3/4 Partes de mi corazón

Capítulo 65: Carter

Conduje la camioneta hasta el centro para ver mi vestido para la fiesta de graduación. Mi padre me había dado dinero suficiente esta mañana diciéndome que buscara un vestido para esta semana. La verdad es que la fiesta de graduación era lo último que alguna de nosotras podría haber pensado ese año.

Siento que hemos vivido un caos estos últimos cinco meses, no hace más de tres meses que Eli conoce a Lee y ya tienen un problema horrible en su relación, y no hace más de cuatro meses que el padre de Elliot le propuso matrimonio a la madre de Sky, justo después de las vacaciones de invierno. Supongo que la locura comenzó ahí. ¿Era normal sentirse tan agotada el último año? Tampoco es como si hubiésemos tenido los peores problemas del mundo, pero tampoco habíamos estado relajadas y concentradas plenamente en la escuela.

No era normal haber olvidado el baile de graduación.

Caminé por las calles hasta encontrar la tienda de vestidos en donde Sky compró el suyo. Quedaba justo en la esquina, al otro lado del café en donde Eli y yo solíamos venir después de clases. Era extraño, pareciese que hubiese pasado una eternidad desde que nos sentamos aquí y vimos a Elliot por primera vez en mucho tiempo.

Y como todo tenía que conspirar mágicamente para que mi día sea un desastre en potencia, vi como Elliot pagaba una bolsa de galletas y un café para llevar tamaño grande en el preciso momento en que yo pretendía largarme.

Me sonrió casi como una mueca, tal vez él tampoco esperaba encontrarme ahí.

¿En serio era muy tarde para cruzar la calle y fingir que no lo había visto?

 

  • ¿Tomarás un café? – Me preguntó hundiendo mis pensamientos mal educados.
  • No, yo solo estaba de paso. La verdad es que tenía que cruzar la calle. – Dije señalando la tienda de la esquina del frente.
  • ¿Vas a comprar vestidos? – Me dijo divertido.
  • Lo dices en plural, como si tuviese dinero para comprar más de uno. – Él sonrió como si yo fuese una chica imposible.
  • ¿Quieres compañía? – Me preguntó arqueando una ceja, como si realmente esperaba a que yo aceptara o me negara. Pero no hice nada más que torcer mis labios en una indecisa mueca y él entendió que deseaba compañía.

Elliot se sentó en uno de los sofás de la tienda y abrió la bolsa de galletas para hacer la espera más amena. Intenté no mirarlo muchas veces mientras daba vueltas a su alrededor y dejaba diferentes vestidos cerca suyo.

  • ¿Entonces ya tienes pareja para el baile? – Me preguntó con la boca llena de galletas.
  • No. – E inmediatamente me arrepentí de haber respondido tan rápido. La verdad era que no tenía pareja, tampoco es como si hubiese tenido tiempo para pensar con quien quería ir, pero sabía que quería ir con mis amigas y no importaba si me tenía que entrometer en el baile entre Cole y Sky. – Pero iré con mis amigas. – Afirmé inmediatamente después.
  • Eso es mucho mejor que ir con pareja. – Afirmó él después de beber un poco de café. – Los chicos de la escuela pueden ser muy estúpidos con las chicas a esa edad. No valoran realmente el baile de graduación.
  • Tú eras uno de esos chicos Elliot. – Dije con repugnancia, pero inmediatamente me arrepentí. Frank, el chico que había lograr que eso cambiara en él, había muerto hace unas semanas y yo estaba aquí recordándoselo implícitamente.
  • Lo sé. – Si algún recuerdo de Frank hice brotar en él en esos instantes, él no pareció demostrarlo.- Por eso me alegra de que no salgas con un chico como yo.

Hubiese querido replicarle que él ya no era el chico que solía ser antes, pero me detuve. Una parte de ese chico idiota, adicto a las drogas y alcohol, que iba de fiesta en fiesta y que probablemente le hacía cosas que no quería imaginar a varias chicas de su escuela, no había muerto aún. Por esa mínima parte que aún vivía en él, es que éramos solo amigos, debido a que no podía confiar en esa mínima parte de su persona.

Entré al probador con varios vestidos en mis brazos y comenzó la tortura de ver que vestido era el indicado. Salí a modelar varios y estuve segura de que Elliot solo me halagaba con todos los vestidos para que su espera terminase rápido.  

  • Te estoy aburriendo.- Le dije al momento en que terminaba de probarme el quinto vestido. Hice una mueca, pero él solo me respondió con una sonrisa.
  • No. Créeme que en parte me la estoy pasando bien.
  • ¿Cómo podrías? – Mi padre odiaba ir de compras conmigo, y pareciese que todos los hombres heterosexuales, padeciesen de la misma fobia a las compras de ropa.
  • No es que me guste ir a comprar ropa, pero me gusta cuando me modelan. – Guiñó un ojo e hizo que los colores se me subieran a las mejillas. Me metí al probador lo más rápido posible para disimular mi subida de color, lo último que había agarrado de la tienda era un vestido negro. Siempre es difícil dejar el negro de lado.




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