Capítulo 51: Sky
Viernes al fin, una semana más de clases finalizada y estamos tan cerca de terminar. No solo se acerca el fin de curso, o el baile de graduación, sino que también la fiesta de compromiso de mi madre y su boda.
Mis amigas están emocionadas por la fiesta de hoy en la noche, bueno, solo Ronnie y Carter, ya que Eli tiene una cita especial con Lee esta noche. Me gustaba y me emocionaba que Lee la invitara a un lugar sorpresa para pasar el rato, ya que Eli odiaba las sorpresas y me gustaba verla torturada por un chico.
Llegué a casa después de clases y conversé un buen rato con mi madre para convencerla de que me dejara salir esta noche. Era la fiesta de cumpleaños de Jake, un jugador de futbol en la escuela y a pesar de que no era un buen amigo nuestro, quería ir porque todo el último curso iría.
Mi madre aceptó y me dijo que no llegara tarde. Hablamos un rato más acerca de la fiesta de compromiso que se realizaría la próxima semana. Me preguntó por los vestidos que usaría, ya que dentro de unas semanas también sería mi fiesta de graduación y no tenía nada pensado para ello. Decidió que iríamos de compras esa tarde.
Cuando vas de comprar tu vestido para la graduación, normalmente preferías ir con tus amigas, pero en mi caso, iría con mi mama.
Caminamos por largas tiendas y encontramos un lindo y sencillo vestido para la la fiesta de mi graduación y otro vestido elegante para la fiesta de compromiso. Lo siguiente que estaba en la lista de mi madre eran los zapatos, pero yo había insistido que podía usar mis tacones negros.
El estómago se me revolvió al pasar por fuera del café donde Cole trabajaba, no lo había visto desde que me había llevado al parque y me había invitado unas grasosas papas fritas, ni siquiera me había llamado desde entonces. Aunque era ilógico que lo hiciera, no le había dado mi número. Aquella tarde había ido a dejarme a casa y fue bastante amable conmigo, ya no era un tipo exasperante y arrogante, cuando me fui a dormir ese día, pensé que Cole era lo más intrigante que me había sucedido.
Mi madre caminó a paso lento por afuera del café y yo intenté apresurarla, pero ella iba pegada con la vista en el teléfono y no podía hacer dos cosas a la vez.
- ¡Hey tú! – Escuché a mis espaldas. Tardé varios segundos en darme la vuelta, en cambio mi madre se giró inmediatamente.
- Hola.- Le dije a Cole cuando me giré yo. Él estaba sonriendo de oreja a oreja, pero cuando se percató de mi madre se volvió un tanto serio. – Vuelvo enseguida. – Le dije a mi madre y caminé hacia a Cole.
- Te tomaste tu tiempo.- Me dijo él.
- ¿Para qué?
- Para venir a verme otra vez.- Sonrió arrogante, pero yo no pude evitar reír.
- No vine a verte.- Le dije, y él sonrió.
- ¿Cómo estás? ¿Solucionaron sus problemas?
- Bien gracias. Y sí, lo hicimos.
- Te dije que no era el fin del mundo. – Sonreí, había tenido razón. Nos quedamos en silencio, mirándonos a la cara sin nada más que poder conversar. Debía volver con mi madre, pero no quería dejar a Cole.
- ¿Qué haces esta noche? – Pregunté con una idea formada en mi cabeza.
- Estoy seguro de que vas a decirme.
- Hay una fiesta en casa de un amigo. ¿Quieres venir?
- La pregunta es, ¿Quieres ir conmigo? – Rodé los ojos. Asentí.
- Sí, quiero ir contigo.
- Bien, entonces te pasaré a buscar a las 8. ¿Está bien? – Me quedé perpleja. Eso estaba perfecto.
- Claro. Te esperaré. Ningún minuto más tarde.
Y no llegó ningún minuto tarde. Después de que mi madre me hiciera un interrogatorio acerca del “chico con aires de rockero”, aceptó que fuese él quien me acompañe a la fiesta. No entiendo que es lo malo que le ve a Cole, yo encuentro que es bastante normal para vestirse.
En un principio Elliot se había ofrecido llevarme a la casa de Jake, pero desde que invité a Cole a venir conmigo, ese plan fue descartado.
Cole y yo tomamos un autobús para llegar a la fiesta y no demoramos tanto como pensé. Encontrar a mis amigas fue lo complicado, pero cuando lo hice ellas quedaron impactadas y apenas me pudieron hablar sin titubear. Supongo que no esperaban ver a Cole, y de haber sabido que me iban a dejar toda la noche sola por venir acompañada, no lo hubiese invitado.
- Tus amigas quieren darte tu espacio ¿no? – Me dijo Cole mientras rellenaba su vaso.
- ¿Qué? – Me hice la desentendida.
- Por favor, sé cómo funcionan las mujeres. – Maldito engreído.
- ¿A sí? Eres un experto entonces. – Me crucé de brazos. Él sonrió y se devolvió hacia mí hasta quedar demasiado cerca.
- Creo que quieren que te acerques a mí. – Odiaba que se acercara a mí de esa forma seductora, yo no era de las que caían fáciles ante un chico de su clase, pero realmente me la estaba poniendo difícil. ¿Cómo no arrojarte al suelo con un chico como Cole? Se me era difícil seguir manteniéndome firme.
- No entiendo por qué querrían eso.
- Porque piensan que soy sexy, claro está. Y como te quieren mucho, quieren que estés con alguien perfecto. – Se alejó. Su arrogancia era malditamente seductora y molesta a la vez. No pude evitar soltar una carcajada.
- En serio tienes que bajarte del poni amigo. – Le solté.- Tienes el ego más alto que el mío.
- ¿A sí? – Me dijo él arqueando una ceja.- Tú eres peor que yo. – Negué con la cabeza.- Sí, lo eres. Tú solo te fijas en chicos que están a tu altura.
- ¡Eso no es cierto! – Dije indignada. Sabía que era un chica exigente, pero que me lo dijera él sonaba como un insulto.
- Sí lo es.
- Bueno. ¿Tú crees que estás a mi altura entonces? – EL estuvo a punto de asentir.- Si es así entonces no me conoces mucho. No eres mi tipo.
- ¿Porque soy mesero? ¿O porque soy muy sensual? – Era inevitable no reírme de su egocentrismo. En el fondo sabía que se creía la mitad de lo que decía, pero me gustaba que bromeara al respecto. Lo miré fijamente, él se apoyó en la pared y me quedó mirando un largo rato en silencio.
- Porque eres Cole. Simplemente tú.
- Sí, pero no puedes alegar que no me conoces. He sido yo mismo todo el tiempo que te he conocido.
- Solo nos hemos topado un par de veces.
- Y aun así te vas pensando en mí cuando te vas a dormir.- Eso era cierto, pero no iba a admitirlo. La sangre se me subió al rostro y desvié la mirada.
- Olvídalo, no me gustas.
- Tú tampoco a mí. – Rodé los ojos.- Pero aquí estamos intentando ser amigos del otro.
- ¿Podrías intentarlo mejor? – Pregunté dándome la vuelta hacía él. Por varios segundos Cole me quedo mirando y luego sonrió, fue ahí cuando sucedió. Me besó repentinamente, sus labios se apretaron contra los míos y una chispa de energía me recorrió todo el cuerpo. Era una sensación demasiado estimulante, demasiado placentera para ocurrir en una fiesta como esa.
- ¿Mejor? – Dijo él una vez que separó sus labios de los míos, pero todavía tenía sus manos sujetas a mi cintura.- Puedo seguir intentado si quieres… - Y lo besé nuevamente, no quería que hablase mientras estaba cerca de mi cuerpo, no quería dejar de besarlo y sentir fuegos artificiales dentro mí.
- Tus intentos son mediocres.- Le dije, pero él me apretó más contra sí y volvió a besarme.
- Créeme que no puedo hacer mucho aquí. – Aquello sonó como una propuesta. Tenía que controlarme. Le sonreí y lo empujé para apartarlo de mí suavemente.
- Vamos a buscar a mis amigas, quiero saber cómo están. – Y con una sonrisa en la cara, me siguió.