DOS
(28 días restantes)
Así es, llevaba llorando aproximadamente tres horas. ¿Cómo era posible? Mi mejor amigo se casaría en veintiocho días y entonces si lo perdería para siempre. Pero bueno, ya ahora es demasiado tarde para decirle lo que sientía por él.
Estuvo contándome sobre ella, incluso me mostró una foto, se llama Ivonne. Ojos verdes, cabello castaño en un liso perfecto, cintura perfecta, sonrisa perfecta, promovedora de la paz, ecologista, defensora de los derechos de las personas y animales y también por si fuera poco, hace un año el príncipe Harry la llamó «El futuro de Inglaterra» mientras daba una conferencia sobre la paz mundial.
Sí, yo a su lado era nada.
—Eden —me llamó —, estoy hablando con Ivonne, ¿quieres que te la pase para hablar?
Él estaba sosteniendo su teléfono mientras esperaba que yo lo tomara de su mano. Negué rotundamente e intenté alejarme con mi nerviosismo.
Horas después, Kyle y yo fuimos a cenar a mi casa, mi madre también lo extrañaba.
—¿Le contaste Eden? —me preguntó Kyle masticando el espagueti de mi madre.
Mi madre colocó unos cuantos platos más en la mesa y se sentó a mi lado intrigada. Ella sabía perfectamente lo que sentía por mi mejor amigo.
—¿Contar qué?
—¡Voy a casarme señora! Y por supuesto usted debe estar ahí.
Mi madre llevó una mano a su pecho y me dedicó una mirada nada discreta de compasión.
—¿Q-Qué?
—En veintiocho días, señora.
Eso último hizo que mi madre literalmente escupiera el espagueti.