La muerte es parte de la vida, y aunque sabíamos que este momento llegaría, nada prepara al corazón para la ausencia de un amigo querido. El dolor de la partida puede parecer inmenso, pero no es eterno; lo que permanece para siempre es el recuerdo del amor y la alegría que compartieron.
Convierte ese dolor en ternura, en cariño; deja que cada recuerdo se transforme en una sonrisa, en gratitud por haber tenido a alguien tan maravilloso en tu vida. Que el amor que dejaron siga iluminando tus días, incluso en la distancia.
—Miguel Ayón
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Editado: 13.10.2025