3) Sacrificio

Capítulo 9: La oportunidad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rubby

 

 

No tenía idea de que esto es lo que ocurriría al enfrentarme con estos seres, pero ya es demasiado tarde para pensar en algo que hacer. Ya estoy en el suelo a punto de perder la vida.

 

¿Qué puedo hacer ahora? Nada, aceptar que este es mi destino y que moriré por un bien común: voy a salvar a la humanidad.

 

Es tiempo de ver por los demás, ya no puedo seguir siendo tan egoísta. No obstante, siento que esto no es lo correcto. No lo entiendo. Pensé que esto es justamente lo que tiene que suceder, pero no creo que…

 

Siento que todavía faltan muchas cosas para decir adiós. No me quiero despedir de la gente que amo.

 

Necesito cosas diferentes, pero ya he dado el movimiento y no puedo hacer nada más. He dado una jugada mala, no puedo volver el tiempo atrás.

 

Ya he aprendo a aceptar mis errores, pero este nunca podré aceptarlo. Yo nací solo para esto, para demostrarle a mis padres que han cometido un gran error, bueno, más de uno.

 

¿Qué es lo que estoy haciendo?, pienso desde las sombras.

 

Es tiempo de aceptar todo lo que está ocurriendo, ya no puedo hacer mucho más. Tengo que aceptar todo y sé que así podrá ser más fácil lo que va a venir. Todo lo que siento es tan complicado que me destroza más que la herida que me va a matar.

 

¿Por qué todo tiene que ser tan complicado cuando se trata de los mundanos? Sé que ellos no pueden salvarse de lo que está ocurriendo, pero yo no quiero morir por eso.

 

Quiero que vengan a decirme cómo es que funciona todo esto, ya que me siento verdaderamente perdida.  

—¡Rubby! —Grita mi madre al verme.

 

Sonrío ampliamente y observo a mis lados, pero no siento dolor alguno; sin embargo, siento que esta será mi última vez en ver a estos hermosos seres que me han enseñado que lo raro para algunas personas es la normalidad de otras y esta es mi realidad y debo aceptarla.

 

—Estoy bien… —digo tratando de todavía seguir con vida por unos segundos más.

 

Espero que la muerte llegue por fin, pero todavía estoy viva.

 

Quizás no debo perder la fe y seguiré viviendo.

 

—Hija… —Susurra mi madre.

 

Trago saliva, pero la siento metálica.

 

—Dile a… A… Castiel. —Toso con una sonrisa amplia—. Dile que…

 

Trato de mantenerme con vida, pero cada segundo siento que es menos aire dentro de mí. Se siente extraño, no me gusta, pero ya no duele.

 

—¡Noooo! —El grito de Tamara sacude mi cuerpo al ser oído.

 

Quiero que ella se tranquilice, no puedo hacer mucho para lograr que ella siga viva y bien.

 

—Tranquila… —Murmuro tratando de hacerme la fuerte—. No te preocupes, voy a estar bien.

 

Sé que voy a estar bien en otro lugar. En un nuevo mundo para mí.

 

—¿Qué le sucede? —Pregunta Luke.

 

Al ver a Luke me siento perdida, pero no digo nada.

 

—Jenna… Ella utilizó la oscuridad de su alma para destruir a Rubby.

 

Hay que encontrar el modo de hacer las cosas bien, pero nadie quiere hacer lo que realmente hay que hacer. Estoy harta de lo que está pasando, pero nadie se da cuenta de eso.

 

—¿Por qué? —Las preguntas de él me están haciendo pesar en todo lo que está ocurriendo—. No lo entiendo.

 

Necesito explicarle que las cosas van a estar bien, pero no para mí. Bueno, sí, yo me iré al cielo… Al menos, eso es lo que espero.

 

—Estoy bien. Estaré bien —digo al escucharlos y saco una de mis dagas chinas con cuidado en mi accionar—. Toma… —Corto mi brazo.

 

Hay que hacer esto antes de que sea demasiado tarde, no es tiempo de pensar todo. En este momento, solo hay que hacer las cosas.

 

—¡Rubby! —Escucho su grito.

 

Mi alma cae a mis pies.

 

—¿Qué haces? —Pregunta él—. No estás haciendo las cosas bien.

 

Sonrío amplia al escuchar sus palabras.

 

—Les doy mi sangre, mátenla.

 

No quiero saber lo que ellos quieren hacer. Les estoy dando lo que necesitan para salvar a la humanidad. No hay que hacer más nada.

 

—No —Tamara niega con sus ojos llorosos sabiendo que eso solo atontaría a Jenna, pero que no la mataría.

 

Dentro de mí hay un dolor más fuerte que el normal.

 

—Sabes lo que tienes que hacer. —Sonrío.

 

Trago saliva sonoramente, puesto que ya me cuesta hacerlo.

 

—Rubby, no me dejes.

 

Toso sintiendo algo mojado en la comisura de los labios.

 

—Tranquilo… —Toso. Mis labios saben a sangre—. Ya nunca más estarás solo.

 

Sé que mis padres estarán ahí para él. Luke jamás volverá a estar solo, ya tiene una nueva familia que lo apoye.

 

—No puedo dejarte —dice Luke.

 

Sonrío levemente y lo miro a los ojos.

 

—Tengo que estallar en mil pedazos y lo sabes. Salva… Dile… Dile a mi padre…

 

Siento que es imposible que él me entienda, pero al menos lo intento. Necesito que le diga esto a mi padre.

 

—¿Qué quieres que le diga? —Cuestiona alzando ambas cejas—. ¿Qué necesitas que le diga a Castiel?

 

—Dile que… —No puedo continuar con mi oración.

 

—Rubby…

 

—Dile… Dile a mi padre… que… —Una lágrima cae de mis ojos—. Que…

 

Trato de hacer lo posible para responderle, pero creo que es imposible.

 

—No, no. Por favor —Toma mis manos tratando de aliviar mi dolor, pero no hay.

 

Sonrío tratando de decirle que me siento bien, que no pasa nada, pero él no lo entiende. No quiere darse cuenta de que estoy bien.



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En el texto hay: angeles, demonios, sacrficio

Editado: 17.07.2021

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