Dedicación

Dirigido a todas las personas que hemos perdido a un ser querido, especialmente en esta época del año, cuando la Navidad nos recuerda la ausencia de quienes tanto amamos.

A quienes sentimos ese vacío en el corazón y esa nostalgia que parece más intensa cuando las luces brillan y los villancicos llenan el aire: este mensaje es para ustedes. Para los que guardamos sus recuerdos como un tesoro silencioso, para los que deseamos que una última vez puedan abrazarnos, escucharnos, compartir una risa o simplemente estar presentes a nuestro lado.

Sabemos que la Navidad puede ser un recordatorio agridulce: llena de amor, unión y alegría, pero también de lágrimas silenciosas y recuerdos que duelen. Aún así, en medio de la tristeza, en cada luz, en cada gesto de cariño, seguimos encontrando un hilo invisible que nos conecta con ellos. Un hilo que nos recuerda que, aunque ya no estén físicamente, su amor permanece, sus risas nos acompañan y sus enseñanzas siguen iluminando nuestro camino.

A ti, que hoy sientes esa mezcla de alegría y nostalgia, quiero decirte que no estás solo. Que está bien llorar, que está bien extrañar, y que está bien recordar. Porque amar no termina con la partida de alguien; simplemente transforma su presencia en algo que llevamos dentro, y nos impulsa a vivir con más intensidad, más gratitud, y más amor.

Que esta Navidad, aunque teñida de ausencia, también nos encuentre abrazando sus memorias y celebrando la huella que dejaron en nuestros corazones.