3/4 Partes de mi corazón

Capítulo 55: Sky

El día viernes todo estaba patas arriba con mi madre y Phill, ambos estaban ocupados llamando y organizando todo para la noche de mañana. Si estaban así solo por la fiesta de compromiso, no quería ni imaginarme como estarían por la boda.

Busqué refugio en la habitación de Elliot, ya no quería seguir escuchando los tonos de llamadas de mi madre o de Phill. Cuando llamé a la habitación de Elliot, se demoró un mundo en abrirme.

  • ¿Por qué te demoraste tanto? – Pregunté, por alguna razón vi a Elliot un tanto nervioso.
  • Nada.- Me dijo inmediatamente.- ¿A qué vienes? ¿Pasó algo?
  • ¿Sabías que están teniendo problemas con los arreglos florales? Y creo que tu abuela no podrá venir. Es un desastre allá abajo.- Dije sentándome en su cama.
  • Ah…- Ni siquiera le notaba preocupado.
  • ¿Qué estabas haciendo?
  • Nada importante. Jugaba en el computador. – Me mintió, y él supo que lo descubrí. Cuando miré su laptop, estaba guardada y apagada en el estante junto a unos libros. Elliot estaba incómodo. - ¿Sabes? Voy a salir, debería arreglarme. – Eso era me invitación a marcharme.
  • ¿A dónde iras? -  Elliot nunca había salido de fiestas o algo parecido desde que había llegado de la universidad.
  • Supongo que un bar. No sé.
  • ¿Solo?
  • Iré con unos amigos.- ¿Amigos? ¿Qué amigos? Supe que me estaba mintiendo de nuevo.
  • ¿A qué hora volverás?
  • Sky, ¿te has vuelto mi madre ahora o qué? – Eso si me lo había dicho molesto. No me había mirado de esa forma desde que éramos niños, cuando el odio muchas veces era mutuo. No sé qué cara habré puesto, porque rápidamente Elliot se agarró el rostro con ambas manos y calmó su tono de voz.- Anda Sky, no volveré tarde. Y me empujó fuera de su habitación.

Cuando Elliot me cerró la puerta en la cara, supe que debía pasarle algo. Él ya no era así, o por lo menos eso es lo que yo quería creer. Esperé pacientemente a que Elliot se fuese de la casa para entrar en su habitación otra vez, si algo le pasaba, debía de estar ahí. Registré sus cajones y sus veladores, pero nada, no había nada interesante. Me senté en su cama y esperé que alguien me dijese que hacer, o más bien que me dijese qué es lo que estaba buscando. Elliot había estado así toda la semana, encerrado en su habitación y muy pocas veces habíamos hablado, era un poco preocupante. Supuse que tampoco había hablado con Carter. Tal vez solo estaba estresado con lo de la boda, yo también lo había estado hace unas semanas, pero pensé que él lo había asumido mucho más rápido. No, no la boda no tenía nada que ver. Tal vez era Carter, ella podía ser un verdadero monstruo cuando se lo proponía, aunque a veces lo era sin darse cuenta. No, Carter no había sido mala con él. Maldición, no tengo idea de qué es lo que sucede y mi primer instinto siempre ha sido ayudar a los demás, pero no tengo que ser buena todo el tiempo ¿verdad? Iba a rendirme.

Cuando me levanté de la cama, algo cayó a mis pies. Miré al suelo, pero no había nada, así que me agaché y revisé bajo la cama. Mi corazón estuvo a punto de detenerse, fue un balde de agua fría.

Era una bolsa pequeña, como una bolsita de gelatina sin sabor, pero lo que había adentro me dejó sin aliento. La tomé y observé, nunca la había tenido en mis manos, pero sabía lo que era. No podía dejarla ahí, Elliot no podía estar haciéndose eso así mismo. Guardé la bolsita en mi bolsillo y corrí a mi habitación, tomé mi teléfono y marqué el número de Carter.

  • Dime que Elliot está contigo.- Le dije en cuanto ella contestó. Tenía la esperanza de que Elliot me hubiera mentido para ir con ella.
  • No.- Me negó secamente. No estaba mintiéndome. - ¿Por qué debería? ¿Se te perdió?
  • No seas sarcástica ahora. – La regañé.- Elliot está en problemas. – Hubo varios segundos en silencio.
  • ¿Qué le pasó? ¿Es grave?
  • Dímelo tú. ¿Qué tan grave es una bolsa de cocaína debajo de su colchón? – Otros segundos más.
  • Voy para allá. – Y cortó.

Carter apareció en mi habitación 10 minutos más tarde, ninguno más, ninguno menos. Lo primero que hizo fue tomar la bolsa que le enseñé y abrirla. Metió un dedo en el polvo y luego probó un poco. Hizo una mueca.

  • Sí, es cocaína. – Afirmó ella.
  • No era necesario que la probarás para darme cuenta de ello.
  • Sky, podía ser azúcar flor.
  • ¿Para qué iba a querer Elliot azúcar flor?- Dije exasperada.
  • ¡No sé! Solo intentaba confiar en que él no era tan estúpido. – Una parte de mí la entendió, yo tampoco quería creerlo. - ¿Te dijo dónde iba?
  • Dijo que saldría con sus amigos.- Carter hizo otra mueca, pero no me miró a los ojos. Algo me dijo que ella sabía algo que yo no.
  • ¿Fue en auto?
  • Sí.
  • Entonces no es bueno, hay que buscarlo. – Carter tomó la bolsa y la guardó en el bolsillo de su chaqueta. Se dio media vuelta y caminó hacia la salida.




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