Llegó el día en que tomaron un avión rumbo a Okinawa.
La noche anterior llegaron Frank y Andrew acompañados de sus esposas. Ellas miraban con desdén a Hana quién no parecía ponerles atención. No estaba nerviosa mejor dicho odiaba que la mirarán sin razón. Sabrina, la esposa de Frank, decía comentario groseros solo en alemán como si Hana no pudiera entenderla.
Bajaron del avión y un chófer del Hotel Gersin los esperaba para recogerlos. Andrew reservo tres habitaciones VVIP pensando que harían que Allen y Hana se sintiera mal por dejar a su familia como si nada.
Allen no quería que Hana se molestarla sobre todo porque al día siguiente cumplirían dos años de matrimonio. Sabrina y Freja, la esposa de Andrew, se llevaron a Hana para cambiarse e ir a la piscina del hotel.
Se molestaron al verla con un simple vestido de lino blanco holgado y sin mangas, el largo llegaba a media pierna. Hana se sentía cómoda y bonita con lo que llevaba puesto pero, Freja negó con la cabeza.
— Cuñada, que pena que nos vean así contigo...— señaló Sabrina — aún eres joven, no debería molestarte que robes miradas.
— Me gusta mi vestido y eso usaré. Bajaré primero — respondió y salió
Freja y Sabrina estaban molestas. Si no los hacían pasar mal rato, el abuelo de la familia Til-Shiroyama los dejaría sin un quinto. Solo los separaron un momento pero, no parecía funcionar nada.
Allen y Hana se reunieron en la piscina un poco alejados de sus cuñados entre sí. Andrew pedía algunas cosas de primera calidad para presumir mientras que Allen pensaba en llevarla a pasear.
Frank reservo una cena en un restaurante muy elegante para los seis y le pidió a Sabrina que se asegura que Hana tendría algo adecuado que ponerse.
Freja había revisado las maletas de esos dos y al no encontrar nada sospechoso o que le llamase la atención creyó que solo era una finta para que ellos creyeran que seguían casados cuando estaban al borde de la separación.
Allen invito a Hana a un pequeño lugar donde vendía comida típica del lugar y ella estaba encantada. Nunca había ido a Okinawa pero, su maravillosa vista le pedía que volvieran.
— Andrew, ¿el abuelo hablaba en serio? Ya me cancelo tres tarjetas, ¿Cree que mi ropa se compra sola? — reclamo Freja, arreglándose para la cena.
— ¡Solo quiero que te calles! Deja de hablar de dinero, el abuelo tendió una tarea y debes hacerla.
— Eres mi esposo y debes amarme, porque pensándolo bien nadie se casaría con un mujeriego como tú — y salió enojada.
Solo lo decía de dientes para afuera. Amaba a Andrew solo era que sus padres le obligaron a cumplir cualquier orden que de el anciano de la familia donde estaba ahora.
Sabrina aún no olvidaba como se convirtió en el hazmerreír de la familia cuando Allen la dejo plantada en el altar, aunque se casó con Frank, seguía molesta por culpa de una chiquilla que creía tener el mundo en sus manos.
La cena trascurría sin retrasos y al terminar cada uno se fue a su habitación. Freja con la excusa de conocer mejor a Hana salió en su búsqueda pero, no la encontró en la habitación. Entre artimañas y chantajes hizo que le abrieran es puerta y reviso las cosas que los dejaron a la vista.
Estaba segura y sabía que debía haber algo que los delatara, que dijera que todo iba mal. No encontró nada relevante y salió.
— Andrew, ¿Te agrada esa chica?
— ¿Quién? ¿Hana? Claro que no, ¡ni siquiera la conozco! — contesto. — estoy muy ocupado evitando que la empresa se hunda a causa de Allen
— ¿Crees que habrá un forma de separarlos?
— Quizás, los niños tiene sentimientos muy volubles. — contesto y se acostó.
En la otra habitación
— Frank, ¿por qué quieren separarlos?
— ¿No es obvio? Para ninguna de las familias es un buen negocio. La familia Til-Shiroyama no gana nada con aliarse con la familia Kanronji.
— ¿Seguro el eso? Entonces, ¿por qué los dejaron casarse?
— Fue un matrimonio con muchas trampas para obligarlos a desistir. Ambas familias lo acordaron pero, como adolescentes ellos al final solo hacen lo que quieren...— contesto — No le des tantas vueltas al asunto y duerme el bebé también necesita descansar.
— Si, ya voy.
Mientras Allen y Hana caminaban por la costa.
— ¿Me dirás lo que averiguo Callie para ti? — pregunto seria
— ¿De verdad? ¿Ahora?
— ¿No es posible? ¿Acaso es algo malo?
— No, sería algo más inconcluso...— y se sentaron en la arena.
Allen la abrazo con ternura y le pidió que confiara una vez más en él. No dejaría que ambos sobrevivieran al día y lograrían que su familia aceptara su unión incluso si no la aceptaba se conformaba con que dejaran de molestarlos.
Hana sabía que aunque no lo mencionara en voz alta a veces estaba furioso con el mundo por las reglas sociales y morales que estaba obligados a seguir. Desde debes tener cierta edad para hacer tan acción al no lo hagas porque tú padre lo ha decidido así. La joven esposa lo sabía porque es así para ella pero, ¿qué tan difícil es para Allen? Si preguntará no obtendría respuesta.
Editado: 15.01.2025