30 Días A Su Lado.

Capítulo 20: Día 20.

Diablillo

Estaba lloviendo, después que todo el día había sido muy cálido. Dudaba que los pacientes de esa hora asistieran, era la pareja más compleja que había tenido que ayudar. Era el reto que más le había llamado la atención cuando se lo propusieron.

—Señor, acaba de llegar los señor y señora Ferguson.

—¿Han llegado?

—Sí, están en la recepción esperando que les deje entrar.

Diablillo le dijo que los dejara entrar. Se levantó de la silla y camino a una mesa que quedaba frente a la puerta de entrada, se sirvió un poco de café y espero recostado ahí. Sí que estaban interesados en conocerse.

La risa se escuchaba a través de la puerta. Las frases que se decían aún más. No supo con exactitud quien abrió la puerta, sólo entraron, estaban mojados, tomado de las manos.

—Buenas noches— dijo Diablillo y sirvió dos cafés más—. Tomen asiento.

—Oh, no queremos mojar el sillón. — dijo Saúl.

—Tranquilos, se puede secar.

Ambos se sentaron, juntos. Había pensado que esa pareja no lograría seguir junta, reconciliarse aunque se viera un poco del potencial. Siempre había sabido que las personas podían sorprenderte.

—Pensé que no vendrían— les entregó un café a cada uno—. ¿Y bien? Parece que ya resolvieron sus diferencias.

—Algo así— dijo Saúl—. Sabemos y entendemos que lo que pasó no es culpa de ninguno.

—También sabemos que cometimos el error de no tratar de conocernos más, de creer saber lo que el otro sentía o pensaba con respecto a la situación. — dijo Fleur.

—Pero ahora tienen una relación. — observó el Diablillo.

—Sí, todo empezó gracias a usted. — Fleur le dijo.

— ¿A mí?

—Sí, si no hubiera sido por usted, Fleur no hubiera aconsejado que mi cumpleaños fuera celebrado juntos, después de eso nos unimos más.

Saúl le dio una mirada cómplice a Fleur. El Diablillo entendió todo.

—Pero no han tenido diferencia después de eso.

—De hecho, si— dijo Saúl—. Fleur se desapareció una noche desde que escuchó una conversación que tuve con Antoni sobre el bebé de una ex amante.

— ¿Y qué fue lo que te molesto, Fleur?

—Me molesto escuchar que Saúl se negara a creer que el bebé era de él, me molesto saber de su aventura, aunque siempre tuve una idea, escucharlo fue lo que me molesto.

—Fue ahí donde te diste cuenta lo que sentías por él, ¿No?

Fleur asintió.

— ¿Y qué pasó con el bebé?

—En varias ocasiones, cuando Antoni y a mí nos gustaba una misma chica, pues... usted me entenderá.

—Formaban un trío— dijo Diablillo calmadamente—. Entonces Antoni y usted estuvieron al mismo tiempo con la antigua amante.

—Estaba participando pero ese fin de semana fue el cumpleaños de Fleur y la recordé, así que los deje a los dos.

Diablillo anotó en su libreta lo que estaba escuchando.

— ¿Y tus padres, Saúl?— dijo—. ¿Has hablado con ellos?

Saúl miró a Fleur, este era un tema delicado para ambos, pero más para Saúl.

—No, corte toda clase de comunicación con ellos después de...

—De que nos casáramos— intervino Fleur.

Saúl negó y noto la sorpresa en el rostro de ella.

— ¿Ella no sabe?— le pregunto Diablillo a Saúl.

—No, no lo sabe.

Diablillo anotó algo más y les sonrió.

—Ese será su reto para estos últimos diez días. Saúl— lo miro—, deberás contarle, pero también deberías hablar con tus padres, si van a empezar una relación, deben hacerlo desde cero, sin que nada los atormente, ¿entendido? — ambos asintieron—. Nos vemos en diez días.

Se despidió de ellos. La lluvia ya había cesado pero después de la insinuación del problema de Saúl, pensó que se irían incómodos, pero no fue así, Saúl pasó un brazo por el hombro de Fleur mientras ella rodeaba la cintura de él y entrelazaba la mano libre con la que él le abrazaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.