Jared escucha cada una de las palabras que salen de los labios de Valentina, no podía ver su rostro ni aquella expresión que tenía en este momento, pero sabía que había sido honesta y saber lo que ella pensaba de él era maravilloso.
—Puedes continuar, Jared— indica Karla.
—Me gusta la manera en la que siempre eres honesta y admites lo poco que te gusta celebrar las fechas como San Valentín. Me gusta tu manera de preocuparte por los demás y que te gusta cuidar de todos, incluso si no lo haces contigo misma. Pero sobre todo, me gusta cuando hablas sobre aquellas cosas que te interesan y como no puedas dejar de contar sobre algo que llamó tu atención— porque me hubiese gustado que de esa misma manera hablaras sobre mí no termina de decir.
—Ahora pueden volver a verse a los ojos— dice Karla y ambos comienzan a girar para encontrarse rostro con rostro.
Las mejillas de Valentina estaban sonrojadas y había un rastro de lágrimas en sus ojos, no pueden detenerse y se abrazan inmediatamente. Jared podía comprender qué era lo que pensaba la chica, estaba feliz por las palabras que había dicho. Pues generalmente no escuchaba que alguien la considerara especial.
Y también había dicho que era honesta.
Pero Valentina le había mentido a todos sus compañeros de trabajo y los había metido en este lío.
Ella no era honesta.
—Continuaremos con nuestro recorrido— dice Karla y todos comienzan a seguirla.
La mano de Valentina se una a la de Jared sin poder evitarlo y caminan juntos, volviéndose más familiar el roce ocasional de sus cuerpos chocando. Valentina se sentía culpable como lo había hecho desde que dijo que tenía un esposo, pero también temía la opinión que todos los demás tendrían sobre ella.
Era difícil tratar de encajar en un lugar donde nunca se sintió como si perteneciera.
—¿Te encuentras bien, Vale?— le pregunta Jared y ella asiente.
—Sí, sólo estaba pensando— responde luego de aclararse la garganta.
—¿Quieres que volvamos a casa?— cuestiona preocupado.
—No, en realidad ha sido un poco divertido— Valentina dice con una sonrisa que logra tranquilizarlo.
—Me alegra escuchar eso— la mira de reojo y ambos continúan caminando hacia el lugar donde los llevan.
—Creo que todos conocen los cuerpos de sus esposos a la perfección— dice Karla y se escuchan las risas de los compañeros de Valentina.
—Pero, ¿alguna vez se han tomado el tiempo de ver hasta el mínimo detalle?— el silencio permanece sin que nadie de una respuesta. —No haremos nada indebido, por supuesto que no somos exhibicionistas. Sin embargo me gustaría que cada uno de los que se encuentran en este lugar explore a su pareja de una manera tierna y con mucho cuidado—
Las parejas comienzan a toma asiento en uno de los sofás y Valentina no tiene idea de qué hacer. Era obvio que conocía muy bien al otro, pero una cosa era observarlo y tocarlo ocasionalmente a acariciar.
—¿Estás bien con esto?— pregunta mirando a Jared a los ojos.
—Sí, mientras tú te sientas cómoda— ella respira profundamente mientras siente cómo sus latidos incrementan su ritmo bajo la atenta mirada del chico.
Toman asiento en el sofá libre y permanecen frente a frente. El primer movimiento de Jared es colocar un mechón de cabello de la chica detrás de su oreja, para que su rostro permaneciera a la vista sin ningún obstáculo.
Ambos se sentían nerviosos, Valentina pensó en que no tenía sentido que se pusiera así ¡Había conocido a Jared hace tanto tiempo! Y sin embargo, en ningún momento se sintió como ahora. En ningún momento pensó que aquel hombre que había crecido a su lado podría hacer que se sonrojara con facilidad o que le costara hablar con claridad cuando nunca sucedió con ninguna otra persona.
—No puedo hacer esto, Jared— exclama Valentina antes de salir corriendo del lugar.
No sabía a donde se dirigía o qué era lo que estaba buscando. Simplemente quería que los ojos de Jared nunca la miraran como si fuera el universo entero.
Ella no era la chica que Jared imaginaba, ¡había estado mintiendo durante meses! No podía continuar haciéndolo. No podía seguir engañándose a sí misma.
—¡Valentina!— escucha la voz de Jared llamándola. —¡Espera!—
Muerde su labio inferior y detiene sus pasos para que Jared no tarde en esperarla.
—¿Te encuentras bien? ¿Necesitas que te lleve a algún lugar?— su rostro mostraba claramente la preocupación que estaba sintiendo en ese momento.
—No quiero seguir mintiendo. No puedo hacerlo, ni siquiera sé por qué me ayudaste cuando claramente odias que mienta y dijiste que te gustaba que fuera honesta, pero ambos sabemos que ha pasado los últimos meses engañando a las personas diciéndoles que tenía un esposo— las primeras lágrimas comienzan a caer por sus mejillas.
—¿Quieres saber por qué te ayudé?— pregunta Jared.
—Sí—
—Durante toda mi vida he obtenido todo lo que quería, he tenido todo lo que pude imaginar, menos a ti. Te he querido durante toda mi vida, Valentina. Se siente como si no pudiera respirar cada vez que estoy a tu lado y lo único que deseo es que siempre me mires, pero nunca lo has hecho— Valentina se queda sin palabras mientras escucha la declaración de Jared.