3 Días, 2 Secretos, 1 Muerto.

Viernes 13:25

—Vamos a comer ya. Leo no contesta y yo muero de hambre —Dice Lu saliendo del baño— Además, la comida se enfría Venus, y a ti eso no te gusta. —añade haciendo un puchero.

—No tengo apetito ¡Estoy desesperada! no soporto estar aquí sin hacer nada mientras mi novio sigue desaparecido. Es tonto que pretendan que solo me quede aquí a esperar que alguien llame –—le digo dando vueltas por la sala— saldré a buscarlo Lu, tengo que hacer algo, necesito hacerlo – le digo caminando hacia la puerta, y justo cuando voy a abrir suena el timbre; me asomo por la mirilla y alli esta Leo.

—Traje helado para las doncellas —dice en cuanto le abro. Al ver mi intención de salir se interpone— ¿Qué piensas hacer? —Pregunta con expresión sombría— Te dijeron que esperaras aquí Venus ¿a dónde pretendes ir? —agrega dando un paso al frente y cerrando la puerta tras de sí.

Leo es alto y muy apuesto, tiene grandes ojos grises, es el típico rubio que va rompiendo corazones por donde pasa, sin embargo le cuesta un poco socializar. Cuando nos conocimos, pasaron meses antes de poder tener conversaciones que no fueran de lo sucedido en clase. Pasa horas en el gimnasio, Lu me conto que fue un niño con sobrepeso víctima de bullying, pero ahora a sus a sus 26 años luce como un modelito de revista. Supongo que tanto entrenamiento físico dio frutos.

—Cualquier cosa en cualquier otro lugar, no pienso quedarme aquí convirtiendo oxígeno en dióxido de carbono —le digo intentando pasar por su lado. El vuelve a interponerse.

—No Venus. Tú vas a quedarte aquí, con nosotros, esperando que te llamen para informarte cualquier avance de la investigación. —dice tomándome del brazo y guiándome a la cocina. Lu esta pasmada viendo la escena. Sé que esta tan sorprendida como yo de ese comportamiento.

— ¡Suéltame! —Exijo en cuanto salgo de mi asombro— ¿acaso no te preocupa que Paul, tu amigo, mi novio, el chico con el que anoche estuvimos en una fiesta está desaparecido? —Digo con amargura— No puedo seguir aquí simulando que nada sucede y que el mágicamente aparecerá, es absurdo. —finalizo apuñalándolo con la mirada y vuelvo hacia la puerta y lo escucho acercarse nuevamente.

—Tienes razón. Lo siento. Estoy muy alterado con todo lo que está ocurriendo y no me gustaría que ninguna de ustedes también desaparezca —dice cambiando drásticamente su actitud— ¿me disculpas? —finaliza con una sonrisa.

—Bien. Pero no me vuelvas a tratar de ese modo. Todos estamos nerviosos por lo que está sucediendo, pero no es razón para atacarnos. —le aclaro. Puedo entender que se altere, pero no voy a permitir tonterías en este momento. Retomo mi camino hacia la puerta y siento su mano en mi hombro.

—Dame un abrazo y quédate a comer. Luego si quieres salimos juntos a buscar lo que sea que quieras buscar ¿vale? —insiste y esta vez acepto porque la verdad es que tampoco tenía idea de por dónde empezar.

Durante el almuerzo Lu no interviene en la conversación. Se mantiene taciturna pero de tanto en tanto lanza miradas furtivas a Leo y eso me perturba. Es un poco incómodo ya que los conozco desde hace 7 años, cuando entramos al mismo curso preuniversitario, y jamás hubo este comportamiento entre ellos. Siempre han sido cómplices en cada ocurrencia y creo que esto es desde la infancia. Me inquieta ver este cambio tan radical y repentino entre ellos.



#3672 en Detective
#1863 en Novela negra
#29425 en Otros
#9463 en Relatos cortos

En el texto hay: crimen y amor, secretosymentiras, amistad y familia

Editado: 19.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.