3/4 Partes de mi corazón

Capítulo 47: Sky

Estaba enfadada con todo el mundo por culpa de mis amigas. Mi humor se volvió irritable y las sonrisas desaparecieron del menú rápidamente. Cuando las clases terminaron, corrí para escapar de mis amigas y no encontrarlas por ningún camino. No tomé el autobús, me dediqué a caminar sin rumbo por la calle contraria a la dirección de Ronnie y llegué a parar al centro. Vaya que hacía calor ese día y el sol ni siquiera aparecía.

Necesitaba un descanso, necesitaba un vaso con agua. Caminé un par de metros más por varias tiendas de ropa que aún vendían ropa fuera de temporada. Me detuve ante la vitrina de libros de una librería que claramente reconocía, era la favorita de Carter, porque era más grande y llegaban los estrenos más rápido –sí, los libros para ella son como para mí las películas-, puede que sea un poco más caro, pero a Carter le gustaba la decoración de aquella librería.

Yo conocía todo de Carter, ¿Cómo no me había dado cuenta que se sentía tan asustada? Sé que lo que dijo no fue con la intención de herirme, pero lo había hecho. ¿Cómo no podía entenderme ella? ¿Cómo no podía entenderme Eli? ¡Como rayos pretende Ronnie querer cambiarnos! Todo estaba mal. Tenía ganas inmensas de llorar.

Me quedé llorando frente a esa vitrina de libros mientras los clientes y los vendedores me miraban aturdidos. Estaba haciendo el ridículo.

Me giré sobre mis talones para correr, pero me detuve al ver el café donde supuestamente Cole trabajaba. Me sorprendí a mí misma cruzando la calle y entrando al local.

Si hubiera tenido un poco más de suerte, Cole no hubiera estado trabajando en ese turno ese día, pero no, no la tenía. Cole fue lo primero que vi cuando entré. Por primera vez no me importó el aspecto que tenía, la tentación de mirarme al espejo para asegurarme que el rímel no se había corrido producto a mis lágrimas no llegó a mí, es como si la opinión de Cole respecto a mi aspecto no tuviese importancia.

Me senté en una de las mesas cercanas a la ventana e intenté no seguir llorando mientras sacaba mi billetera para comprobar que mi tarjeta estuviera ahí. Tenía hambre, no había almorzado correctamente y cuando tengo pena me entra la ansiedad por comer todo lo que hay a mi alrededor.

Cole se acercó a mi mesa antes de que pudiera comprobar si mi tarjeta estaba dentro de mi billetera.

  • ¡Sky! Hey, hola. – El tono de Cole era menos brusco y altanero de lo que yo recordaba, supuse que su voz preocupada tenía algo que ver con mis lágrimas. Odiaba que pensara que vine a llorarle, o que era débil por llorar en público. No venía a conversar con él, venía a comer. Encontré mi tarjeta.
  • Hola.- Le dije con un intento de voz normal, pero no podía evitar salir cortada. Me sequé las lágrimas con una servilleta rápidamente y volví a intentarlo.- ¿Puedes traerme la carta? Tengo hambre y quiero pedir algo. Por favor, gracias.
  • ¿No estás de humor ah?- Su tono altanero había vuelto, eso hizo que me sintiera un poco mejor.
  • No. En serio tengo hambre Cole. – Apoyé los codos en la mesa y hundí mi cara entre mis brazos. Cuando volví a levantar la cabeza, Cole ya me había traído la carta. Fui directo a la sección de pasteles.

Pedí un pastel de chocolate y una tartaleta de frutas, más un helado y un jugo natural. No sabía que tan firme era mi estómago, pero ese día no me importaba.

Comí el pastel de chocolate y la tarta más rápido de lo que nunca pensé que comería algo, y cuando decidí meter la cuchara en el helado, Cole terminó sentado frente a mí en mi mesa. Mi cuchara quedó incrustada en el helado de vainilla, pero no volví a llevármela a la boca.

  • En serio creo que te va a dar diabetes.- Me dijo él cuando se sentó.
  • ¿Y qué? De todas maneras no voy a lograr el cuerpo perfecto de aquí al verano, así que los bikinis pueden desaparecer de mi armario. – Aquel no era un comentario que Cole fuera a entender, pero no me importaba. Apuesto que Ronnie o cualquiera de mis amigas lo hubiera entendido. Otra vez sentía las ganas de llorar, me llevé una cuchara de helado a la boca para que eso no sucediera.
  • Sky, en serio no creo que debas esforzarte más, ya tienes un cuerpo perfecto. – No pude si quiera mirarlo a los ojos cuando dijo eso, estaba concentrada en llenarme la boca de helado.
  • ¡Tú no conoces mi cuerpo! – Dije con la boca llena de helado. Aquello no era propio de una dama, lo sabía perfectamente, pero ese día no quería comportarme con nadie.
  • Podría. Si me dieras la oportunidad. – Aquello si captó mi atención. Lo miré perpleja por encima de mi copa de helado mientras aun sostenía la cuchara en mi boca. Cole soltó una carcajada.- Estoy bromeando, no te lo tomes en serio. – No estaba humor para bromas, pero por alguna razón encontré la forma de reírme de su mala broma. No pensé que podría reírme después de haber llorado, pero ahí estaba, riéndome porque Cole realmente me había asustado.- ¿Pasó algo malo Sky?- Preguntó él después de que terminé de sonreír.
  • Nada que te importe.- Sé perfectamente que no soy la persona más adorable del mundo cuando está enojada, por lo tanto intenté suavizar mis palabras con él. La última vez no lo había hecho, y él había terminado odiándome. Quería redimirme, en parte. Era un poco injusto que me hubiera conocido de esa manera, y yo era una tonta por volver con un humor similar.
  • ¿Qué? ¿Acaso tu tienda de ropa favorita cerró, o tus padres no te quieren comprar un auto para tu cumpleaños? – Si hubiera estado más enojada, hubiera tomado eso como un insulto, pero decidí tomarlo como si estuviera jugando conmigo.
  • No. – Corregí.- Para empezar mí tienda de ropa favorita es la de Prada, así que es imposible que cierren. Segundo, apenas sé manejar una bicicleta, así que jamás pediría un auto. Y tercero…- Mi altanería llegó hasta ahí. Bajé la mirada y me metí otra cucharada de helado a la boca antes de volver a hablar- Tuvimos una discusión con mis amigas. Me enoja y me molesta que ellas no sean capaces de ponerse en mi lugar. Si realmente fuesen mis amigas me entenderían, me apoyarían… No intentarían que me quedara aquí. – Sentí nuevamente el nudo en la garganta y volví a meter otra cucharada de helado en mi boca.
  • Entonces… ¿Por qué no simplemente las mandas a volar? Haz lo que tú quieras, lo importante es eso.
  • ¡No! – Me quejé.- Porque yo las quiero… Y mucho…- Ahí está, las lágrimas habían vuelto a salir, pero me las arreglé para secarlas antes de que cayeran por mis mejillas.
  • ¿Entonces?
  • Tú no entiendes nada. – La molestia había vuelto a mi cuerpo.
  • Sky, a lo que me refiero es que si tú las quieres, entonces no hay problema.
  • ¿A qué te refieres?
  • Eli nos ha contado de ustedes. Créeme que ella igual te quiere. Así que si ustedes se quieren tanto como dices, entonces los problemas desaparecerán solos. No es el fin del mundo, no es necesario que te comas todos los pasteles de la tienda.
  • Es que todo es tan complicado…- Volví a tomarme la cabeza entre las manos. – La universidad, el futuro, las relaciones a distancia. Todo es horrible, todo influye. Incluso mi madre, que probablemente me deje ir sola a Nueva York porque ella tendrá una vida perfecta al lado de su futuro marido. – Cole hizo una mueca.- Sí preguntas por mi padre, te diré enseguida que no, no está muerto. Solo que se suma a la larga lista de personas a las cuales le he dejado de importar.
  • ¿Quién más está en esa lista?
  • Mis amigas.
  • ¿Y?
  • No sé.- Por alguna razón omití a Nate, y a otros pares de chicos que jamás me habían dado bote.
  • No es tan larga, no exageres. Y a tus amigas si les importas.
  • Por hoy no. – Iba a meterme otra cucharada a la boca cuando Cole tomó mi mano y me quito la cuchara.
  • En serio me da miedo que comas mucha azúcar. Nunca he visto a una persona comer tanto, así que deja ya el helado. – Cole terminó por comerse lo que quedaba de mi helado. Lo encontré injusto.
  • ¿Tú no deberías estar trabajando?
  • No hay más de 4 clientes a esta hora. Y existen más meseros a parte que yo, así que no te quejes de mi compañía, que de momento es la única que te va quedando.
  • Eso fue cruel.
  • Lo sé.- La sonrisa de Cole hacía imposible que mi odio surgiera. – Te propongo algo, mi turno terminará en 12 minutos, te invitaré a caminar y comerás algo de sal. ¿De acuerdo?
  • Pensé que no te agradaba.
  • No pienses mal, aun creo que eres malcriada.
  • Y tu un mal educado. – Contraataqué, pero  Cole solo sonrió.
  • Pero admito que no me gustó verte llorar, así que haré el mejor intento para animarte. Aunque haya sido solo por una pelea estúpida.
  • No fue estúpida.
  • Todas las peleas de mujeres son estúpidas. No me remedes. – Cole tiró una servilleta a mi cara y se levantó de su asiento.- Iré a buscar mis cosas. No te vayas.




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