3 Deseos de Navidad

1. Cumple Navidad

Desperté asustada por ruidos en el comedor, muy sigilosa me acerqué hacia la puerta pero no había nadie. Miré el despertador 3AM, intenté dormir un poco pero las luces que entraban por la ventana no me lo permitían. Escuché pasos aproximándose, me hice la dormida, pensando que era alguno de mis papas levantado. Vi una silueta grande acercarse hacia la mesita de luz, se escuchó un ruido como a vaso de vidrio apoyándose, luego la silueta se desvaneció en el aire, seguro lo había soñado. 

—¡Hola Emma!, ¡Feliz Cumple-Navidad, hija! —saludó, abriendo totalmente las persianas. El Sol no paraba de dar en mi cara, el calor era impresionante.  

Es muy común que en diciembre, sobre todo a fines sea muy caluroso en Buenos Aires porque es verano. Un día especial por ser mi CumpleNavidad, algo que se le había ocurrido a mi otro papá, David.  

Es una costumbre en Argentina festejar el 24 de diciembre y el 25, se invitó a toda la familia, papá David cocinó un rico pollo al horno y papas, también se acostumbra la ensalada rusa con zanahoria, papa y mayonesa; no pueden faltar las cosas de postre pan dulce con frutas abrillantadas o frutas secas, todo tipo de chocolate, garrapiñadas, pasas de uva y almendras con chocolate negro o blanco. 

—¡Que rica que estuvo la cena de anoche! —dijo Victor. 
—Todavía sigo llena, no creo poder desayunar. 
—¡No, no, no! El desayuno es la comida más importante del día —con dos paquetes grandes en brazos y un envoltorio azul— ¡Feliz Cumple-Navidad mi vida!  

Abracé a los dos que se encontraban en cada lado de la cama, haciéndome sandwichito con su amor. Insistieron, entusiasmados en que abriera el regalo; para mi sorpresa era un vestido azul marino, con un poco de encaje en las manguitas y unas sandalias haciendo juego. 

—¡Graciaaass papis!, ¡me encantan los regalos! 
—Bueno nos alegra que te guste, no todos los días cumplis 16, ponete linda Emma… 
—Porque van a venir tus abuelos. 

Hace bastante no los veía, desde aquella discusión, hace 5 años. Si mi memoria no falla tenia unos 11 años, nunca se preocuparon por nosotros y siempre estuvieron en contra de que papá Víctor, su hijo, fuera gay.  

Intenté pensar en otra cosa y no estresarme tanto, seguro iba a venir mi amiga. Me bañé, maquillé un poco mi cara, recogí mi pelo con un broche, estaba calzándome cuando golpeé mi pie con la mesita de luz. Luego de quejarme un poco logré ver una hermosa bola de cristal navideña, contenía un arbolito de navidad que parecía de oro y había una carta debajo de ella. 

Querida Emma: 
Tu obsequio de cumpleaños y navidad. Solo tienes 3 deseos que debes usar con mucho cuidado. 
PD: agítala si quieres visitarme. 
                                               Atentamente: Santa 

Quedé congelada, no podía creer lo que estaba leyendo.  

—¿Santa existe?, ¡no puede ser alguien se metió a la casa mientras dormía! 
—¡Hola hermanita! ¡Feliz Cumple-Navidad! —gritó, abrazándome. 

Mi hermano tiene 9 años,  es algo molesto a veces pero tenemos buena relación, siempre nos acompañamos en todo, desde que tengo memoria. Nuestros papas nos vieron juntos en el orfanato y no quisieron separarnos, mi hermanito tenía 1 año y yo 7 cuando nos adoptaron. De nuestros papas biológicos no sabemos nada, solo que nos dejaron en el orfanato. El orfanato fue muy acogedor. 

—¿Qué es eso? —preguntó con sus ojos verdes, llenos de intriga, siempre me gustó su curiosidad y esa ingenuidad que un niño no tiene que perder.  
—Mira vino una carta junto con la bola de cristal mágica. 
—¡Wauuu! Quiero ir al polo norte —dijo agitándola. 
—¡Tene cuidado Mateo q…! —sujetando ambos la bola de cristal. 

Unos destellos comenzaron a hacerse, aparecimos sentados en un sillón rojo. Una pequeña persona, masomenos de la estatura de Mateo estaba de espalda a nosotros sentado en una silla escribiendo. 

—Hola chicos, mi nombre es Sandy, espérenlo por acá, que en un rato se desocupa Santa. 
Esperamos un rato sentados, hasta que las puertas se abrieron ruidosamente. Estábamos con mantas pero el frío se sentía igual. 
—Hola niños ¿cómo han estado?, espero que Sandy los halla recibido bien, ¿quieren una taza de chocolate caliente. 
—Si, por favor —dijo Mateo. 
—¿Emma? 

Se sabía mi nombre y el de mi hermanito. Seguro era un sueño, no pude resistirme a la taza de chocolate. Agradecimos por las tazas, mientras Santa nos mostraba un poco de sus fábrica de juguetes, sobre el sistema de regalos entregados y los que faltaban entregar, se encontraban varios duendes con listas largas tildando los regalos que ya estaban entregados y tachando a los que no recibieron regalos por portarse mal pero recibieron una carta para que no dejaran de creer. 

Nos presentó a sus renos; Bromista, bastante Juguetón y Travieso; Cupido; Cometa es muy veloz; Alegre, presuntuoso; Bailarín; Saltarín o Pompón; y un reno con la nariz roja llamado Rodolfo que guiaba a los otros renos. Mateo se subió a Rodolfo feliz, mientras Rodolfo volaba por el aire y yo me subí a Pompón, fue bastante divertido. 

Las horas estaban pasando, en el polo norte las horas pasaban más rápido y ya se hacia de noche, Santa nos hizo aparecer en casa. Mateo tenia la bola de cristal en manos y no me la quería devolver, él quería pedir un deseo, comenzamos a tironear de la bola de Cristal. 

—¡Que molesto Mateo!, ¡ojalá desaparecieras! —grité, se desprendió una luz desde la bola de nieve, el arbolito empezó a dar vueltas y Mateo ya no estaba.  

Abrí mis ojos, estaba sentada en la cama, vi mi celular eran las 9 de la mañana. Busqué por todos lados la bola mágica pero no apareció. Una señora que no conocía abrió la puerta, algo apresurada por querer limpiar. 



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En el texto hay: navidad, magia amistad familia, krampus

Editado: 27.11.2019

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