Fleur
Saúl no había aparecido desde hacía dos días, no le había llamado, no le escribía, incluso, ni Antoni sabía de su paradero. Le había mostrado a Antoni el mensaje al día siguiente, esa noche sólo prefirió quedarse en su habitación, mirando hacia la ventana, pensando y aguantando sus lágrimas. Antoni y Andrea le habían dicho que sea cual sea las razones por las que se fue, era para protegerla, que él estaría bien y que ambos sabían que a Saúl le costaba demasiado haberse marchado sin informar. Fleur evitó reír con lo último, no porque supiera que a él le costaba, sino porque a ella le costaba tanto pensar que se había marchado sin siquiera decirle que planeaba algo y así no tener la incertidumbre y el miedo que sentía por el bienestar de Saúl.
—Señora, ¿Desea que estudiemos lo que dirá mañana en la junta?
Fleur dejó de mirar a la ventana y miró a su secretaria y a la practicante.
—Claro, me gustaría muchísimo— dijo Fleur—. Pero no seré yo quien exponga el informe.
— ¿Quién será, Señora?— pregunto la secretaria.
—Quiero que todos piensen que seré yo— Fleur se levantó de la silla y se acercó a la ventana—. Será la señorita González quien lo expondrá, esto le servirá de experiencia.
La practicante la miró sorprendía y sonrió.
—No le defraudare. — dijo con entusiasmo.
Fleur asintió y fingió una sonrisa de confianza, sabía que podía hacerlo, le era más fácil así, pues sus pensamientos estaban centrados sólo en una persona, Saúl.
La secretaria se marchó junto a la practicante. Fleur se sentó de nuevo y siguió mirando el atardecer. Ya iba siendo hora de marcharse a la casa de Antoni pero no quería hacerlo, no en ese momento. Quería quedarse un momento más mirando el atardecer.
—Señora Ferguson.
Fleur se giró al escuchar la voz del mensajero. Tenía su uniforme gris y una sonrisa, era un poco gordo y bajo.
— ¿Si?
Él se acercó y le extendió un sobre manila.
—Esto llegó para usted.
— ¿Quién lo envía?— pregunto recibiéndolo.
—No dice, Señora— dijo—. Me retiro, que pase buena noche.
—Igual. — le respondió Fleur.
Fleur miró el sobre de lado a lado, sólo decía su nombre. Lo abrió y sacó el papel de adentro. Le sorprendió ver lo que era, una foto, una muy reciente, la giró y leyó:
"Querida, Fleur, sé que la debes estar pasando mal por mi ausencia. He estado un poco ocupado con la compañía de mí querida y adorada ex, Melissa, ha sido gratificante verla de nuevo después de tantos años. Dormir a su lado, como ves en la imagen, me ha hecho recordar el calor de su piel, de la conexión y de lo bien que encajan nuestros cuerpos. Nos veremos pronto, cuando mis padres se vayan, yo regresare."
Fleur le dio una última mirada a la nota y luego a la imagen, se llenó de rabia, arrugo la hoja y la tiro en la basura, seguido de su corazón roto.
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N/A:
Bueno, creo que cabe destacar que esta historia ya está llegando a su fin, pues, como dice el título, solo son 30 días de este singular matrimonio. Pero, habrá un epilogo y en mis cuentas personales o en mi blog de litnet, podrán ver avances o pequeñas sorpresas de esta pareja y las demás que he creado y aún no he publicado. ;)