Saúl
Fleur le había aceptado empezar una relación. No pensaron que después de dos años viviendo juntos sin emoción alguna, fueran a intentar algo de verdad y le estaba esperando en el auto, le había pedido que le esperara allí mientras se organizaba un poco.
Tenían una reunión de trabajo a la hora del almuerzo. Saúl le había pedido a Fleur que lo acompañara, la cena era entre los gerentes y sus esposas, incluyendo su amigo de confianza, por lo tanto, Antoni iría con Andrea. La situación entre ellos se había vuelto un poco tensa, a Andrea le había dolido saber que su novio tenía un hijo con otra mujer, pero entendía que eso había pasado antes de ellos conocerse, todavía seguían juntos pero sabía que Andrea no podía dejar de pensar en eso, habían hablado de tener hijos pero Antoni le decía que no quería. En algún momento arreglarían ese inconveniente.
Fleur se subió al auto de Saúl y él comenzó a manejar. Después de que le aceptara el día anterior, habían llegado a la casa y habían cocinado juntos, luego, se habían ido a dormir juntos, sin decir nada, solo dormir y mirarse.
Saúl detuvo el auto y le dio la mano a Fleur para ayudarle a salir. Se encontraron con Antoni y Andrea en la entrada, después de que un trabajador del hotel recibiera las llaves del auto. La cena era en un prestigioso hotel de la cuidad, en la recepción, dieron sus nombres y les guiaron a las mesas.
Fleur se sentó a su derecha, Andrea junto a ella y después Antoni. Los puestos estaban nombrados.
—Buenas tardes— dijo un alto señor canoso llamado Thomas—. Bienvenidos a mi hotel, ella es mi esposa Claire.
Todos se levantaron y le saludaron como correspondía.
—Siento que mi amigo no haya llegado aún, es un poco impuntual a veces— se excusó Thomas.
—Tom, ¿Que te he dicho de decir lo impuntual que soy?
Un señor que podía ser de la misma edad de Thomas llego y les saludo, sentándose con ellos después de presentar a su esposa y comenzaron a comer.
—Señor, créame, nos gustaría que su empresa de publicidad nos apoye en esta nueva colección— dijo Saúl—. Son una de las mejores empresas y que ustedes nos ayuden sería un privilegio.
—Entiendo, pero me gustaría saber que tan rentable seria.
Saúl se imaginó que James sería un hombre difícil para convencer.
—La verdad es demasiado rentable— intervino Fleur—. He estado presente en la fabricación de las prendas, en el momento de escoger los mejores diseños, las telas, aunque no me corresponde en su totalidad porque soy la contadora— hizo una pausa para tomar un poco de vino—, he visto que el gasto del presupuesto que se ha dispuesto para esta colección, ha sido menor que la de la anterior, esto, sin que el material de los diseños sea de baja calidad.
—¿Qué tan llamativos son los diseños?— dijo Thomas.
—Los mejores— dijo Saúl—. Se ha escogido los diseños de los practicantes, claramente, ellos buscan ser originales e innovadores, ya que la mayoría son jóvenes.
—Estoy de acuerdo con mi esposo— dijo Fleur y coloco la mano sobre la de Saúl—. Generalmente se hace una reunión donde se escogen los diseños para la colección, pero antes pasaron por mi crítica y luego se escogieron los que realmente se harían. Estos jóvenes han puesto mucho de sí y son muy buenos.
—Estoy totalmente de acuerdo— intervino Antoni—. Como seres humanos, generalmente buscamos ser diferentes, esto pasa con los practicantes, ellos buscan demostrar su potencial a la vez que aprenden más del tema, por ende, dedican la mayor parte de su tiempo a hacer las cosas bien.
El almuerzo ya había terminado pero se estaban comiendo el postre. El apoyo que le estaba brindando Fleur en ese momento le hizo sonreír y apretó el agarre de la mano de ella, luego, posiciono su mano sobre su muslo, ella lo miro y le sonrió.
—Me gustaría conocer los diseños.— dijo James.
Saúl casi pide disculpas por no llevarlos pero Fleur sonrió e intervino.
—Dichosa de que los conozca— dijo Fleur y saco un libro de pasta dura de su bolso—. Estos son los que pasaron por mi escritorio antes, podrá apreciar lo que queremos decirle, claro, no solo están los que se escogieron.
Fleur bajo sus manos de la mesa, dejando una sobre sus muslo y la otra la coloco sobre la pierna de Saúl. Después la retiro y comenzó a jugar con su pierna debajo de la mesa, rosando la de él.