Capítulo 75: Sky
Mi madre, Elliot y Phill me llevaron a comer a un restaurant de comida mexicana para celebrar junto a mi abuela y se dieron la molestia de invitar a Cole. Le agradecí a mi madre por invitarlo, ya que al verlo después de mi ceremonia de graduación, no quise separarme de él.
Elliot se encontraba de muy buen humor, sonreía todo el tiempo y era más amable con todo el mundo hoy que de costumbre. Yo sabía la razón, Carter nos había convocado a una sesión de live chat ayer por la noche para contarnos lo sucedido, pero no iba a decirle a Elliot que sabía la historia.
En la mesa, mientras todos comían, hablaban y reían, yo pensaba en mis amigas. Carter y Ronnie debían de estar en un buen almuerzo familiar con toda la familia reunida, mientras que Eli había pedido no tenerlo. Aun se encontraba en duelo y era comprensible que no quisiese hacer algo tan grande con su familia, podía estar feliz por graduarse, pero eso no significaba que quisiera celebrarlo. Eli era una chica fuerte y sabía que disfrutaría con el simple hecho de estar con sus padres, la admiraba mucho después de ver como afrontaba la muerte de Lee.
- Sky. – La voz de Cole me hizo volver al presente. – Ven quiero enseñarte algo. – Él se levantó de su asiento y tomó mi mano para guiarme por los pasillos del restaurante hasta salir al balcón.
- ¿Qué haces Cole? – Pregunté. Él me había soltado la mano y ahora caminaba de un lugar a otro con las manos en el bolsillo.
- Te vas a ir a Nueva York ¿no?
- Así es. – Afirmé sin dudar. Una punzada de culpabilidad me atravesó el corazón por ser tan fría.
- Pues, quiero que sepas que te amo. Y necesito que recuerdes eso todos los días hasta que pueda alcanzarte allá. – Dijo poniendo una rodilla en el suelo. Por un momento el aire de mis pulmones desapareció y deseé que todo fuese parte de mi imaginación.
- Cole… No… - Comencé a decir al momento en que una cajita aparecía en la mano derecha de Cole. Él comenzó a reírse.
- No voy a pedirte matrimonio Sky. No seas tonta. – Reí del alivio y luego le dediqué una mirada molesta. Él besó mi mano y se levantó. – Solo quería pegarte un susto. – Admitió.
- Tonto. – Le dije entre risas.
- En realidad solo quería darte esto, para que me recuerdes siempre. – Cole dejó la cajita negra sobre mi mano y la abrió sutilmente. Yo saqué el contenido, era una cadenita delicada y delgada con un dije en forma de corazón que tenía grabadas nuestras iniciales. “C+S” – Voy a ahorrar todo lo que pueda para viajar a Nueva York y quedarme contigo, pero no sé cuánto tiempo vaya a tardarme. Dudo que este año…
- Me encanta. – Lo interrumpí. – Y no importa cuánto llegues a tardar. Te recordaré y esperaré todo el tiempo que sea necesario. Nos veremos aquí para todas las vacaciones, cuando estés listo, irás conmigo y todo será maravilloso. – Le rodeé el cuello con mis brazos y lo besé tan desesperadamente que en esos momentos creía que todo sería posible.