Hana se negó rotundamente a posar junto a Asai Yuji para esa revista. Este chico creyó de muchas maneras que su atractivo físico estaba fallando por no hacerla caer o quizás fuera lesbiana por siempre estar pegada a Keira.
Allen regresaba temprano de la universidad y pasaba algún tiempo de calidad con Hana antes de ir al trabajo. Escuchaban música, salían de compras, iban al cine o solo se quedaban en casa a platicar del día a día.
La razón era que pronto llegaría la temporada alta para los restaurantes y necesitaban que su personal estuviera relajado y como Allen pidió libre 24 y 25, debía cambiar horarios con todos.
— Hola, sé que están allí, abran...— dijo la voz insistente en la puerta.
— ¿Si?— dijo Allen abriendo. Solo llevaba la pijama.
— Me alegro de que este levantado este hermoso sábado...— saludo Yuu alegremente — traje un mensaje del señor Kanronji
— ¿Qué? — se escuchó una voz proveniente de una mujer despeinada.
— Dice el mensaje... "Hoy tendremos una cena con los abuelos. Vengan. No hay excusa, vengan. Yuu traerlos de inmediato. Firma Kanronji Shinichi.”
Quedaron boquiabiertos. Tantos meses sin hablarles y ahora quiere reunirse la familia.
Ja, que burla.
— Los recogeré al medio día. Señorita Hana, no haga más difícil mi trabajo, ¿sí?
Eligieron alguna ropa adecuada para la cena y Yuu los esperaba 15 minutos antes de la hora. Condujo en silencio. De ser un día normal, habría ido a trabajar y quizás lavar ropa. No lo sabían porque todo esto era impredecible.
La casa Kanronji seguía igual que siempre. Los sirvientes les saludaron como cualquier otro día. Se enteraron que Nikki y Remató estuvieron allí en verano... y nadie le dijo.
Pasaron a la sala donde la señora Dalia les dio la bienvenida y ofreció te.
Su padre no estaba allí, pero, sentía una presencia poderosa en la casa. Rogaba que fuera un fantasma.
— Ah, allí estas malnacida...— se escuchó la voz desde el fondo de la habitación.
Allí estaba el abuelo Kensuke Kanronji, el fundador de la empresa detrás de él estaba la abuela Asahi con su rostro amargado como siempre.
La señora Dalia les dejo el paso libre para que entraran con la silla de ruedas empujada por un joven que no conocía.
Nadie se movió.
Nadie dijo nada.
Apareció el señor Kanronji dirigiendo hacia la sala a más personas. Allen estaba asombrado de verlos allí.
— Por aquí, respetable anciano Til.
Si la abuela tenia mala cara ahora se había puesto peor. El abuelo John Til llevaba del brazo a su esposa Mito.
Hana podía ver como ambas ancianas se miraban con el más profundo odio y se desean la muerte entre ellas.
Escondiéndose detrás de ellos había una joven en de la misma edad que Hana. Los padres del joven esposo también estaban allí. Allen no sabía a donde mirar...amablemente ellos entraron en la boca del lobo.
— Yuusuke, sirve la comida
Yuusuke es el mayordomo y padre de Yuu.
Hana quería hablar pero, se sentía paralizada.
— Y dile a Malcolm que preparé los papeles de la oficina — añadió el abuelo.
Es raro, una inusual reunión. Cuatro ancianos, cuatro semi ancianos y cuatro jóvenes.
Su plan era obvio, ¿no? Separarlos.
Comieron en silencio. La mujer joven mostraba modales impecables, el joven invitado era caballeroso ante todo a su lado Hana y Allen parecían simples mortales.
Terminaron la comida de 4 tiempos.
Y regresaron a la sala a beber té.
— Mocosa, eres un dolor de cabeza para mí y mi familia, cuanto quieres por alejarte de Allen...— quiso saber el abuelo Kanronji.
¿Por qué el abuelo hacia esa pregunta?
— Sea cual sea la cantidad, el anciano Kanronji la pagara al igual que yo...— dijo el abuelo Til.
— Es broma, ¿no?
— Bueno...nuestros hijos...— empezó a hablar con desprecio — no saben cómo lidiar con un simple juego de calentura juvenil — la calló el anciano Kanronji — Es humillante que mi propia nieta y heredera de nuestra empresa tenga jugarretas con un don nadie.
Allen apretó el puño pero, Hana lo tomo del brazo obligándolo a calmarse.
— Suegro... por favor no lo diga así, mi esposo... su hijo, le ha hecho entender a Hana que debe divorciarse...
— ¡Silencio mujerzuela!— le regaño la anciana Asahi
Dalia tampoco era bienvenida.
— Chiquilla, no me interesa seguir perdiendo el tiempo contigo — hablo amable el anciano Til — ¿ves esta jovencita? Ella es la pareja elegida para Allen, una fina dama con antecedentes exquisitos.
— Nuestras dos familias jamás debieron juntarse así que debemos hablemos como adultos... Hana, ¿te divorciarías de Allen? Es la petición de tu abuelo.
Editado: 15.01.2025