejarás...este dinero es mío y se los presto para que puedan vivir. El padre de Hana bloqueo todos los contactos entre ella y su madre. Mis padres les depositaran cierta cantidad cada mes a una tarjeta que ya le entregué a esa chica pero, aun así deben trabajar...—. Explicó como si fuera la peor parte.
Editado: 15.01.2025