Hace tres días.
Mirei corría a toda velocidad por una calle concurrida.
En algún momento del camino se quedó sin un zapato pero, no le importó.
"¿Mirei? Soy Callie, creo que me encontré con tu amiga Hana en una parada de autobús, estamos en el consultorio de mamá, ¿puedes venir por ella?"
Solo una hora antes se despidió de Allen quien la fue a buscar a su trabajo en el hotel.
Ayer quedaron en ir a comer algo y Mirei pasaría por Hana a su trabajo pero, al no encontrarla y ver a Allen buscándola creyó que se habían peleado y mostró algo de hostilidad.
Entro corriendo a la pequeña clínica. Hana estaba recostada en una cama.
— Hermana mayor, ¿que ocurrió?
Callie estaba sentada cerca platicando con Renald. Mirei parecía haber salido de una carrera de autos. Despeinada, sin aliento ni zapatos. Estaba preocupada por su amiga.
— ¿De dónde vienes? — dijo apenas la vio.
— Como está Hana? Se ve tan pálida...
— Está bien. — dijo una mujer de repente que llevaba una bata. — Ella sintió dolor abdominal intenso pero, cuando llegó aquí parecía dolor menstrual...pero,...
— ¿Por qué te detienes madre? — pregunto Mirei a su mamá. Estaba muy seria.
— Bueno, le hicimos un ultrasonido y una radiografía, mostró que su DIU de movió porque quizás estaba mal colocado y le causó molestia, tuve que retirarlo. Mirei, ¿cómo van las cosas en su familia?
— Si te preocupa que no te paguen, yo pagare por ella...— respondió y respiro aliviada.
Visitaba a su madre todos los días. Después de que sus padres se separaron ella vivía en la mansión con su padre y la hermana menor de Callie, Jimena. Su relación no había cambiado.
— No es eso, tiene...uhmm...cicatrices en su espalda y piernas. — comenzó a decir de manera tranquila pero, estaba molesta. — ¿hay personas que aún dan latigazos?
— No lo se, madre... ¿en el historial vendrá el nombre del médico? Deberían quitarle la licencia por mala praxis, ¡quizás ella no fue la única! — pedía Mirei. Renald le dio unos zapatos. El bajón de adrenalina le hizo sentir cansancio y agotamiento.
— Levantaré la denuncia, si quieres cuando despierte puedes llevarla a la casa. Callie, ¿también vienes?
— Lo siento pero, debo dirigir un negocio. Vamos cariño — se dirigió a Renald.
— Ven el fin de semana, haré costillas en salsa, como te gustan...y trae a Antonio.
— Lo haré, nos vemos.
Hana despertó y se sentía agotada. Fueron a la casa de la doctora Scherry y la ayudarían a recostarse pero, Hana termino durmiendo en el clóset antes de que pudieran impedírselo.
— Mirei, ya prepararé la cena. Dile a Hana que venga.
— Está dormida, apenas pude sacarla del clóset...¿levantaste la denuncia?
— Si...Mirei, ¿estás bien?
— Claro, cenemos
Sabía que su madre quería guardar un poco más lo sucedido con Hana y Mirei esperaría a qué Hana le dijera lo ocurrido.
Día 1
— Hana, Come. Solo un poco...— pidió Mirei.
Unos minutos antes colgó la enésima llamada que le hacía Allen preguntándole por Hana, sabía que estaba mal pero, Hana no quería hablar con nadie.
— Sabes, es mi culpa, Quería fingir que aún estábamos bien pero, no era verdad. Mi familia nos cerró cada puerta que tocábamos y fuimos orillados a tomar otras medidas — comenzó a llorar en silencio.
Mirei apenas estaba enterada de qué ocurría, sabía que Allen comenzó a trabajar en el negocio de Callie y pensó que quizás necesitaba información.
— Fue mi culpa, no podía soportar que cada mañana llegará y dejará en el baño el perfume de alguna mujer que quiso abrazarlo. No podía. Debí decirlo en voz alta pero, tenía tantas cosas en la cabeza que tenía decir algo y lastimarlo.
La dejo llorar hasta que se sintiera mejor y durmió después de administrarle un sedante. La doctora Scherry menciono en la cena que detuvieron a la ginecóloga que atendió a Hana y otras jóvenes. No tuvo ninguna justificación y no intento defenderse. Tenía a su cargo a dos hijas y su esposo la dejo después del escándalo.
— Mamá, Hana fue en contra del deseo de sus padres, mi padre la apoya pero, parece que el mundo juega en su contra...casi no puede hacer nada y ahora está aquí sola
— ¿Y su marido? Digo, ese joven también tiene algo de culpa.
— Hana ni quiere hablar con él...después si...luego no...y así ha estado por un rato...Mamá, ¿habrá otra forma de ayudarlos?
— Mirei, lo último que quiero es que seas el objetivo de los Kanronji.
No dijo nada más.
Día 2
— Hana, despertaste, desayuna conmigo antes de que vaya al trabajo...— pidió la doctora Scherry.
— Buen día...— su voz apenas era audible, su rostro era horrible y parecía que se movía solo porque sí.
Editado: 15.01.2025