30 Días

Capítulo 2: Darren

Tal y como lo había imaginado apenas habíamos dormido dos miseras horas, cabe decir que teníamos unas ojeras que se veían hasta en Marte. Charlie sacó su maletín de maquillaje, primero empezó a aplicarme el corrector de ojeras y al final me convenció de utilizar un maquillaje sutil —no soy partidaria de utilizarlo pero alguna que otra vez acostumbro a emplearlo, solo en ocasiones excepcionales—, luego hice lo mismo con Charlie.

—Wow parece que hemos dormido nuestras horas —admití, antes de dejar la brocha con la que le había aplicado el colorete .

—Ya ves, el problema es que mi humor no es el mejor cuando no duermo mis horas y eso mis padres lo saben muy bien.

Ella tenía toda la razón  del mundo, más de una vez la he tenido que soportar con su carácter de mierda y aún así siempre he permanecido a su lado, al igual que ella conmigo; siempre nos hemos complementado mutuamente. Otra de las cosas que la caracteriza cuando no duerme es su dolor de cabeza,  esto hace que se esté todo el día quejándose por el mínimo detalle incluso hasta de las personas que pasan a su lado.

—Bajemos antes de que mi madre empiece a gritar como una histérica.

Nada más pasar por el umbral de la puerta nos encontramos con Teresa, su hermana de 13 años. 

—Hola peque 

—¡¡Emi!! —gritó antes de abalanzarse   sobre mí. Aquello me dejó algo desorientada, ya que mi cabeza empezaba a sentir muchas punzadas, y por el gesto que puso Charlotte creo que sintió lo mismo— No soy ninguna niña pequeña, dentro de 6 meses cumpliré 14.

La última vez que la vi fue hace un par de días,  y aún así parece que no nos vemos desde hace muchos años.

—Tess , cariño, no grites —le suplico su hermana, haciendo una mueca de dolor.

—¡¡Okey!!

Uff necesito paciencia para poder llevar la maldita resaca y los gritos de la adolescente.

—Bajemos a desayunar, por favor, me estoy muriendo de hambre.

Hicimos lo que Charlotte nos pidió, en todo el trayecto al comedor tess no dejó de hablar de las ganas que tenía de volver al instituto para ver a sus amigas y compañeros de clase. Me parecía muy lindo porque yo era igual que ella, pero ahora que estaba por empezar la universidad ni ganas de retomar mis estudios tenía —el último año me había dejado muy jodida, tanto a nivel emocional como físico, todo había sido producto del estrés, la mala alimentación, la falta de sueño... , entre otros factores—, pero de igual forma iba a continuar con mis estudios, no me había pasado tantas horas sin dormir y sobreviviendo gracias a la cafeína para quedarme a medio camino. 

Los señores West ya se encontraban en el comedor, se veían muy felices hablando con Darren —el hermano mayor de mi amiga, ese hombre era una auténtica deidad esculpida por los mismísimos dioses—, después de tres meses al fin había vuelto a California, por sus estudios en la Universidad de Yalea se había mudado y solo volvi para pasar las vacaciones con su familia.  

—Buenos  días —los salude a todos con una amplia sonrisa— ¿Cómo están? —me acerqué para darle un par de besos en la mejilla.

—Muy bien cariño, ahora estoy muy feliz de tener de vuelta a Darren; ya lo echaba de menos —Rachel, la madre de Charlotte, tenía una amplia sonrisa la cual no se le borraba.

 Cuando me acerqué a Darren, él se levantó de la silla y me abrazó con mucha efusividad. Me sentía tan cómoda y el mundo empezó a desaparecer de mi alrededor, hasta que una Charlie algo enfurruñada hizo una falsa tos, la cual provocó que nos separáramos. Me sentí algo avergonzada, ¡hasta los colores se me subieron a la cabeza! 

—¿Así quieres a tu hermana? —dijo con los brazos cruzados, sin siquiera moverse del lado del señor West. 

—Ni me acordaba de ti —aquella pequeña broma de parte de Darren casi provoca que me riera a carcajadas, pero no lo hice por el respeto que le tenía a la castaña. A parte se notaba que se estaba enojando, así que me serene y puse mi mejor cara seria—.

Sin decir nada más Charlotte se marchó echando humo por las orejas. Ya decía yo que esto no iba a acabar bien, ambos son como niños pequeños que se chinca hasta más no poder y siempre es Charlotte la que cede primero y sale enojada.

Iba a ir tras ella cuando Darren me agarró de la muñeca y con la cabeza negó repetidas veces. 

—Iré a buscarla, después de todo siempre la hago enojar.

No me quedó de otras, así que cedí ante lo que dijo y me senté al lado de Tess y empezamos a hablar de todo un poco. Incluso los señores West se iban de viaje a las Maldivas, para celebrar que llevaban más de 15 años de matrimonio ―eso era tan tierno que en algún momentos muy lejano me gustaría estar en esa situación―. 

No pasaron ni diez minutos cuando venían ambos hermanos, parecía que la situación de hace unos instantes no hubiera pasado. Se sentaron en la mesa, a mi izquierda ahora tenía a Darren y Charlotte estaba a la derecha de Tessa.

El desayuno fue tranquilo, a ratos creía que Charlotte explotaría por  algún que otro comentario de sus padres y de sus hermanos, pero no pasó nada de eso.

 

Pasamos toda la tarde tumbadas en las tumbonas, el sol acariciaba nuestras pieles. Charlotte se había quedado dormida, así que para distraer mi mente conecte los auriculares al móvil y deje que la música se reprodujera en aleatorio, cerré los ojos y mi mente no dejaba de crear posibles escenarios románticos.



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En el texto hay: mafia, carrerasilegales, amor

Editado: 01.03.2023

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