2temporada - Conviviendo con Bts por obligacion.

Capítulo 29 - Somos noticia en una "mala noticia"


Ya había pasado una semana desde que Jin y yo pusimos punto de inicio, y formalizamos, nuestra relación.

Daba igual cuanto tiempo pasara, no me creía que Kim Seokjin sentía lo mismo por mí.

¿Y quién lo diría? En un principio nos matábamos con la mirada y nos heríamos con palabras. No me creía capaz de conseguir la amistad con los siete chicos, menos aún imaginaba terminar siendo la pareja de uno de ellos.

El odio mutuo que nos teníamos en un principio era muy obvio.

 

Ahora soy muy feliz, la más feliz. He conseguido una familia maravillosa, que se cuida mutuamente, se preocupa el uno del otro y hacemos cosas sin pedir nada a cambio. Simplemente por el hecho del cariño que nos tenemos.

 

- Hoy tenemos que ir a la empresa, ¿no? – pregunté mientras terminaba mi última cucharada de la sopa de miso que estaba almorzando, entre otros platillos.

- Si – confirmó el líder – tenemos reunión con los productores y estilistas para la decisión de los vestuarios para el comeback. Luego tenemos ensayo de las nuevas coreografías y por último práctica vocal.

- ¡Léete la agenta! – exclamó Hoseok mientras reía y me daba un pequeño golpe con la cuchara en la cabeza.

Obviamente me contagió la risa.

- Se me olvida que tenemos una agenda – respondí con sinceridad mientras me frotaba la cabeza. No me había dolido, pero si habían caído unas gotas de los restos de sopa que quedaba en ella.

- Tsk, torpe – comentó mientras dejaba sus cubiertos en el fregadero.

Yo le miré y le saqué la lengua, él me respondió de la misma forma.

 

- ¡Muchas gracias Namjoon! – hablé. –en cuanto acabe, me preparo.

Tal y como dije, dejé los platos y cubiertos en el fregadero y subí a mi habitación.

 

Me puse ropa cómoda, si íbamos a ensayar los nuevos bailes, íbamos a sudar bastante. También preparé mi pequeña mochila con agua, una toalla y un par de camisetas limpias.

- ¿Qué os queda? – escuché a Jin gritar desde abajo.

- ¡Poco! – gritaron Taehyung y Jimin, que estaban vistiéndose en su dormitorio.

- ¡Yo ya bajo! – grité yo en respuesta.

- Espéranos (TN) – dijo un Jimin medio lloriqueando mientras corría torpemente hasta mi habitación intentando meter los pies en los pantalones – A Tae y a mí nos queda un poco….bastante, si tardamos mucho más en bajar, Jin hyung nos va a regañar.

- ¡Pues daros prisa! – dije molestándolos.

- ¡Por favor! Si bajamos juntos no nos dirán nada – hizo pucheros.

- Bueno – reí – pero como tardéis demasiado, me voy.

- ¡Corre Tae! – dijo volviendo al dormitorio.

Y al parecer se tomaron en serio mis palabras, pues en unos cuatro minutos salieron al pasillo, dónde les estaba esperando apoyada en la pared con mi mochila puesta y mirando publicaciones de Instagram.

- ¡Vamos! – dijo Tae con una sonrisa.

 

Finalmente bajamos, realmente nos dimos prisa para nada: Hoseok aún no se había vestido y Yoongi seguía fregando los platos sucios.

- Nos hemos cagado de miedo para nada – me susurró Jimin mientras miraba el panorama.

- De verdad – respondí.

Me remangué las mangas y me puse al lado del rapero para ayudarle con los platos.

- Voy a vestirme y bajo. – habló Hoseok.

- ¡Os voy a matar! ¡Ya vamos tarde! – dijo Namjoon mirando el reloj.

 

 

 

La reunión fue una tortura. Horas hablando sin llegar a nada en concreto, solo pequeñas pinceladas, ideas que iban y venían. ¡Nosotros teníamos muy claro lo que queríamos! Pero no lo terminaban de aceptar al cien por cien ya que querían tener varias opciones y hacer mezclas entre ellas o probar diferentes cosas.

Supongo que ellos saben lo que hacen, pues son los profesionales. Pero desde nuestro punto de vista, le dan demasiadas vueltas.

Sólo nos quedaba esperar a la resolución final y dar nuestros puntos de vista. Aunque yo creo que sea lo que sea que nos ofrezcan, aceptaremos. Ninguno de los ocho querríamos una segunda reunión para esta fase.

 

Una vez finalizado, fuimos a la sala de ensayo para la coreografía. Aunque ya había visto la principal….¡seguía pareciéndome increíble! Era fan de nuestra canción y baile.

Aunque, una vez estábamos tirados en el suelo, sudando y respirando con dificultad, no me parecía tan divertido.

Fuimos a las duchas, obviamente los chicos a las suyas y yo a las de las chicas, y nos aseamos para dar las prácticas de canto y no espantar a los entrenadores vocales.

Esta práctica me encantaba, no requería morirme de cansancio hasta llegar al dolor, y realmente disfrutaba de cantar con los chicos. La armonía que se creaba era bastante satisfactoria.

 

Las horas en la empresa pasaron, en lo medianamente, rápido. Sin ser una tortura, pero sin ser una visita al parque de atracciones.

Lo calificaría como un día de práctica decente y bastante agradable, excepto por la reunión.

Cansados, volvimos a casa por el sendero de árboles que había entre el edificio y nuestra casa.

- ¿Habéis visto como se ha puesto el estilista jefe? – rió Hoseok - ¡Pensé que iba a matarnos!

Algunos soltamos unas carcajadas.

- “Esa idea me parece mediocre y sin clase” – habló Jimin imitándolo.

El problema de la reunión – y la causa por la que se alargó tanto – es porque, de todo el personal, sólo el jefe de estilismo le ponía pegas a todo y, la frase que ha dicho Jimin la repitió mil veces durante la charla. Al principio nos ponía de los nervios, pero cuando iba por la décima, teníamos que aguantarnos la risa ante la frase.

Hung San, el jefe de vestuario es un gran hombre y muy profesional. Nos caía de maravilla y teníamos una muy buena relación. Pero cuando hay reuniones de vestuario, se convierte en un demonio con cuernos protegiendo sus ideas hasta la muerte. Aunque él y su marido dirigían el departamento de estilismo, Hung San era el verdadero jefe.




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