Capítulo 19: Sky
¿Qué más podía decir? Me sentía decepcionada de un chico al cual realmente nunca conocí, y del cual creía haberme enamorado. Todo este suceso solo reafirmaba que al graduarme, terminaría yéndome a Nueva York.
Cuando mis amigas se fueron, mi madre bajó las escaleras con varias revistas de boda en sus manos. Elliot se quedó en la mesa de la cocina para ver revistas con ella, algo que era inusual pero a la vez reconfortante, yo quería evitar todo tema relacionado con la boda, y tener que ver revistas solo me estresaba más de lo que ya estaba. Lavé la loza del desayuno y luego la sequé y guardé donde correspondía. Quería irme a mi habitación a dormir el resto de las horas que me faltaban.
- ¿Dónde vas? – Preguntó mi madre antes de que saliera de la cocina.
- A mi habitación.
- ¿Llegaste tarde anoche?
- Sí, pero…
- Me llamó para que la vaya a buscar, no hay problema.- Apuntó Elliot de forma inmediata. Mi madre lo miró desconcertada y luego dirigió su mirada hacia mí nuevamente. Asentí con la cabeza.
- ¿A qué hora?
- Como las 12. Estaban en un restaurant celebrando el triunfo de Ronnie. – La voz de Elliot sonaba segura, como si realmente estuviera diciendo la verdad. Hasta yo le creí. Era un alivio, porque yo no podía mentir tan perfectamente en situaciones críticas, ese trabajo siempre era de Carter, porque nadie más era capaz de creerse sus propias mentiras. Volví a asentir con la cabeza en dirección a mi madre.
- Ah. ¿Entonces no dormiste bien? – Volvió a preguntar mi madre, pero sentí que desde ahora podía dejar de mentirle.
- No, dormí bastante poco la verdad.
- Bueno, ya tendrás tiempo para descansar, necesito que me ayudes.
- ¿Con qué?
- Vas a acompañarme a buscar vestidos de novia.- Aquella orden me vino com0 patada en el estómago.
- ¿Es en serio?
- Sí. Además tienes que ayudarme a diseñar los vestidos para las damas de honor.
- ¿Damas de honor? - ¿Iba a tener damas de honor? Pensé que yo sería la única.
- Claro, tú y tus amigas serán mis damas de honor. Por eso necesito que diseñes algo que les guste a todas. – Ahora si estaba sorprendida. No pude controlar mi asombro, abrí la boca de par en par sin poder volver a cerrarla, y no fue precisamente por la emoción.
- Pero… Pero…
- Vamos, de todas formas igual iban a ir a la boda. – Mi madre volvió los ojos a las páginas de su revista. Elliot me miró con una divertida sonrisa en los labios, pero a mí no me hacía gracia. Era obvio que quería que mis amigas estuvieran conmigo en el peor momento de mi vida, pero no quería que formaran parte de la tortura.
- ¿Puedo acompañarlas? – Le preguntó Elliot a mi madre. Volví a quedarme sin palabras. ¿Qué le pasaba al mundo?
- ¿Estás seguro? Es una compra tediosa para un hombre. Ver vestidos de novia puede demorar siglos.
- Lo sé. – Afirmó él. – Por esa razón pienso que si voy Sky no se aburrirá tanto esperándote. – Mi madre asintió con la cabeza convencida.
- Claro, así me dirás si a tu padre le gustará el vestido.
- Tenlo por seguro.- De vez en cuando Elliot me miraba de reojo con esa mirada cómplice y perversa, como si estuviera planeando mi muerte mientras mi madre compraba vestidos. Elliot había sido muy amable conmigo desde que había llegado de la universidad, pero eso no quitaba el hecho de que aún le tuviera un poco de miedo y recelo.
- Sube a tu habitación Sky, y arréglate para salir.
Siguiendo la orden de mi madre, arrastré los pies hasta llegar a mi habitación. Mi cama estaba desecha por Ronnie, y no tenía ánimos de volver a tenderla. Entré al baño y me di la ducha más larga que había tenido en mucho tiempo, y luego me arreglé para salir.
Fuimos en el auto de Elliot, y mi madre no dejaba de hablar con él como si lo conociera de toda la vida, como si fuese su hijo. Mi madre tuvo muchos problemas con Elliot cuando éste había sido adolescente, pero a pesar de que me dijera que el niño la exasperaba, sabía que en el fondo le tenía cariño. Me pregunto si Phill también sentiría cariño por mí.
Por primera vez en años, me pregunté cómo estaría mi padre, si me extrañaba o simplemente ya se había olvidado de mi existencia. ¿Qué pensaría si se enterara de que mamá volvería a casarse con otro hombre? ¿Se preocuparía por mí?