24 Horas Contigo

#15.- El objetivo de Keira

En la cafetería.

— De acuerdo Til-Shiroyama, puedes irte temprano hoy, espero, que tú novia este mejor de salud hoy...y si es lo que espero, que sea entonces felicidades...

Allen la noche anterior solo escucho de Hana que quería ir al hospital pero, no quería ir sola y él solo estaba disponible por la tarde. Hana no sabía que más hacer pero, se prometió no adelantarse a los hechos pues podría llevarse una decepción.

Keira era clienta regular del café donde Allen trabajaba y siendo honesto no creía que él se fijará en ella. Leía muchas novelas donde el patito feo se convertía en cisne esperando que eso le sucediera ella. Cada día iba solo a verlo y para no parecer sospechosa llevaba su Laptop y algunos cuadernos cuyo contenido desconocía.

Le tomo varias fotos a escondidas lo cual estaba prohibido.

Al escuchar que ese chico tenía novia se entristeció pero, después se puso a pensar que la protagonista de varias historias era un cero a la izquierda arruinando relaciones ajenas así que su momento de brillar apenas comenzaría.

Lo vio irse. Ella también preparo sus cosas. Faltaban algunos días para entrar a la escuela así que entraría con una nueva imagen.

— ¿Hola?

— Hola, Hana, ¿regresaste de tu viaje?

— No, hasta mañana, ¿ocurre algo?

— ¿Podemos vernos mañana? Necesito tu ayuda.

— De acuerdo...adiós.

En el hospital.

Allen llegó tan rápido que olvidó cambiarse por completo. Hana lo esperaba al frente del hospital. Parecía muy tranquila pero, él tampoco quería pensar demasiado, no estaban listos, su situación ya era mala como para pensar en alimentar otra boca. No era el momento idóneo.

— Señorita, necesito que tú madre o tutor estén aquí.

La doctora se veía bastante severa.

— Yo soy el tutor de Hana. — Se apresuró a decir Allen — puede hablar con nosotros.

— ¿Me dices que un niño es guardián de otro niño? Vaya parece que he pasado años en este consultorio. Bueno, no estás embarazada, esa era tu duda, ¿no? Aunque viéndolos bien parece que son de alguna familia acomodada… de ser así pueden hacer lo que quieran — dijo con una voz molesta y tosca. Como si ellos fueran delincuentes y sintiera aversión hacia ellos.

— ¿No cree que es bastante grosera?

— Bueno, no me importa si se escaparon o no...Según tus estudios estás un poco anémica así que te recetarle algunos suplementos. También solicitaste un método anticonceptivo de larga duración como el DIU o el parche, ¿verdad? Bueno al menos harán algo sensato. No entiendo como niños como ustedes jugar a ser adultos.

Ni los miro mientras explicaba. Le pidió Hana que fuera con la enfermera a la sala de al lado para ponerle el DIU. Se quedó a solas con Allen.

— Chico, ¿te escapaste con esta niña e intentas ser responsable?

— Es mi esposa, no nos escapamos.

— Mi Dios, ¿qué tan bajo debe caer este mundo?... seguro obligaste a esta niña a casarse contigo con falsas promesas...bueno están en un mundo donde ponen sus propias reglas.

Se retiró y al cabo de unos minutos regreso.

Hana y Allen salieron del consultorio pero, escucharon claramente lo que dijo esa mujer antes de cerrar la puerta.

— Estos niños, haciendo "eso" sin tener las mínimas precauciones, no me importa cuán ricos sean o no, este mundo cada vez está peor por causa de jóvenes como ellos... para mí que él la chantajeo para que huyeran juntos...solo imagínate que nuestros hijos hicieran lo mismo, quizás yo encierre a la mía antes de que pase algo semejante.

Hana estaba molesta. Quería gritarle pero, se contuvo.

Allen se sentía aliviado, Hana también pero, no lo mostraba mucho; le hacía ilusión tener un bebé pero, viendo el entorno en que vivían, ¿cómo se suponía que lo criarían?

En casa de Keira

— ¡Mamá he vuelto!

— Oh, bienvenida, hice la cena. ¿Fuiste de nuevo a la biblioteca Keira?

— Si, ¿qué tal el trabajo?

— Hoy atendí muchas parejas jóvenes, una en especial no pasaba de los 20 años, tan jóvenes y pensando en ser padres. — Decía disgustada — No, no, no nunca me des un dolor de cabeza como ese y esa señorita rica parecía que se había fugado con ese joven delincuente...hija, cuando tengas edad suficiente para tener novio debes traerlo primero a la casa.

— Lo haré, mamá quisiera cambiar de estilo.

— Hija pero, no le veo nada de malo.

Keira siempre se distinguió por llevar su cabello largo en una trenza francesa. Su piel no destacaba y sus ropas eran más clásicas que la hacían pasar desapercibida. No tenía el cuerpo de una supermodelo pero, no sé sentía conforme con su aspecto. Creía tener una edad adecuada para maquillarse y seguir la moda actual.

— Bien, te prestaré mi tarjeta. — le dio la tarjeta y Keira se lo agradeció abrazándola diciéndole que sería una buena alumna.

Esa misma noche busco artículos de moda y todo lo que se usaba en tendencia entre los jóvenes, el tipo de maquillaje y colores que quedaban bien con el color de la piel. Lo mostraría todo a su única amiga Hana.




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