3/4 Partes de mi corazón

Capítulo 60: Elaine

La fiesta de compromiso de la madre de Sky fue bastante linda y emotiva. Siempre había tenido dudas respecto a mí misma, no me sentía cómoda en un vestido o sobre tacones muy altos,  por lo tanto,  siempre era un dilema y una tortura para mí discutir aquello, incluso con mis amigas. Pero esa noche, no me sentí para nada excluidas de ellas, me sentí bien y segura, sentí que podía llegar a ser igual de hermosa, ellas me han dado la confianza y el apoyo necesario a lo largo de todos estos años y Lee, bueno, él me ha demostrado que a veces puedo subestimarme. Muchas cosas han cambiado en mí este último año de clases, no me siento más madura o más adulta, pero me siento con una mentalidad nueva acerca de lo que respecta a mí, me he dado cuenta que todo este tiempo, me hacía falta un poco de autoconfianza y valor, ahora sé lo que valgo y lo que soy  y no me da miedo mostrarle al mundo mis defectos y mis virtudes.

Esa mañana del domingo había despertado con la cara de un mapache. Me había olvidado de sacar el maquillaje, ya que no acostumbro a usarlo y se me olvida que tengo que retirarlo por las noches. El delineador y el rímel negro se me habían corrido por las mejillas y mi rostro lucía más blanco y demacrado que de costumbre. A pesar de odiar mi reflejo en el espejo, me obligué a mí misma decir que no estaba tan mal.

Eran las 10 de la mañana, supuse que mis padres ya se habían levantado, pero mis amigas no, por lo tanto no iba a poder llamarlas o hacer video-llamadas con ellas, pero si podría bajar a desayunar.

Mis padres comían en silencio en la mesa, y solo emitieron ruidos al verme bajar por las escaleras. Me senté al lado de mi padre quién leía el periódico del día y mi madre me sirvió unas tostadas con mantequilla.

Después de desayunar, decidí que era un lindo día para salir a caminar en vez de quedarme en casa a hacer tareas. Estábamos a punto de terminar las clases, esta semana estarían todos con el asunto del baile de promoción, se escogerían a los reyes y todos estarán vueltos locos con  el asunto de las campañas y las votaciones.  Solo un milagro podría salvarme de esta semana, por lo tanto, merezco descansar mi último domingo.

Quería ir al cine y quería que Lee me acompañara. Marqué varias veces su número de teléfono pero nunca me contestó. Dejé mensajes de voz y varios mensajes en su celular, pero nunca recibí nada de parte de él.  Eran las dos de la tarde y yo todavía no me movía de mi casa. Sí Lee no iba al cine conmigo, entonces iría sola.

Salí de casa y tomé un autobús que me dejara cerca del cine que se encontraba en el centro, fue entonces cuando mi celular comenzó a sonar. Miré con enojo y alivio (al mismo tiempo) la pantalla, ya que era Lee quién me estaba llamando.

  • ¡Hey! ¡Te llamé 7 veces! – Le dije en un intento de enfado, pero no podía ocultar la sonrisa de mi rostro.
  • Eli, soy yo. Chuck.- La voz de Chuck hizo que mi corazón se detuviera, ¿por qué estaba Chuck contestando el celular de Lee? Me quedé muda.- Y… Lee no puede atenderte porque está en el hospital.- La voz fúnebre de Chuck me dejó en claro que no se trataba de una broma.
  • ¿Qué pasó? ¿En qué hospital?
  • El hospital de Millebane, su madre me pidió que te llamara. Creo… Creo que deberías venir.  

Mis planes de cine fueron cambiados automáticamente después de eso. Corrí hasta la primera estación de buses y me encaminé hacia el hospital. Me encontré con Chuck y Cole en la sala de espera, ninguno de los dos tenía su sonrisa habitual, ambos se limitaban a observarse las manos y a mirar el piso como si estuvieran esperando un milagro. La desesperación crecía dentro de mí, pero la controlé, tenía que saber la verdad antes de armar un escándalo.

Cole me dijo que Lee estaba en la habitación A209 junto a sus padres, pero que podía ir con ellos cuando quisiera. No esperé demasiado, al llegar vi como los padres de Lee estaban hablando con él mientras su hermano pequeño se encontraba sentado en la silla, al lado del jarrón de agua. Lee fue el primero en notar mi presencia en la habitación, estaba despierto, los latidos de mi corazón dejaron de armar tanto alboroto ahí adentro e hicieron que mis músculos se relajasen. Lee sonrió en cuanto me vio, me saludó con una mano y me invitó a entrar, me armé de valor y caminé con una inesperada sonrisa hasta él y su familia. Sus padres fueron amables, no los había conocido formalmente hasta en ese momento, y realmente sentí que la situación era un tanto drástica como para presentarme como la novia de Lee, así que me limité a sonreír nerviosamente como una estúpida y a preguntarle a Lee si estaba bien. Por suerte, sus padres me dejaron a solas con él por algunos minutos, los cuales fueron suficientes para besarlo de la manera que no podría frente a su madre.

  • ¿Qué sucedió? – Pregunté nuevamente.
  • Esto yo… - Lee miró sus manos, las cuales estaban con algunas agujas gracias al suero.- Estoy enfermo.- Me dijo. Arqueé una ceja.
  • No me digas. – Lee esbozó una sonrisa, pero inmediatamente su semblante volvió a apagarse.
  • Estaba en casa cuando Chuck pasó por mí. Recién me había levantado y él quería que lo acompañe a comprar tinta para tatuar, pero yo me sentía bastante mareado desde la noche anterior, por lo que mi mamá nos invitó a tomar desayuno para darme tiempo de recuperarme. Fue entonces cuando mi cabeza se apagó. No recuerdo qué es lo que pasó ni que fue lo que hice, pero según mi madre y Chuck, dicen que me levanté de la mesa diciendo que iría al baño a vomitar y... Ellos sintieron un golpe en el baño y fueron a verme. Estaba inconsciente y me trajeron hasta aquí.
  • ¿Y que te dijeron los médicos? – Pregunté un poco más preocupada.
  • Me estuvieron sacando exámenes y radiografías toda la mañana. Apenas pude dormir algo, pero hace 10 minutos que nos dieron los resultados y…. – Lee se quedó en silencio y tragó saliva al mismo tiempo que yo.
  • ¿Y…? – Algo no iba bien. La sonrisa de mi novio desapareció y su mirada preocupada se clavó en mí. ¿Estaba asustado?
  • Tengo un tumor cerebral. – Me dijo firme.
  • ¿Es grande?
  • Al parecer, pero pueden operarme. – Dijo él.
  • ¿Hay algún riesgo?
  • El doctor dice que sí. Les hizo a mis padres una charla en donde ellos tenían que firmar un documento que decía que esta operación sería completa responsabilidad de ellos. Ya que ellos decidieron operarme a pesar de todas las contraindicaciones.
  • ¿Cuándo será?
  • La próxima semana. – Hice una mueca.- No te preocupes, los doctores dicen que aguantaré hasta el viernes. No voy a morirme aún, pero tengo que quedarme internado hasta la cirugía.




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