3) Sacrificio

Capítulo 10: La despedida

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tamara

 

 

 

 

 

El momento más doloroso de la noche ha dado su primer acercamiento. Sé que esto no va a terminar tan fácil y de un modo trágico. Al menos, eso es lo que he entendido a lo largo de eones. Nunca nada es lo que deseamos.

 

Ya me he dado cuenta de que las cosas que ocurren son planeadas antes de que sucedan. Esta vez quiero pensar y creer que no es así, que nada es planeado y que todo pasa porque nosotros hemos decidido que así sea. ¿Puedo soñar o me dejo llevar por el mundo de la imaginación? ¿Cuál es la diferencia de esos dos? No entiendo lo que está pasando, pero sé que nada bueno.

 

He pensado mientras luchaba que algo como esto iba a suceder, pero no deseaba creerlo. Lo mismo pasó cuando mi hermano me lo advirtió, no quise creerle, pero es verdad y ahora está ocurriendo. ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Tengo que dejar ir a mi hija? ¿La tengo que ver morir? ¿Qué clase de juego es esto?

 

Muchas veces, me obliga a abrir los ojos e intentar hacer cosas que sé que no puedo hacer. Es por eso que antes de toda esta locura le pedí a mi hermano que se encargue, es tiempo de que él se ponga manos a la obra. No puedo dejar que mi niña pierda la vida.

 

Me rehúso a aceptar este dolor que está creciendo dentro de mí. No entiendo lo que me pasa, pero no deseo tener ese sentimiento nunca más: lo quiero lo más lejos posible de mí.

 

Siento que todo lo que conozco se está desvaneciendo. ¿Eso es un sentimiento? ¿Es realmente correcto? ¿Qué es lo que está sucediendo dentro de mi cabeza? Tengo muchas preguntas y ninguna respuesta, solo sé una cosa: Yo solo sé que no sé nada.

 

Jamás me hubiera preguntado sobre estas cosas en el pasado. No me importaba nada cuando vivía en el Infierno, pero ahora todo es muy distinto. Tengo una vida.  

 

—Cierren los ojos —digo con tristeza casi como una orden.

 

No puedo dejar que las cosas sigan de este modo, tengo que hacer algo para que mi niña haga lo correcto, pero ya es demasiado tarde. Mi hija acaba de morir y no puedo hacer nada para liberarla.

 

Veo como Rubby despliega sus alas en el suelo, muy pronto habrá una explosión.

 

Cierro mis ojos y teletransporto a Luke y a Castiel a una guarida debajo de un Jacaranda de hace millones de años. Sabemos que esos árboles son sagrados. Con cada pétalo que cae, un recuerdo de alguien se pierde en el olvido.

 

Jamás he comprendido la razón por la que mi hermano hizo esa creación tan… Especial. Sí, es muy especial. Sé que no debería gustarme su trabajo, pero esos árboles dan esperanza a los seres que no la tienen. Los Jacarandas hacen un maravilloso trabajo para todos, solo que no sabemos muy bien el funcionamiento.

 

—¿Y Rubby? —Pregunta Castiel.

 

—Ella…

 

—Ella me dio un mensaje antes de morir —dice Luke.

 

Escuchar esas palabras no es lo que deseaba escuchar. Creo que nadie en esa habitación quiere oír eso, pero es lo que hay.

 

—¿Qué? —Lágrimas caen de esos hermosos ojos azules de Castiel—. Te amaba…

 

—No, no puede ser eso.

 

Castiel hace una mueca con sus labios, parece no estar seguro de las últimas palabras de su hija. No quería creer que eso salió de los labios de sus pequeña.

 

—Rubby lo sabía, sabía todo… —digo y frunzo el entrecejo muy adolorida por todo lo que está pasando.

 

—¿De qué hablan? —Cuestiona Luke.

 

—Nada…

 

Castiel me mira a los ojos y simplemente asiento con lágrimas en mis ojos que se encuentran a punto de caer hacia mis mejillas.

 

—Díganme.

 

No podemos decirle la verdad a Luke. Él no sabe nada de lo que está ocurriendo, lo sabe, pero no lo recuerda.

 

—No, solo vete, Luke.

 

—Ve a las cuevas del Malbin, ahí estarás a salvo.

 

—Bien… ¿El cuchillo con la sangre de Rubby?

 

—No sobrevivió a la teletransportación.

 

—¿Qué? No es posible.

 

—No sobrevivió, vete, Luke.

 

—Bien… —Él sonríe y simplemente se desvanece en el aire.

 

—No es posible. Estaban instintos —dice Castiel.

 

—Eso fue lo que pensaba, pero…

 

—Tamara, se viene otra guerra.

 

—Todas las muertes que sucedan con esto serán…

 

—Lo sé…

 

—Castiel, dejé a Katherine viva, ¿será eso?

 

—Sí.

 

—Dejar a Katherine y a James, eso nos destruirá y solo a nosotros.

 

—Matamos al equivocado, Cass…

 

—Tranquila, no hablaremos más de eso.

 

—Pero…

 

—Nada.  

 

—Rubby lo sabía.

 

—Lo sé, no hay que preocuparse por lo demás. Es simple táctica… acabamos una guerra y ahora comenzamos con otra, pero vamos a volver a ganar.

 

—¿Cómo lo sabes?

 

—No lo sé, solo lo creo.

 

Nos miramos ambos a los ojos con melancolía y culpa a la vez. Jamás creímos que dos tragedias sucederían en un solo día. Todo es una locura.

 

—No puedo ver…

 

Mis palabras salen de mis labios cuando sé que Rubby está por explotar. No dudo en abrazar fuertemente a Cass, al ver que una onda sonora es enviada del departamento, donde se produjo la explosión devastadora de Rubby.

 

—No mires… —dice Castiel.

 

Él corresponde mi abrazo y simplemente lo ve, no dice nada, solo me abraza con fuerza y todo acaba en un par de segundos.

 

Ambos sabemos lo que va a venir, pero no deseamos creer que todo está pasando por un error del pasado. Hace mucho tiempo, hicimos algo que estuvo mal y las consecuencias están llegando ahora.



#9763 en Fantasía
#3863 en Personajes sobrenaturales
#1239 en Paranormal

En el texto hay: angeles, demonios, sacrficio

Editado: 17.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.