3 Am

Capítulo 3

Estoy muy cansado, toda la estúpida noche me la pasé sin dormir. Espero que el profesor de matemáticas no asista el día de hoy, ha faltado mucho en lo que va del mes y eso no es bueno para nosotros, pero sería de gran ayuda que no llegase.

"Siempre cruzo los dedos para que así sea".

Probablemente este atravesando por problemas familiares o algo así. Su aspecto descuidado y su mal temperamento nos lo hace saber. Últimamente se nota más irritado y cansado que de costumbre. Lo que es malo para nosotros porque trabajamos de más en clase y llevamos tarea como para todo un mes.

Te miras muy cansado Gael... —Una voz angelical me saca de mis pensamientos—.  ¿Sucede algo?

No..., nada de importancia. —respondo girando para averiguar de quien se trataba—. Sólo no logré descansar bien por la noche, eso es todo —A un costado mío estaba Victoria, mirándome fijamente y con preocupación.

Victoria es mi mejor amiga, la conozco desde que íbamos a la Primaria. Por cosas del destino, siempre nos ha tocado estar juntos en todos los grupos desde la primaria. Poco creíble, pero real. Ella es la única persona digna de mi confianza y a quien le confío todo lo que me pasa. Ahora que lo pienso, Victoria siempre me ha parecido una chica bastante hermosa, es de estatura media, 1,65 para ser exactos, de piel blanca y cabello lacio en un tono negro profundo.

El tiempo dirá. Por ahora me basta su amistad.

2:00 PM

Despues de un largo día el reloj marcaba las 2 en punto. Por fin habia terminado  este maldito día. El gruñir de mis tripas me informaba que debía comer. Me despedí de Victoria y me dirigí con prisa a casa.

20:46 PM

Después de llegar a casa y haber comido la deliciosa comida de mi madre. Subí a mi habitación, arrojé mi mochila al piso y me tiré sobre mi cama, cayendo en un sueño profundo.

Al despertar la obscuridad se había apoderado nuevamente de la habitacion. Las 20:46 de la noche marcaban en mi celular. Descansado y con pila llena me dispuse a bajar a la cocina para comer un poco de los que había sobrado de la comida. Con éxito, encontré bastante en el refrigerador. Devoré todo el plato sin miramientos y subí nuevamente a mi habitación.

<Gael había olvidado completamente lo que había sucedido la noche anterior. Era cuestión de tiempo para que recordara lo sucedido. Sólo que esta vez, la situacion se tornaría un poco diferente, dejando a Gael con contradicciones durante un par de días.>

12:22 PM

Estoy totalmente satisfecho y creo que ya tengo bastante sueño, al menos puedo dormir tranquilo, mis tareas de matemáticas son para la siguiente semana, y no hay de que preocuparse.

"Detesto las tareas, simplemente las odio."

2:59 AM

Despierto apresurado mi vejiga me está matando de nuevo, estoy a nada de orinarme sobre ella pijama. Me levanto lo más rápido posible y sin hacer demasiado ruido entro al baño.

Al salir, puedo sentir otra vez esa mirada tan pesada y agobiante. Es una presión increíble la que se siente tan de repente en la habitación, me hace estremecer. Volteó de lado a lado y sin apreciar algo en la predominante obscuridad, entró bajo las cobijas de mi cama.

¡Estoy empezando por artarme de todo esto! -susurro y me envuelvo aun mas entre mis cobijas.

Justo cuando estoy por rendirme ante el sueño, siento una presencia a mis espaldas, con gran incomodidad giro lo más rápido posible, logrando ver con el rabillo del ojo, una mancha negra que se desvanecía a gran velocidad por el suelo. No estoy seguro de que fue eso, pero un repentino viento helado golpeó con fuerza la habitación, haciendo ondear la cortina de mi ventana.

Con frío y confusion me envuelvo nuevamente entre las cobijas.

El silencio que de momento se había recuperado, se pierde repentinamente entre los golpes que hacian retumbar la base de mi cama.

"¡Puta madre, Got!"

Maldiciendo y rotando sobre mi cama, retiro las cobijas de mi rostro. Quedé atónito y mis labios solo balbuseaban. No podía creer lo que estaba presenciando.

Frotando mis ojos y forzandolos a ver entre la obscuridad. Una silueta negra posaba en una esquina de mi cama.

"¡¿Que putada es esa?!"

Solo podía pensar, el miedo me paralizó por completo al entender que lo que estaba frente a mí era real.

Como pude agite mi cabeza y volví a mirar. Ya no estaba, se había ido lo que fuese que estaba ahí. Me levanté de la cama para sersiorarme que no fuera una broma o algo por el estilo pero no había nada, ni nadie.

¿¡Qué ves tarado!?, quítate que me estoy orinando —dijo mi hermana apartandome del camino con su brazo, matándome casi del susto.

"Hija de... mi corazón, me saco un pinche susto"

Con el corazón acelerado por tremendo susto, entré a mi cama y me dispuse a dormir. Abrí conos ojos con histeria. La puerta del baño comenzó a abrirse, era la tarada de mi hermana. No sé cuánto llevaba ahí dentro, pero era probable  que sintiera que había pasado mucho tiempo en el baño por lo cansado que me encontraba. La seguí cuidadosamente con la mirada hasta ver qué entrará en su cama. No me tomó ni tres segundos para empezar a roncar como marrana.




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