3 Historias

Un Nuevo Amanecer - SINOPSIS

Miré de nuevo por la ventana.

Hoy sería mi último día en este espantoso lugar, lleno de gente hipócrita y grosera. Siempre me han juzgado por mi apariencia, y la verdad no comprendo el por qué.

Quizá se deba a mi tez algo morena, pero nada fuera de lo normal. Me considero en el rango normal de persona. O quizá sea por mis ojos marrones, diferentes a los de ellos, pero con un brillo especial, como decía mi madre.

Ella falleció cuando tenía 16 años.

Su cáncer se expandió por todo su cuerpo y no pudo resistir a su duro tratamiento.

Sigo recordando ese difícil momento tan doloroso, en el cual ella estaba en la cama, sus ojos no tenían brillo alguno, y su mirada era cansada…

Ella me dijo unas últimas palabras antes de caer en una muerte tan… dolorosa…

“Sé fuerte y poderosa, el éxito es un fruto que se cosecha en tan gran mente magnífica”

Ella era tan sabia, por eso la admiraba tanto… pero al irse, todo se puso en mi contra.

Recuerdo que al caminar por los pasillos del instituto era difícil…

Nadie quería a la niña “huérfana”, así era como me llamaban.

Después llegaron las constantes burlas por mi aspecto algo descuidado. Duré 3 años soportando todo tipo de maltrato.

Cerré mis ojos y suspiré.

Odiaba las mudanzas

Toda mi infancia se basó en eso; cada año nos mudábamos por mi madre, pero desde su muerte, mi padre cayó en una extrema depresión que lo hizo perder su trabajo.

Estos años sobrevivimos gracias al seguro de mi madre, pero ahora debíamos irnos si deseábamos seguir con ese dinero, y era lo mejor.

Mi padre sigue sin conseguir empleo, tan solo se encierra horas y horas en el sótano, pintando algunos cuadros.

Y yo… yo debo hacer todo en la casa.

Debo salir adelante por mi padre, que sé que me agradece todo el esfuerzo que hago por esta pequeña familia.

Mis padres solo me tuvieron a mí, ya que se enteraron, que, no podían tener más hijos.

Mi madre tuvo complicaciones por su cáncer, o que me hizo ser hija única, lo cual es horrible, porque, a pesar de tener a mi padre, me siento tan sola en el mundo.

Tan sola en mi mundo.

Por lo que he decidido cambiar, nueva cuidad, nueva yo.

Me miro al espejo y solo veo a una chica simple, sin una gota de maquillaje, sin siquiera peinar, y un simple conjunto para dormir.

Comencé a ponerme algo de pintura en mi rostro, nada extravagante, algo… simple.

Mi ropa la cambié por algo más elegante, más juvenil, más… distinta a la que normalmente usaba.

El cambio era tan notorio para los que me conocían, y me di cuenta de que esta sería la nueva yo…

Y me gustaba.

 




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