3016

CAPÍTULO 8: CURIOSIDAD

Toda la ciudad, así como todo el mundo, estaba conectado por aquel complejo llamado ultranet, eso era algo que no me gustaba, ya que todo estaba unido, todo estaba enlazado, todo estaba conectado perfectamente...

Pero de repente se cortó la comunicación, al principio creí que pudo ser Izan el que la cortó, pensaba que el hecho de que el supiera quién era podía comprometerle demasiado y por ello decidió evitar problemas, ya que ahora que sabía la verdad, en cierto modo era "complice" de lo que yo estaba haciendo...

Me encontraba en una especie de cabina desde la que era posible la conexión a Ultranet, estaba junto a otras, en un local muy grande, en un edificio todavía más grande, y había más gente conectada, por lo que procuré hablar en voz baja para que no me oyesen.

Cuando fui a salir las puertas se cerraron bruscamente, el tipo que estaba de encargado dijo que no nos preocupáramos, yo me acerqué a él y le dije.

-¿Qué ocurre?,Se me ha cortado la conexión, y ahora se cierran las puertas.

-Ha sido un fallo del sistema, en seguida trataremos de solucionarlo -dijo él, pero por alguna extraña razón yo sabía que no decía la verdad.

Me estaba empezando a poner nervioso, necesitaba volver a hablar con Izan, pero debía ser en un lugar más seguro. Al cabo de unos segundos escuché como dos chavales de unos diecisiete años murmuraban, y mi curiosidad hizo que me acercara para oir lo que decían disimuladamente.

-¿Cómo que la policía? -decía uno

-Que sí tío -decía el otro-, oí al encargado hablar por el auricular, decía "No se preocupe agente, nadie saldrá de aquí, cuando lleguen podrán encontrarlo"-

Creo que no había duda de que se trataba de mi, pude deducir que la ISC me había hackeado y había estado escuchando mi conversación con Izan, y por ello se había cortado.

Por suerte había un señor que mantenía algo distraido al encargado, ya que también quería salir, pero el primero no le dejaba, y estaban discutiendo, así que me puse a pensar como salir de allí.

El cristal de las paredes era demasiado grueso para romperse, y la puerta solo podía abrirse mediante la huella dactilar o introduciendo una clave que por supuesto desconocía.

Usar la fuerza contra el encargado podía resultar una opción muy arriesgada, y intentar convencerle era directamente inútil, él estaba bajo la orden de la autoridad, y cualquier persona normal se somete a las mismas con todo el gusto del mundo.

Tenía otra vez el tic-tac en mi contra, cuando se me encendió la bombilla, como no, el conducto de ventilación, ¿Cómo no lo había pensado antes?

Era perfecto para escapar, además había tres entradas, y una de ellas era idónea, ya que estaba en la otra parte de la sala, cerca de los servicios, así que sin pensarlo más entré por ella, y nadie se enteró, o eso creía...

Fuí a dar a otra sala en la que había oficionas, pero estaban cerradas, caminé entre ellas para intentar encontrar una salida a la calle, pero estaba todo cerrado, fue entonces cuando pude oir la sirena de los aeromóviles de la ISC, ya estaban allí.

Me encontré con uno de los ascensores del edificio, estaba en la planta 16, y yo me situaba en la primera, al lado del botón de llamada, ponía que solo se podía ir a las plantas de arriba, y que las de abajo solo eran para personal autorizado, eso me llamó la atención, e imaginé que por ahí podría haber una escapatoria.

Antes de pulsar el botón el empezó a bajar sin que yo lo llamase, es decir, estaba bajando alguién. Abrí por la fuerza la puerta y me colé por el hueco del ascensor y me agarré a los cables que iban hacia abajo debido a que el ascensor estaba bajando.

Llegué a la planta -3, una de las cuales os había comentado que era solo para personal autorizado, ni si quiera se podía oir la sirena de los aeromóviles de la ISC desde allí.

Estaba muy oscuro, avancé como pude por un pasillo muy largo y estrecho y luego por unas escaleras que subía y por fin pude ver una puerta por la que se colaba la luz del exterior.

Según me aproximaba a la puerta se iluminó todo el pasillo.

-¡ISC!,¡Deténgase ahora mismo! -Eran dos agentes, ambos me estaban apuntando con su arma, yo eché a correr hacia la puerta.

-¡No nos obligues a dispararte! -dijo uno de ellos

Yo seguí corriendo, justo cuando me aproximaba a la salida empezaron a disparar, y uno de ellos me dio en el hombro, pero por suerte pude pude salir de allí, lo que no sabía es lo que me esperaba al otro lado de la puerta...

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.